Rinden homenaje a la imaginación de Georges Méliés

La pasión creativa e inagotable imaginación de Georges Méliès, el cinematógrafo que creó mundos fantásticos como aquella recordada Luna con rostro atravesada por un cohete, es celebrada en la puesta en escena Del conejo a la Tierra, donde se recrean esas imágenes que forman parte del imaginario colectivo.

“Es una obra que es una especie de homenaje a la imaginación de este gran cineasta y gran gente de teatro. También es una historia de amor entrañable, de fracaso, ambición, megalomanía artística, de pasión creadora, que no se limita a la pasión artística, sino a los emprendimientos que tenemos los seres humanos, en la ciencia, en la investigación, en los negocios, esa sensación de dar todo por un sueño”, explicó en entrevista con La Razón el director David Olguín (1963).

Del conejo a la Tierra, de la dramaturga Itzel Lara, aborda las múltiples facetas de Méliès, quien fue inventor de máquinas fantásticas, ilusionista, actor, mago, empresario del Teatro Houdini, director de cine y teatro. En especial se centra estos dos últimos, porque supo conjugarlos de excepcionalmente en sus más de 500 películas.

“Sin ser directamente una biografía de Georges Méliès, lo que hace es una revisión de cómo en su vida encarna ese momento donde el teatro está ligado al cine a través del ilusionismo, la aparición del cine como un medio de expresión donde el teatro encuentra una nueva vertiente, porque ves elementos del teatro del siglo XIX y principios del XX”, describió David Olguín.

Para unir ambos mundos se realizaron filmaciones con el elenco de la obra y en la escenografía se hacen varios guiños al universo creativo del ilusionista francés.

“Hay muchos momentos de magia e ilusionismo. La escenografía es un camino lunar muy sencillo, sintético, pero que te permite sobre ella hacer un trabajo muy poderoso de imagen visual a partir de las proyecciones de los cortos fílmicos de Méliès, jugamos desde la pantalla fílmica, está la casa del cineasta, su estudio, su taller de trabajo”, detalló el director.

El montaje, que estará hasta el 9 de junio en el Teatro Helénico, también aborda los fracasos de Méliès, quien terminó vendiendo juguetes y dulces en la estación de Montparnasse, en París. Su desilusión ante el avance de la transformación de la industria cinematográfica lo llevó a retirarse.

“Me llamó la atención la figura de este genio que también es humano, que lo va descubriendo conforme llega a la vejez, es una persona que todo el tiempo pensaba historias, que trabajaba desde las seis de la mañana, tenía mucho ingenio para inventar y el momento en que decide quemar todas sus películas se me hizo fuerte y traté de desentrañar por qué de la nada decide quemar casi todo y termina vendiendo juguetes”, compartió a este diario la dramaturga Itzel Lara.

Para la creadora, quien es guionista de cine, fue revelador ver una viñeta en la que Méliès se retrató con una cadena que iba hacia una ventana muy pequeña. “Es simbólico, porque fue preso de su genio al saber que el cine estaba creciendo más que lo que él podía producir por sus propios medios”, dijo la escritora de la historia que se presenta los viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 horas.

Del conejo a la Tierra