Celebra su cumpleaños

Sonny Rollins, coloso del sax tenor, cumple 90 años en plenitud 

Sonny Rollins es una figura legendaria del jazz estadounidense; sobreviviente de la época de oro del bop y el hardbop 

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Sonny Rollins (Harlem, Nueva York, 7 de septiembre, 1931) arriba este martes a los 90 años de edad en total plenitud de sus facultades interpretativas como saxofonista de jazz. Trayectoria que inicia en los años cuarenta en complicidad con el pianista Thelonious Monk, su cómplice en los espacios del bebop. Influenciado por Charlie Parker (1920–1955) y Coleman Hawkins (1904–1969) en la sonoridad, evoluciona hasta conseguir un talante que lo convierte en uno de los colosos del saxofón tenor en la crónica del jazz.

Imaginativo improvisador, se destaca en las incursiones realizadas en el bop y el hardbop con algunas visitas esporádicas por los atajos del free y la fusión. Sobreviviente de una camada de destacados saxofonistas (Coleman Hawkins, Lester Young, Ben Webster, Dexter Gordon y John Coltrane), sigue activo en la manifestación de un exuberante despliegue rítmico y conjunciones melódicas de innata pujanza expresiva.

“Sonny Rollins es un fenómeno en el sentido no de extravagancia, sino por la obstinación. Más de 60 años en los escenarios, giras y estudios de grabación y sus virtudes cada vez más aparecen renovadas, sugerentes y asentadas en la búsqueda constante de nuevas prosodias”, ha dicho el musicólogo de la influyente BBC Music Magazine, Rogert Thomas.

Sus padres, músicos aficionados, originarios de St. Thomas, en las Islas Vírgenes estadounidenses, lo estimularon a estudiar piano y a escuchar a los grandes músicos del swing. A los 16 años descubre a Charlie Parker, el estudio del sax tenor lo lleva por las rutas de Coleman Hawkins, su verdadero inspirador. En 1950 graba por primera vez con Miles Davis hasta formar su combo en 1951 con el que edita Sonny Rollins Whit The Modern Jazz Quartet, donde todavía se palpan los rastros parkerianos.

Los solos en las piezas “Think of One” y “Friday the Thirteen” del disco Thelonious Monk /Sonny Rollins (1953) hacen que los comentaristas musicales empiecen a interesarse en él. Consagración definitiva cuando interviene en la célebre sesión Bags’Groove con Horace Silver, Percy Heath y Kenny Clarke. Presenta tres composiciones: “Airegin”, “Doxy” y “Oleo”, las cuales se convierten en referencias obligadas en los espacios del hardbop.

Discos emblemáticos de Sonny Rollins

Dos fonogramas los distinguen como figura clave de la música afroestadounidense: Tenor Madness (1956) —donde confronta a Coltrane— y el impresionante Saxophone Colossus (1956), considerado como uno de los 10 Mejores Discos de Jazz de todos los tiempos. Vendrán después grabaciones definitivas: The Bridges, Our Man In Jazz, Plays G-Man, A Nigh at the Village Vanguard, entre otros.

Siempre fiel a Hawkins, por la copiosa y profusa resonancia, y a Parker en los arbitrios de la improvisación, también explora en las cadencias del folclor caribeño en temas que confluyen con el calipso: “Saint Thomas”, “Don’t Stop the Carnival” y “Moritat”. Discografía conformada por más de 70 producciones como líder y una veintena como sideman. “Me parece excepcional, Rollins es un ejemplo de tenacidad pasmosa: icono insuperable”, ha dicho Paquito D’ Rivera.

AG