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HANNOVER, Alemania.- Más de 45.000 aficionados se congregaron el domingo en el estadio del club Hannover 96 para despedir al arquero Robert Enke, cuyo suicidio estremeció a Alemania.
"Robert Enke no volverá a este estadio, el sitio donde conquistó nuestros corazones", dijo el presidente del Hannover Martin Kind al dar inicio al acto. "Pero no sólo su éxito fue lo que hizo tan popular a Robert Enke, lo fue el hombre, su personalidad".
El portero de 32 años, que se perfilaba como el titular de la selección nacional en la Copa Mundial del año próximo en Sudáfrica, se arrojó frente a un tren en marcha cerca de su casa en Hannover la noche del martes.
Su viuda, Teresa, dijo un día después que su marido sufrió de depresión
durante seis años pero mantuvo oculta la condición.
El féretro de Enke fue cubierto con rosas blancas y colocado en el centro del campo de juego. Políticos y figuras deportivas acudieron al acto.
Previo al inicio, los aficionados se pusieron de pie y aplaudieron cuando
Teresa Enke caminó hacia el féretro en compañía de una amiga. Varios integrantes de la selección alemana se acercaron para despedirse de su compañero.
En un país en el que el fútbol es pasión, la muerte de Enke ha abierto un debate sobre si los jugadores reciben la ayuda psicológica adecuada.
Teresa Enke dijo que su esposo escondió su condición por miedo que perdieran la custodia de la niña de ocho meses que adoptaron. La hija biológica de la pareja, Lara, falleció en 2006 debido a un mal cardíaco cuando tenía dos años.
Sus compañeros y entrenadores no sabían de los problemas de depresión.
Enke fue enterrado junto a su hija Lara en un sepelio realizado en la localidad de Neustadt, en las afueras de Hannover.
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