De mujeres el crepúsculo de la temporada. Firme la arena para bravos de San Miguel de Allende, Guanajuato, unos de Marrón Cajiga, otros de Suárez Gerard. Expectativa siempre.
De mujeres la corrida, de mujeres la tierra, de mujeres todos aciertos e imposturas de la tarde que despedía tanto reapertura de la Plaza México, como feria de aniversario, tanto nervio del respetable que ya no sabía dónde caer con su catarsis, tanto turismo que fue a verla triunfar.
Luego de la ceniza de una temporadita reacia –dos Hechiceros, uno volador de Garfias, el otro de Las Huertas indultado, el primer rabo en dos décadas de Jefe Arana de Xajay para Roca Rey, tardes llenas de aterciopelados anovillados sin juego, pero también una presencia como la de Bailador de la centenaria ganadería de Rancho Seco, alguna impostura de ingeniería caballista, y excepcional toreo de lanza–, los domingos taurómacos sin fin cierran la plaza con lances importantes de la confirmante, de jacaranda y oros, Rocío Romero; la siempre grata Paola San Román, gualda en dorado; y los caballos y rejones mexiquenses de Stefanía Uribe, galante pero sin matar.

Max Verstappen se queda con la pole y saldrá primero en el GP de Abu Dabi de F1; Norris y Piastri le siguen
- El Tip: Rocío Romero, primera mujer cordobesa que confirma en la Monumental Plaza México, luego del casi treinta años de confirmante cordobés.
Con los cuatro toros del rancho Ojo de Agua, divisa morado, blanco y rey, Romero, primera cordobesa confirmando en México, estuvo fina y empleada en su primera suerte, mala locon la espada. Para Morado, con todo el peso de la clausura y su batacazo patas arriba, no le vino bien la noche, que, desacomodada y nerviosa, no mató ni a la segunda entrada.
San Román, queretana que venía de tarde triunfante con Defensor de Garfias, con su Con Alas de Campo hermoso estuvo toda malhecha a pesar de sus empeños, sin embargo para su Sin Miedo tuvo más recursos, desde el quite por chicuelinas, hasta los trazos que en las circunferencias nos legó. Lástima, hasta ahorita, con la espada. Entre sus dos astados se fue con dos avisos y una vuelta al ruedo sobreactuada.
Uribe, debutante filantrópica en La México con los astados de Marrón, del rancho Santa Inés, divisa marrón, botella y naranja, con todo y la porra de sol que traía, no le alcanzó sino para dar mucho de qué hablar.
Vámonos medio campantes, et clamor meus ad te veniat.
