Como muchas niñas, Tabata acompañaba a su mamá al trabajo, pero cuando Lluvia entrenaba en la Arena México, la pequeña heredera hacia del interior de la Catedral de la Lucha Libre su patio de juegos. Hoy en día, sigue acompañado a su madre a trabajar, la diferencia, es que ahora lucha codo a codo con ella en el CMLL, pero su destino pudo ser diferente, pues perseguía una carrera en el boxeo y en exclusiva con La Razón compartió sus inicios en el deporte.
“A mí me gustaba jugar luchitas, decía que yo era Lluvia Junior, me ponía las máscaras de mi mamá, pero ella siempre me decía que no fuera luchadora. Me metió a miles de deportes, a mí se me fue quitando esa idea y en una ocasión, como a los 8 años, me trajo a entrenar, pero regresaba llorando y de niño pues uno dice que no”, empieza su historia.
Luchadora de tercera generación, Tabata, conocida como La Niña Bonita de la Lucha Libre, debutó con el nombre de Katara, peor antes de eso fue una promesa del boxeo mexicano, con una carrera amateur que apuntaba al profesionalismo, pero el destino tenía otros planes, pues se vio obligada a pausar sus entrenamientos como pugilista por la pandemia de Covid-19, lo que la orilló a entrar al arte de los costalazos.

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“Me enfoqué más en el box, estuve compitiendo amateur, me fui a Monterrey, San Luis, fui a varios lugares y se me fue quitando la idea de la lucha. Llegó la pandemia y cerraron los gimnasios. Último Guerrero abrió un gimnasio de lucha y todavía no iba nadie porque pues estaban cerrados, pero mi mamá me mandó a entrenar con él para que no dejara de hacer ejercicio”, sigue.
Aunque su madre le decía que no fuera luchadora, fue la misma Lluvia quien la incentivó a entrenar lucha y con el tiempo, ella misma le metió la idea de incursionar en el deporte, pues le preguntaba si seguiría con su legado, pero lo sorprendente fue que su debut llegó de manera inesperada.
“Conforme fui entrando mi mamá decía que si no iba a haber otra Lluvia Junior, así me empezó a gustar, seguí entrenando con Último Guerrero… hasta que un día me vi programado en Guadalajara, ni mi mamá, ni mi profe sabían, en el programa salía Tabata y yo no quería que la gente supiera que era yo, entonces traté de que hicieran el cambio a Katara y de ahí de ahí empezó todo”, explica.
Por su carrera en el boxeo y porque acompañaba a su mamá a las funciones, algunos aficionados de la lucha ya la identificaban, por lo que tomó una decisión muy dura, pero clave en su ascenso; se quitó la máscara y exhibió su rostro, medida que hoy ve como algo positivo y que optó por respeto al público.
“Me despojé de mi máscara por el respeto que le tengo a los aficionados, varios de ellos ya me conocían sin máscara, pues siempre he estado con mi mamá para todos lados, entonces muchos al final ya me conocían. También estuve mucho tiempo en el box y habían aficionados que me conocían de eso… la verdad es que no me arrepiento, me siento más cercana con los aficionados, creo que fue una muy buena decisión”, explicó.
El legado familiar de Tabata
Tabata viene de una de las familias de mayor legado en la lucha libre, pues su abuelo es Sangre Chicana y su madre es Lluvia, pero no es todo, pues su tío es Sangre Imperial, lo que inevitablemente le ha traído comparaciones en su corta carrera.
“Es difícil, siempre lo he comentado, es complicado porque siempre te van a querer comparar con tus familiares, me compraron mucho con mi mamá, con mi abuelo, con todos mis tíos. Siempre hay comparaciones, pero nadie sabe realmente el esfuerzo que hay detrás”, reflexionó.
La Niña Bonita de la Lucha Libre, quien ya ha tenido experiencias en el extranjero con giras en Japón, asegura que siempre entrega su 100%, pese a lo que puedan comentar de ella en redes sociales, pues las comparaciones con Lluvia son constantes.
“En cada lucha yo entrego mi 100%, entonces yo invito a toda esa gente que no conoce bien de la lucha libre y que critican detrás de un teléfono, que un día tomen una clase de lucha libre, con un día van a ver qué es un deporte muy difícil, arriesgado, de contacto y yo nunca voy a ser igual que mi mamá, yo nunca voy a ser igual que mi abuelo, cada quien tiene su estilo y yo quiero marcar un estilo diferente”, enfatizó.
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