Ciclismo

De manera atípica y con extremas medidas de sanidad, arranca el Tour de Francia 2020

El noruego Alexander Kristoff estrenó el maillot amarillo del Tour de Francia y se colocó en el liderato de cara a la etapa 2

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El Tour de Francia más extraño de la historia finalmente partió el sábado de la ciudad de Niza en una atmósfera extremadamente moderada, en medio de temores de que la carrera podría suspenderse mucho antes de que llegue a París.

La imagen de los 176 ciclistas en la línea de partida fue considerada como una gran victoria para los organizadores y los funcionarios del gobierno francés, quienes están aliviados de que el macro evento que atrae a cientos de miles de personas cada verano pudo llevarse a cabo. Luego de que los campeonatos de futbol europeos y los Juegos Olímpicos fueron postergados a 2021, el Tour, pospuesto por dos meses, sobrevivió a la pandemia de COVID-19.

Pero la habitual atmósfera boyante que rodea al evento dio lugar a sentimientos inquietantes. En lugar de las habituales multitudes palpitantes, los ciclistas fueron recibidos por un silencio sepulcral mientras se leían sus nombres en un escenario donde fueron presentados ante una plaza vacía en el centro de Niza, dominada por una estatua que portaba una mascarilla con la frase “protéjanse". Una silenciosa multitud de unos cientos de personas, todas portando mascarillas, se mantuvo a unos 50 metros de distancia detrás de unas barreras de metal.

Desde su creación en 1903, la carrera sólo se ha cancelado durante las dos guerras mundiales.

Pero el número de casos nuevos de COVID-19 reportado a diario ha aumentado constantemente en toda Francia, provocando inquietudes de que el Tour tendrá que ser suspendido si la situación se deteriora.

“Es un primer milagro que podemos dar inicio a esta carrera, pero queremos que ocurra un segundo milagro, que es que el Tour de Francia llegue a París", dijo David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional. 

Jean-Michel Blanquer, el ministro francés a cargo de los deportes, dijo que las probabilidades de que se cancele el Tour antes de llegar a París son “muy escasas”, pero también señaló que “todo es posible. Eso podría ocurrir por supuesto, espero que no y creo que no pasará porque los organizadores del Tour han hecho un trabajo extraordinario”.

Los espectadores del Tour y los ciclistas generalmente socializaban al inicio de las etapas, posando para fotografías juntos o intercambiando algunas palabras. Todo esto fue imposible el sábado al comienzo de la primera etapa de 156 kilómetros. Los presentes no tenían permitido tomarse fotografías con sus héroes o pedirles sus autógrafos. Tampoco se pudieron acercar a los autobuses de los equipos del campeón del año pasado, el colombiano Egan Bernal, y del excampeón mundial Peter Sagan, que estaban estacionados uno al lado del otro.

Además de las medidas de distanciamiento social que se implementaron, las autoridades francesas también han decidido que todo un equipo será expulsado de la carrera si dos o más de sus miembros, incluidos del personal, dan positivo al COVID-19 en un lapso de una semana, aumentando la probabilidad de que sólo una parte del pelotón llegará a los Campos Elíseos dentro de tres semanas.

El noruego Alexander Kristoff estrenó el maillot amarillo del Tour y se colocó en el liderato de cara a la etapa 2.

rmp