Fue “un regalo único”,

Amores perros reúne a Iñárritu y Gael en Cannes

En el festival se proyectó una copia restaurada que emocionó a González Iñárritu

De izq. a der., Martha Sosa Elizondo, Iñárritu y Gael García.
De izq. a der., Martha Sosa Elizondo, Iñárritu y Gael García. Foto›AP

Amores perros, filme que marcó un antes y un después en el cine mexicano, fue homenajeado ayer por sus 25 años en el Festival de Cine de Cannes. Una celebración que reunió a su director Alejandro González Iñárritu y a uno de sus protagonistas, el actor Gael García Bernal.

En el festival, donde en el 2000 se estrenó en la Semana de la Crítica, donde obtuvo un premio, se proyectó una copia restaurada que emocionó a González Iñárritu, para quien fue “un regalo único”, y que hizo llorar a Gael García, pues fue un filme que le cambió la vida.

  • El Tip: Guillermo Arriaga ha contado que un accidente en carretera que sufrió en 1985, de alguna manera, inspiró la estructura de la película Amores Perros.

“Gracias, Alejandro, me cambiaste la vida”, expresó visiblemente emocionado Gael García, quien luego abrazó al cineasta, de acuerdo con crónicas publicadas en agencias internacionales.

Por su parte, el también realizador de Biutiful expresó que la película “ya se ha convertido en un clásico, no sólo de México, sino del mundo”.

Horas antes de la proyección en Cannes, ambos participaron en una charla organizada al margen del festival en la que recordaron cómo el proyecto fue rechazado cuando lo presentaron para recibir apoyos gubernamentales.

“Fue una apuesta difícil, porque la película no era fácil, era tensa, violenta, difícil de montar”, compartió con la audiencia Alejandro González Iñárritu.

Mientras que el actor de Y tu mamá también rememoró que fue una de las experiencias “más trascendentales” de su vida: “Algo sucedió que cambió mi vida y la de todos”.

En la plática, el director de Babel contó que cuando estrenó la película en Cannes le dolió ver que la gente se iba a la mitad. Eso lo dejó tan consternado que incluso se lo compartió a Bernardo Bertolucci, quien le dijo que después de una ópera prima todo empeoraba.