La poeta y artista multidisciplinaria Vivian Sánchez Barajas (1978) nació en Mexicali, Baja California, pero su hogar es el mundo, porque una de sus mayores pasiones son los viajes, que suelen nutrir sus letras. Licenciada en Actuación por la New York Film Academy y maestra en Poesía por la Spalding University, comenzó a escribir a los 14 años y a los 18 publicó su primer poemario Octamadona (Los Domésticos, 1996).
Su obra explora diferentes universos, esencialmente el erotismo, pero también demuestra su interés por poner sobre la mesa el tema de la migración y su reclamo hacia los discursos convencionales que denigran a la sexualidad femenina.
Conversé con ella sobre su reciente libro La sangre llama (Los libros del perro Editorial, 2024) en el que se despide de su padre; y también sobre la poesía como herramienta para buscar justicia, y los claroscuros que experimenta al ser una escritora sin ataduras físicas ni mentales.
Al fallecer tu padre y a través de La sangre llama demuestras que volviste a nacer. ¿Cómo es la Vivian después de este proceso de duelo?
El proceso de haber escrito el libro en sí fue catártico y doloroso en diferentes fases. Me costó mucho trabajo entregar el libro a la editorial.
Cuando logré soltarlo, al mismo tiempo pude tener ciertos momentos de llanto profundo que no me esperaba.
Todas las personas que han perdido a un ser querido, especialmente a una figura como la paterna, saben que la ausencia y el dolor van a estar ahí, pero aprendes a vivir con eso, porque tarde que temprano lo tenemos que aceptar.
Este libro tiene de todo: amor, dolor, soledad, compasión, reclamos… ¿La poesía es tu método de sanación? ¿Es tu refugio?
La poesía ha sido el género literario que sigo eligiendo. Para los temas de la muerte y los ritos fúnebres en La sangre llama, el lenguaje poético fue para mí el mejor recurso porque creo firmemente en su poder, en el poder de trascendencia en el alma y en el corazón de las personas, es decir, cómo la poesía es capaz de atravesarte en tan poco tiempo en un breve espacio y cómo cualquier persona es capaz de memorizar un poema.
Si buscamos en lo más profundo, en los griegos, en Homero, en cómo la misma Ilíada fue una fuente de inspiración cuando se escribieron los primeros esbozos de una Constitución en la antigua Grecia comprendemos que el poder de la poesía es innegable.
En este homenaje a tu padre, te desprendes de ataduras familiares y culturales. ¿Cuál ha sido el precio de tu insurrección?
El tema erótico es un leitmotiv. El erotismo y romper tabús es algo que ha estado en todos mis libros, desde el primero hasta éste. No lo veo como un precio a pagar, sino más bien como un compromiso. No puedo ir en contra de mi naturaleza, ni de ese llamado. El precio a pagar sería minúsculo para mí, por ejemplo, si a algunas personas les molestó el libro por algo. El arte o un ideal siempre son más importantes que el mismo escritor. Pelear por un ideal es más importante que la persona, es decir, yo pienso que soy un instrumento o una artesana, nosotros somos el medio para que el mensaje que queremos transmitir se evidencie físicamente o virtualmente.
En tu obra expresas un desacuerdo con el tabú de la sexualidad femenina. ¿La poesía es una herramienta para derrumbar las construcciones sociales respecto a este tema?
Sabemos que el arte es el camino para poder ir creando conciencia, para ir haciendo rupturas para que entre la luz. Son innumerables los artistas plásticos, los escritores que lo han dicho, cada quien a su manera. El arte es político; si el arte no tiene un efecto en el público, en el lector o en quien recibe el impacto de la obra, si no los conmueves, si no rompes ese hielo, entonces algo está fallando. Todos somos seres políticos inexorablemente, todos estamos condicionados por nuestro contexto histórico, político, social, cultural, familiar y el machismo existe en toda Latinoamérica, en Europa, en Asia, está en todo el mundo.
EL EROTISMO Y ROMPER TABÚS ES ALGO QUE HA ESTADO EN TODOS MIS LIBROS
Has vivido en varios países como República Checa, Grecia o Vietnam. ¿Cómo nutre la migración tu poesía? ¿En todos los lugares has experimentado sentido de pertenencia?
Nace un sentido de la aventura y ese sentido me llevó a tomar las decisiones sin pensarlo dos veces. Se vuelve adictivo de cierta manera. El entrar a esas culturas y países, me ha influido de muchas maneras, para empezar a nivel literario, ya que busco leer a los poetas y escritores de esos países; presenciar artes plásticas y cine, que es muy importante para mí.
Definitivamente sí siento que ejerce una influencia cuando escribo. Algo que sucede cuando te vas a vivir a un país diferente, es que te vuelves un poquito más consciente y más humano porque descubres que en esencia todos somos lo mismo. Hay que tener respeto y humildad hacia los otros cuando vives en territorio extranjero. La gente lo nota y esa es una manera de integrarte ocupando tu lugar de extranjero o expatriado, pero permitiendo que todo fluya.