Las joyas de la corona. Crónica del robo al Louvre

En su momento, CNN dio a conocer el robo en el Museo del Louvre que sorprendió al mundo: “Cuatro ladrones que se movían con precisión y rapidez irrumpieron en el museo más visitado del mundo y se llevaron una colección de joyas con un valor estimado de más de 100 millones de dólares. Pero esto era más que dinero. Era un golpe al corazón de la historia francesa”. Iván Farías nos cuenta lo que investigó sobre el mayor robo de los últimos años

LAS JOYAS DE LA CORONA
CRÓNICA DEL ROBO AL LOUVRE
LAS JOYAS DE LA CORONA CRÓNICA DEL ROBO AL LOUVRE Foto: Arte digital > Luis de la Fuente > La Razón

París, Francia, domingo 19 de octubre. 9:04 A.M.

Pese al frío, las largas colas para entrar al Museo del Louvre son siempre enormes. En las diversas entradas, pero especialmente donde está la otrora polémica pirámide, los visitantes esperan con paciencia su turno para entrar y aprovechan para sacarse la misma foto una y otra vez: consiste en pararse en alguna de las columnas de la plaza y sonreír. Todos esperan para ver a la Mona Lisa, o Gioconda, como es conocida por los galos. Algunos más van a buscar La Victoria de Samotracia o La Venus de Milo, entre muchas otras de las piezas más famosas. La verdad es que pocos van a ver las joyas de las antiguas monarquías

Sin embargo, ese día, cuando menos cuatro personas iban directamente a la Galería de Apolo donde se exhibía un conjunto de joyas de valor incalculable, pertenecientes a la realeza francesa del antiguo régimen y al imperio, ya en el siglo XIX.

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A las 9:30 un camión con una escalera elevadora se estaciona en la avenida cercana al Sena, para subir a dos hombres con chalecos amarillos que, luego de romper una ventana, entrarán a la Galería Apolo. Nadie, fuera ni dentro del museo se incomoda. No es extraño ver a hombres en ropa de trabajo porque París, como muchas otras ciudades europeas, viven constantemente en obras. Al ser urbes viejas, necesitan reparaciones y mantenimiento constante. Es muy normal ver hombres en chalecos amarillos, deteniendo el tráfico, impidiendo entrar en tal o cual espacio.

IVÁN FARÍAS
IVÁN FARÍAS ı Foto: Especial

A las 9:34, sus compañeros esperan abajo con motocicletas Yamaha TMAX, capaces de alcanzar más de 160 km/h, listos para el escape. Arriba, sus compinches, con un par de amoladoras eléctricas —herramientas de trabajo pesado y muy prácticas para cortar metales o quebrar, en este caso, cristales—, comienzan a romper el blindaje de un par de vitrinas.

Para ese momento los pocos visitantes de la sala se dan cuenta que algo raro está pasando. También la seguridad del museo sabe que han entrado a robar, sin embargo, todo es tan extraño que tardan unos segundos en actuar. Pese a todo, la seguridad llega justo cuando los hombres ya sacaron las piezas de las vitrinas, para guardarlas en una bolsa y escapar. Con las amoladoras enfrentan a los guardias, que están desarmados, por lo que los dejan pasar. Los ladrones supieron muy bien escoger el momento y aprovechar la sorpresa, porque de haberse alertado a Vigipirate, la alerta contra terrorismo en la que la Gendarmerie, la policía militar, puede llegar armada a cualquier lugar, los hubieran sometido sin problema. Pero ahora están ahí dos hombres con herramientas de trabajo enfrentándose a unos pocos guardias de seguridad que sólo cuentan con gases y radios.

A las 9:37 los ladrones, apresurados, salen por la ventana rota, incluso uno de ellos se avienta de cabeza al cubo de la escalera para luego recuperarse. La intención es quemar el camión para no dejar huellas, pero al ver que los siguen de cerca, lo intentan pero no lo logran; así que mejor deciden escapar a bordo de sus potentes motos dirigiéndose hacia la autopista A6, que los saca rápidamente de la ciudad, no sin dejar tirada, en plena calle, la corona de la emperatriz Eugenia.

Con ellos desaparecían joyas que habían sido recuperadas de las manos de los antiguos reyes previo a la Revolución de 1789, además de joyas del siglo XIX que pertenecieron a las dos familias imperiales de Napoleón y su sobrino Napoleón III. En menos de siete minutos, cuatro ladrones habían perpetrado un robo millonario, pero con un valor histórico inconmensurable.

SECUESTRO DE OBRAS DE ARTE

Las obras de gran valor, así como las joyas históricas robadas son muy difíciles de vender debido, principalmente, a su éxito comercial y artístico. No son nada discretas de trasladar y comerciar. Una obra pequeña, una pieza inicial de un gran maestro, un pequeño cuadro de Branding o un grabado de Goya, por mencionar alguna, pueden incorporarse de manera más sencilla al mercado negro del arte sin tanto problema. Un diamante reciente, con un pulido y otro corte, pueden salvar las restricciones y ser vendidos en joyerías para obtener ganancias, pero las grandes obras o las joyas antiguas, son casi imposibles de mover.

El público educado bajo el romanticismo de las películas y novelas sobre robos de obra de arte piensa que este tipo de saqueos son ideados por un millonario enamorado de un Vermeer, por decir un apellido, que decide organizar un enorme operativo criminal para poder ser el único espectador de una pieza realizada por el genio flamenco. O que las coronas imperiales pueden venderse en joyerías de Berna, sin ningún problema. La realidad es más cruel.

Esto que en la ficción parece muy sencillo e incluso en algunos momentos hasta noble (hay personas que justifican el robo porque es una forma de justicia poética a las ex colonias), en la vida real tiene un trasfondo de financiación terrorista o criminal.

Me explico, una obra famosa no es rentable para un ladrón si no puede deshacerse de ella de inmediato. En la realidad, nadie la quiere para lucirla en su mansión privada. Los grandes coleccionistas de arte adquieren esas piezas para convertirlas en efectivo cuando sea el caso, e incluso las guardan en bóvedas bancarias o las ceden en comodato a museos que se encargan de su cuidado. Algunos compradores de arte son simples especuladores que buscan sacar ganancias al alterar el mercado y hacer, por ejemplo, que las piezas de determinado artista cobren relevancia, como ha sucedido en el caso de Jeff Koons.

UNA OBRA FAMOSA NO ES RENTABLE PARA UN LADRÓN SI NO PUEDE DESHACERSE DE ELLA DE INMEDIATO, NADIE LA QUIERE PARA LUCIRLA EN SU MANSIÓN. LOS GRANDES COLECCIONISTAS DE ARTE ADQUIEREN ESAS PIEZAS PARA CONVERTIRLAS EN EFECTIVO

Las joyas antiguas, por su parte, conllevan una dificultad adicional, ya que fueron cortadas para su lucimiento en tiempos donde la luz eléctrica no existía, por lo que sus formas y terminados son de inmediato percibidos por cualquier joyero competente, que de inmediato dará aviso a las autoridades, no tanto por civilidad, sino por recibir una buena recompensa.

Entonces, ¿para qué robar este tipo de mercancía? La respuesta es sencilla. La mayoría de estos hurtos, son en realidad secuestros para cobrar sumas millonarias de dinero o para negociar bajas en las condenas de grandes capos criminales. Cosa que ningún gobierno está dispuesto a aceptar.

Pongamos como ejemplo el caso del pequeño Museo Magritte de Jette,

Bélgica, que en septiembre del 2009 sufrió el robo de “Olympia”, una enorme pieza, realizada por René Magritte, valorada en casi un millón de euros. Días después, los ladrones contactaron con el conservador del museo para ofrecerse a devolverlo a cambio de 400 mil euros. Aunque, oficialmente ni el gobierno ni el museo aceptaron el trato, lo cierto es que el cuadro volvió a través de un intermediario. Tal vez la aseguradora acabó negociando con los ladrones; la verdad nunca se sabrá.

Lo único cierto es que la Interpol y la policía belga sospechaban que el autor de este robo era Khalid El Bakraoui, uno de los terroristas de los siniestros atentados del 13 noviembre 2015 en París y del 22 de marzo de 2016 en Bruselas, donde acabó inmolándose. El robo de arte para cobrar recompensa y al mismo tiempo financiar actividades terroristas o criminales, elimina de un plumazo el romanticismo ficticio donde un ladrón ingenioso se lleva un cuadro para entregarlo a un ambicioso admirador de arte que lo quiere sólo para sí, o que han sido ladrones que intentan recuperar arte para sus países de origen.

Hace diez años, Bélgica se convirtió en el centro de tráfico de arte de una manera tan alarmante que el 1 de noviembre de 2016, la policía nacional belga decidió desaparecer su unidad contra el robo de arte ilícito al percibir que estaba infiltrada, y muchas de sus funciones fueron delegadas en otras áreas de la policía nacional para evitar mayores infiltraciones.1

El emblemático juego de zafiros que perteneció a la reina Hortensia y, posteriormente, a la reina María Amelia.
El emblemático juego de zafiros que perteneció a la reina Hortensia y, posteriormente, a la reina María Amelia. ı Foto: Historia National Geographic

EL LADRÓN CARISMÁTICO

El reciente robo es un acontecimiento mediático que ha puesto en el punto de mira a la seguridad del Louvre y en entredicho la eficiencia de la policía francesa. Incluso el medio de izquierda francés Liberation publicó un artículo 2 en el que se hablaba de las deficiencias de la seguridad informática, luego de que CheckNews, una agencia de auditorías en sistemas computacionales reflejara que la misma era bastante mala, llegando a utilizar el mismo nombre del museo como contraseña. Sin embargo, el informe era de 2014 y muchas de esas fallas ya habían sido subsanadas.

Pese a todo, la propia directora del recinto, Laurence des Cars, declaró ante el Senado que además de ofrecer su dimisión, ponía sobre la mesa que la seguridad estaba comprometida por falta de recursos. Lo ejemplificaba con la ausencia de cámaras de vigilancia que impidieron ver la entrada de los ladrones. La única que había estaba situada en el lado contrario del lugar de acceso.

A pesar de todo, la seguridad funcionó de inmediato apenas se rompieron los cristales y entraron los ladrones, tan es así que los obligaron a huir y posteriormente lograron recuperar suficiente ADN como para lograr su captura en tiempo récord. La base de datos de ADN de la policía ha sido parte fundamental del caso. Dicha base fue creada en los años 90 debido a un caso muy mediático conocido como “Guy Georges, el asesino del este de París”, quien había sido detenido por agredir a una mujer con un arma. Al no existir una base centralizada, las autoridades no cruzaron la información necesaria que pudo haber evitado los dos siguientes asesinatos que perpetró una vez estando libre.

Fue gracias a esta base, y a la cantidad indiscriminada de rastros que dejaron los ladrones (guantes, herramientas, pañuelos) que fueron detenidos en poco tiempo. Uno de ellos era un antiguo guardia de seguridad del Centro Pompidou, toda una celebridad en redes sociales, principalmente en TikTok donde se hacía llamar Doudou Cross Bitume.

Habitante de Aubervilliers, una de las zonas periféricas de París, Abdoulaye N. es bastante querido por sus vecinos (“Super papá”, “persona muy amable”, dicen quienes lo conocen, en diferentes entrevistas realizadas por el medio Brut), que de inmediato supieron que se trataba de él sin necesidad de que la policía dijera su nombre. Los chicos, muchos de ellos fanáticos de las motocicletas, se habían dado cuenta de que ya no andaba por el barrio y cuando la policía dio la noticia y el periódico Le Parisien filtró el apellido, todo mundo supo que era él.

Abdoulaye N. también era conocido por la policía, ya que era un infractor recurrente: manejaba motocicletas sin licencia, realizaba pequeños hurtos, y además tenía antecedentes de atropellamiento y fuga. Esa fue la razón por la que él y un amigo suyo, estaban en la base de datos.

La Victoria de Samotracia, una de las obras más famosas del Louvre, preside el descanso de la escalera Daru.
La Victoria de Samotracia, una de las obras más famosas del Louvre, preside el descanso de la escalera Daru. ı Foto: Grandjean Edouard / Shutterstock

Doudou Cross Bitume es el sueño que le queda a muchos de los habitantes de las periferias parisinas, repletas de inmigrantes o hijos de inmigrantes africanos, provenientes principalmente de Argelia. Bitume se hacía fotografías imitando el estilo del rapero Tupac Shakur, además de conducir motocicletas a alta velocidad, como en las que escapó el día del robo.

También capturaron a un amigo suyo, Ayed G., pareja delictiva de Bitume. La policía los ha apodado como los “Petits poucets du cambriolage”, es decir, como los Pulgarcitos del robo, por la cantidad de rastros que dejaron en la escena del crimen.

Gargantilla y pendientes de esmeraldas de la emperatriz María Luisa.
Gargantilla y pendientes de esmeraldas de la emperatriz María Luisa. ı Foto: Historia National Geographic

DETECTIVE DEL LOUVRE

Todos estos factores llevaron a las autoridades a concluir que los perpetradores no tenían ni idea de lo que estaban haciendo. Uno de ellos admitió que no sabía que el museo llegaba hasta ahí, creía que sólo abarcaba el área de la pirámide y el otro pensaba que el recinto cerraba los domingos. Son, como se dice en lenguaje policial “peintres”, pintores, es decir, gente que se contrata para un crimen en específico y que suelen ser desechables. La policía ahora busca a la mente creativa.

Por supuesto, la imagen de policía parisina ha sido motivo de memes, dentro y fuera de Francia, desde la imagen del inspector Clouseau, el detective de la Pantera Rosa, hasta el ladrón Lupin, ya sea el clásico o el encarnado por Omar Sy. Sin embargo, ninguna imagen ha sido más poderosa que la realizada por el fotógrafo Thibault Camus, de Associated Press. En ella, el mismo día del robo, se podía ver a varios policías recargados en una patrulla, mientras de su lado izquierdo aparecía un chico muy bien vestido con fedora y un bello traje de dos piezas.

La imagen fue viralizada y de inmediato comenzaron las especulaciones. Incluso el diario New York Times contrató a un “experto” que aseguró que era inteligencia artificial. La verdad se supo poco tiempo después, cuando el chico decidió salir del anonimato. Se llama Pedro Elías Garzón Delvaux, de origen colombiano, con apenas 15 años, estudiante de bachillerato en Rambouillet, Yvelines, una comuna a una hora de París.

Delvaux resultó ser todo un fan de la historia francesa, en especial durante la segunda Guerra Mundial y particularmente de la Resistencia francesa. Su fedora es en realidad un homenaje a Jean Moulin, uno de los líderes galos asesinados por el régimen nazi.

En una entrevista para un periódico local, L’echo Républicain, confiesa la razón por la cual tardó tanto en darse a conocer: “Me gustaba la idea de ser un detective misterioso en la mente de la gente. Y quería que la gente intentara encontrarme. Me di cuenta del revuelo unos días después, cuando un amigo me envió un mensaje para decirme que la foto tenía cinco millones de visitas en TikTok”.3

BROMAS DE TIKTOK

Dice el dicho, que cuando ya éramos muchos, parió la abuela. El 14 de noviembre un par de tiktokers belgas, Neal y Senne, famosos por sus bromas, colgaron una fotografía suya en el Museo del Louvre junto a la pintura de la Mona Lisa en la prestigiosa Salle des États, en la primera planta.

La colocaron a las 17:30, ante el beneplácito de sus más de 48 mil seguidores, entre la colección de pinturas venecianas del siglo XVI, sin que los detuviera el personal de seguridad. Habían colado el marco desarmándolo y armándolo después amparados por la multitud.

La broma y el robo dieron como resultado que, ante fallas presupuestarias del Estado francés, el museo más visitado del mundo aumentará el costo de entrada en un 45% para todos los visitantes extracomunitarios a partir de enero próximo. Ese dinero extra será usado para mejorar la seguridad, además de que, con toda certeza, las restricciones de todo tipo aumentarán.

LA BROMA Y EL ROBO DIERON COMO RESULTADO QUE, ANTE FALLAS PRESUPUESTARIAS DEL ESTADO FRANCÉS, EL MUSEO MÁS VISITADO DEL MUNDO AUMENTARÁ EL COSTO DE ENTRADA EN UN 45% PARA TODOS LOS VISITANTES EXTRACOMUNITARIOS

Pese a las rápidas detenciones, los debates en la Asamblea Nacional y la multitud de investigaciones que se han hecho del funcionamiento del Louvre, las joyas siguen sin aparecer. Tal vez, como ha sucedido en muchos otros casos, salgan a la luz luego de que las aguas se calmen y comiencen las negociaciones para recuperarlas.

NOTAS

1 https://www.rtbf.be/article/khalid-el-bakraouile- kamikaze-du-metro-implique-aussi-dans-letrafic- des-uvres-d-art-9440962

2 https://www.liberation.fr/checknews/ louvre-en-mot-de-passe-logiciels-obsoletes-mises- a-jour-impossibles-dix-ans-de-failles-dansla- securite-informatique-du-premier-musee-aumonde- 20251101_RD5YGV6WMVAXLL6U3SRGVFBIBY/

3 https://www.lechorepublicain.fr/rambouillet-78120/actualites/casse-dulouvre-une-photo-de-pedro-elias-garzon-delvaux-15-ans-originaire-de-rambouillet-au-cur-dun-buzz-mediatique_14779737/