La fiebre del rockumental

A lo largo de la pandemia, el encierro impuesto a millones de habitantes del planeta —al margen del desastre
en pérdidas humanas y económicas— ha propiciado un auge en las transmisiones por streaming.
En las diversas plataformas, el catálogo sobre figuras musicales y géneros diversos —donde predomina
el formato documental— aumenta sin descanso. Este repaso da cuenta de los antecedentes
y la diversidad de las ofertas, que en sus mejores expresiones alcanzan niveles de excelencia;
de ese bosque nutrido, presentamos un panorama y una valoración que puede ayudar a enriquecer el tiempo libre.

Zappa, 2020.
Zappa, 2020.Fuente: imdb.com
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En 1967, Bill Graham encargó al director D. A. Pennebaker filmar el Monterey Pop Festival con el fin de promocionar a los artistas participantes. Se presume que gracias a ello se aceleró la masificación de Janis Joplin y Jimi Hendrix. Hoy el romance entre el rock, el  cine y la televisión rebasa el medio siglo.

Desde entonces, lo que en un principio consistía en la mera captura en vivo de un espectáculo musical evolucionó hasta convertirse en el rockumental y la miniserie. Sin dejar de lado la ficción, lo arty y la experimentación. Ejemplos abundan: por ejemplo, resultan memorables los primeros minutos de The Song Remains the Same de Led Zeppelin. En ellos se registra una minipelícula, como preámbulo al concierto en vivo. Pero sin duda dos de las cumbres indiscutibles entre la asociación del cine y el rock son The Wall, de Alan Parker y Quadrophenia, de Franc Roddam.

La influencia que han ejercido estas cintas en ocasiones es tan importante como la música misma. Kurt Cobain veía de manera obsesiva, una y otra vez, Don’t Look Back de D. A. Pennebaker, su registro del paso de Bob Dylan por Reino Unido en 1965. La lista se amplía hasta lo innumerable. Pero hay grandes documentos que no pueden dejar de consignarse, como The Last Waltz de Martin Scorsese. La grabación de Woodstock de Michael Wadleigh o la filmación del asesinato cometido en Altamont, California, durante un concierto de los Rolling Stones. Se afirma que este incidente, junto con los asesinatos de la familia Manson y la represión policial en Chicago en 1968, son los clavos del ataúd que sepultó los años sesenta y el Flower Power.

Las bandas de la época encontraron en el cine un recurso para incursionar en un mercado que se encontraba huérfano. Un nuevo público, el del rock & roll, estaba ávido por tener un contacto más estrecho con sus artistas favoritos. Nadie como los Beatles supo capitalizar esta modalidad. A Hard Day’s Night y Help!, ambas de Richard Lester, avivaron la llama de la Beatlemanía hasta lo incalculable.

VIDEO KILLED THE RADIO STAR

El amasiato entre el rock y la cámara cinematográfica engendró el videoclip. Un vehículo de promoción que si bien nació en los sesenta y se cultivó durante los setenta, se consolidaría hasta los ochenta con la irrupción del canal MTV en 1981.

Es en el terreno del videoclip donde la expresión visual del rock ha alcanzado su máxima expresión. Desde lo cándido, lo ingenuo y lo naif de los ochenta hasta la actualidad, cuando en cuatro minutos con ocho segundos se puede edificar una obra de arte como el video de “Lazarus”, de David Bowie. Pequeña historia en clave en la que incluso se atreve a anunciar su próxima muerte.

Quizá el videoclip más famoso de la historia sea “Thriller”, de Michael Jackson. Cuya historia sobre el adolescente que se convierte en lobo es tan seductora como el baile de los muertos que ejecutan los zombies o la coreografía que simula una pelea callejera en “Beat it”. Tanto Michael Jackson como Madonna utilizaron el videoclip, más que como un elemento de promoción, como una manera de transmitir su estética.

YouTube reporta un total de 1,249,192, 236 (y aún contando) reproducciones de “Smells Like Teen Spirit”, de Nirvana. Sumémosle la cantidad de ocasiones que fue trasmitido por MTV. Se repitió de tres a cinco veces al día durante el 91 y el 92. Más de un ejecutivo de disquera estará de acuerdo que sin esta ayuda Nirvana no se habría convertido en el fenómeno que ahora es. Pero como apunta Danny Goldberg en su biografía Serving the Servant, la idea completa del videoclip obedece a Kurt Cobain, quien mandó cambiar al director para hacerse del control creativo. La idea de las porristas fue suya. Lo que nos lleva a pensar que Kurt, además de ser músico, se pudo dedicar al cine.

Contabilizar los grandes videoclips de la historia es una tarea que da para un libro, sin embargo, no se puede omitir una mención a los de Daft Punk, entre ellos “Around The World”. El dueto ahora extinto elevó el videoclip a alturas insospechadas. Al grado de que imagen y música se han vuelto indisociables.

El documental retrata bien la importancia política de Zappa. No escatima al revisar los aspectos en los que destacó el guitarrista

ROCKUMENTAL, BIOPIC, MINISERIE, CORTOMETRAJE, STREAMING Y DEMÁS

Durante la década de los noventa se produjo el fenómeno a la inversa. El cine volteó hacia el rock. Se percató de que había demasiadas historias que consignar. El banderazo de salida fue The Doors, de Oliver Stone. Una biopic que ha despertado tantas pasiones como enconos. Existen incluso en YouTube videos de aficionados que se dedican a desmentir la visión que ofreció Stone de Jim Morrison.

Por otro lado, también se han producido biopics que han gozado de la aceptación de crítica y público, como Ray de Taylor Hackford, la vida de Ray Charles, cuya actuación le valió a Jamie Foxx el Oscar como mejor actor; o Johnny & June, sobre la vida de Johhny Cash, por cuya interpretación como June Carter, Reese Witherspoon se ganó el Oscar; o Bird, de Clint Eastwood, sobre Charlie Parker.

Pero el cruce entre cine y rock no ha sido del todo exitoso. Existen muchos descalabros y decepciones. Es el caso de All Is by My Side, biopic sobre la vida de Jimi Hendrix actuada por Andre 3000, el integrante de Outkast. O la reciente The United States vs. Billie Holiday, una historia turbulenta que no fue trasladada a la pantalla con fortuna.

Pero no fue sino hasta la década pasada que el cine se volcó con todo sobre el rock. Y durante la pandemia el proceso se ha acelerado. Cada mes se estrenan títulos relacionados con música de distintos géneros. La oferta abarca varias disciplinas: miniserie, biopic, cortometraje, el documental tradicional y el free, que no cuenta una historia propiamente pero expone una variedad de imágenes de un artista determinado, por ejemplo Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story o Mistify: Michael Hutchence, sobre el fallecido cantante de INXS.

A continuación ofrecemos un recuento de varios de los mejores rockumentales de años recientes.

TOP 6: LO MEJOR

ELVIS PRESLEY: THE SEARCHER (2018) *****

Tenía que ser la cadena HBO, acostumbrada a correr riesgos, la que se animara a producir un documental sobre la vida del Rey. Una tarea nada sencilla si tomamos en cuenta la competencia tan grande que representan las más de 1,300 páginas de la biografía de Peter Guralnick. En 3 horas con 58 minutos HBO presenta un exhaustivo retrato de Elvis. Desde su infancia, acuñada por la pobreza, hasta los excesos que lo caracterizaron, atestiguamos la construcción del mito más grande del rock. La virtud del documental va más allá de la historia contada con una fidelidad milimétrica. Uno de sus principales logros es que consigue atrapar la atención del espectador sin dejarla caer ni tornarse tediosa y aburrida. Si algo no tuvo la vida del Rey fue tedio y aburrimiento, pero sí mucho hastío. Y The Searcher está a la altura de lo que cuenta. A través del relato asistimos a momentos seminales de la historia del rock y del mundo del espectáculo.

ZAPPA (2020) ****

Este documental tiene la particularidad de haber sido creado a partir de material de video que proporcionaron fans de todo el mundo. Así que ofrece imágenes nunca antes vistas. Cuenta la historia de Zappa de manera cronológica pero sin demasiado énfasis en los momentos musicales, es decir, pasa revista a los discos de manera un tanto apresurada. Pero por otra parte retrata muy bien la importancia política del personaje. No escatima al revisar todos los aspectos en los que destacó el guitarrista. Como músico, creador y defensor de la libertad de expresión. Zappa siempre ha sido una figura incómoda en el mundo de la música, pero este documental ayuda a ubicar mejor su posición dentro del mundo del espectáculo. Un mundo contra el que siempre estuvo en pugna. Y sin embargo le aportó varios de los grandes momentos de la música. Dos horas de puro y duro Zappa para placer de los zappianos y un pórtico para los no iniciados que no se quedarán indiferentes ante este monstruo.

What happened,Miss Simone?
What happened,Miss Simone?Fuente: comingsoon.it

SINATRA: ALL OR NOTHING AT ALL (2015) *****

Con su acostumbrada ambición, HBO no dejaría ir la existencia de Blue Eyes. Si bien es cierto que la vida de Sinatra ha sido una de las más polémicas debido a sus contactos en la mafia, este docu dividido en dos capítulos, en total 240 minutos, revela de manera pormenorizada la transformación desde aquel muchacho escuálido que buscaba con desesperación formar parte de la orquesta de Tommy Dorsey hasta la leyenda en que terminaría convertido. Además de contar su historia, el documental hace un retrato impecable de la época. Indispensable para entender por qué no volverán a aparecer artistas de esta envergadura. Cuando se habla de Sinatra lo primero que viene a la mente es “My Way”, “New York, New York” o “Strangers in the Night”, pero Frank es más que sus grandes éxitos. Su reputación se basa en grandes discos de los cincuenta como In the Wee Small Hours. Y All or Nothing at All indaga en ese otro Sinatra, que sin embargo es el más real.

CAMARÓN: FLAMENCO Y REVOLUCIÓN (2018) *****

Pocas voces han representado a un pueblo como la de Camarón de la Isla. Y pocas veces un pueblo ha llorado la pérdida de uno de los suyos como los andaluces cuando un cáncer les arrebató a Camarón a los 41 años. El legado del cantaor se mantiene como el más grande ejemplo del cante jondo que haya pasado por la Tierra, sin embargo es imposible no preguntarse hasta dónde habría llegado si su vida no hubiera sido truncada. En una hora cuarenta y cuatro minutos, Flamenco y revolución desmenuza su vida y milagros. Fue junto a Paco de Lucía una máquina perfecta de matar, pero junto a los Amador actualizó el flamenco y experimentó con el género como nadie lo hizo antes. De este choque entre la tradición y la modernidad surgió La leyenda del tiempo, el disco que partió la historia del género en dos. En el flamenco hay un antes y un después. Y ése lo impuso Camarón con su manera única de sentir y vivir hasta las últimas consecuencias su oficio.

20,000 DÍAS EN LA TIERRA (2014) *****

No existe nada en el mundo que Nick Cave haga mal. Su reputación como músico no presenta reparos, y como escritor se lució con la enorme La muerte de Bunny Munro. Se le ocurre hacer un documental sobre su vida y los resultados son estratosféricos. Apoyado por dos directores, lo que filma en 20,000 días en la Tierra es su visión de cómo se tiene que contar su vida, y es impecable como pieza artística. No sólo el retrato del músico, también del hombre. Pero se trata de todo un viaje, que nos da pistas para entender lo que acontece detrás de The Bad Seeds pero no lo revela por completo, conservando algo de su misterio. Biopic, fábula, y sobre todo momentos de desnudo emocional, integran este magnífico documento, complementado con momentos de gran intimidad que muestran un poco del método de composición de Nick Cave en el estudio. Un emocionante recorrido por la música de un vampiro que nunca sale a cámara sin darse una barnizada de palidez.

MILES DAVIS: BIRTH OF THE COOL (2019) *****

De todos los documentales sobre jazz éste es el mejor. Un ajuste de cuentas necesario con la figura de Miles, después del bodrio que resultó Miles Ahead. Birth of the Cool no escatima sinceridad al momento de dar cuenta de la vida de Davis. Un sujeto de trato difícil, drogadicto, pero un genio al fin y al cabo. Un hombre profundamente tocado por el racismo, que experimentó en carne propia y del cual su psique no se pudo reponer. Pero que no le impidió hacer música de la mejor. Como si se tratara de una novela, este documental te adentra en la vida de su biografiado de manera eficaz, al grado de que de inmediato identificas cuál era el motor de la vida de Miles: la pasión. Magníficamente contado, sin fisuras en la historia o en la estructura, es un gran ejemplo de cómo se debe abordar una vida y cómo se debe llevar a cabo un documental. No es fácil trasladar tanta información en tan poco tiempo, pero Stanley Nelson, el director, lo hace estupendo.

El sino de Nina Simone  fue el sufrimiento. Fue
perseguida por su activismo, Coqueteó con la locura y para ella el amor siempre brilló por su ausencia

WOMEN IN ROCK

WHAT HAPPENED, MISS SIMONE? (2015) *****

Qué vida la de Nina Simone. Ésta es la historia de cómo en ocasiones el talento es un arma muy difícil de manejar. Siempre que se habla de adicciones y comportamientos autodestructivos se alude a los hombres, pero en el mundo de la música hay muchas mujeres que incluso superan los excesos de los varones. Janis, Amy Winehouse y Nina llevaron sus vicios a otro nivel. El sino de Nina fue el sufrimiento. Fue perseguida por su activismo, lo que la convirtió en una paranoica. Coqueteó con la locura y como las otras dos arriba mencionadas, para ella el amor siempre brilló por su ausencia. Pero detrás de toda esa confusión estaba la pianista más grande que haya exitido. Su voz contestataria y la fuerza de su personalidad eran apabullantes. El documental es un reporte puntual de los problemas que tuvo que enfrentar para ser ella misma. El trabajo de la directora Liz Garbus es invaluable: pone a Nina donde pertenece, como una protagonista del siglo que acaba de morir.

JANIS: LITTLE GIRL BLUE (2015) *****

Este documental es muy triste. Pero a la vez muy hermoso. Cat Power narra la vida de Janis Joplin. Una chica a la que el blues volvió loca y la droga empujó hacia la muerte. Cuenta la trágica vida de Janis y su constante lucha por ocupar un lugar en un mundo predominantemente masculino. Fue una de las primeras mujeres que destacaron en el rock. Mientras competía por su consolidación mantenía otra batalla en la oscuridad: su búsqueda del amor. Algo en lo que no le iba bien pero que para ella era muy importante. Y nunca renunció a él. Little Girl Blue cuenta su historia como cantante de Big Brother primero y como solista después; también cuenta cómo, cuando al fin iba a reunirse con el amor de su vida, murió por una sobredosis de heroína. Como en el docu de Nina, no son pocos los momentos en que la tragedia de Janis te arranca las lágrimas. Una voz única que vio su vida truncada a la temprana edad de 27 años.

AMY (2015) *****

Otra integrante del selecto club de los 27. Al igual que Janis, Amy Winehouse dejó el mundo por culpa de una intoxicación de coca y metanfeta. Es un documental triste, tristísimo, pero también lleno de grandes momentos. La vida de Amy no estuvo exenta de humor. La letra de “Rehab” es una prueba de ello. Pero su adicción se le salió de las manos. Uno de los momentos más dolorosos del documental es cuando aparecen las fotos de ella y su novio después de una pelea. Se encerraban a golpearse sin piedad. Otro son las imágenes de Amy en concierto, incapaz de sostenerse en pie por encontrarse ahogada en alcohol. Momentos que la prensa de espectáculos persiguió con insana insistencia por una sencilla razón: desde Billie Holiday no existía una cantante de jazz con tanta alma como Amy. Su fama fue meteórica y como ocurre en esos casos terminó por convertirse en un problema. El devenir de Amy es el mismo de Cobain y otros músicos como Keith Moon, son seres que no quieren ser salvados, sólo vivir su arte a tope.

TRES GRANDES FIASCOS

BEASTIE BOYS STORY (2020) **

Por su importancia cultural es imperdonable no mencionarlos. Son los hijos predilectos de Nueva York. Es una lástima que este “documental” haya resultado un fracaso. Ni siquiera la carta de contratar a Spike Jonze como director pudo llevarlo a buen puerto. De entrada, lo que molesta es el formato. Parece un fusil de Sábado Gigante. Adam Horovitz y Mick D salen en el escenario de un teatro a contar la historia de la banda mientras en la pantalla de atrás se suceden imágenes. Es desafortunado porque se necesita mucho carisma para plantarse ahí sin Adam Yauch. Y la verdad es que sin él salen muy mal parados los otros dos Beastie. Es una historia tan rica la de esta banda que el tratamiento que le dan deja mucho que desear. Quizá un documental contado de manera tradicional habría sido más eficaz. Se entiende que tratan de imprimirle un estilo desenfadado, pero le falta rigor. Y en el caso de una banda como ésta eso no puede pasar.

THE DIRT (2019) *

Hay tanto jugo que sacarle a Mötley Crüe, que esta biopic es un verdadero desperdicio. Mal actuada, con un guion pésimo y un humor de fraternidad pendeja gringa. Pocas vidas tan desmadrosas como las de Mötley. Pero es un relato sesgado, corta partes de la historia cruciales. Como el ingreso de Tommy Lee a la cárcel. Esto se podría entender porque es imposible consignar todo en pantalla por problemas de tiempo, pero incluso aquellos hechos que sí se cuentan, como su encuentro con Ozzy, son caricaturizados de una manera tan pueril que es una oda al ridículo. Y estaremos de acuerdo en que el hair metal se puede interpretar como eso, como una celebración del ridículo, aunque Mötley no era cualquier banda de hair metal. En su historia hay mucho dolor. Y mucho drama, que si hubiera sido llevado a la pantalla con mayor respeto habría podido convertirse en una gran película, a la altura de la biopic de Elton John. Pero como quedó no le alcanza ni para compararse con ese otro chasco que resultó la biopic sobre Queen.

THE BEE GEES: HOW CAN YOU MEND A BROKEN HEART (2020) **

La fama de los Bee Gees nadie la discute. Como tampoco la de la Coca Cola. Frente a los otros documentales, llenos de caídas y peleas, de problemas de drogas y conflictos con la ley, llega esta historia de tres güeritos cuyo principal problema era que no pegaban. Entonces se convirtieron en uno de los máximos exponentes de la música disco y de héroes que pasaron a villanos. Hasta que décadas después los reevaluaron. Si algo merece la pena de este documental es que habla de los años de la música disco con bastante autoridad, pero el devenir en sí de los Bee Gees es mortalmente aburrido. Que crearon melodías que se han mantenido en el inconsciente colectivo, nadie lo discute. Pero eso no los convierte en carne de documental. Y si piensan que por un docu van a volver a vender discos están más que fritos. Éste es el tipo de material que uno ve por culpa de la pandemia. Pero si no existiera el confinamiento nunca nadie lo vería.

That Little Ol’ Band From Texas, 2019.
That Little Ol’ Band From Texas, 2019.Fuente: netflix.com

LO MÁS POLÉMICO

ROMPAN TODO (2020) **

Una historia sobre el rock en América Latina era necesaria. Pero cayó en las manos equivocadas. El productor detrás de los “productores” es el músico Gustavo Santaolalla, que utilizó la miniserie de cuatro capítulos para erigirse como héroe pero acabó convertido en villano.

Desde su estreno, Rompan todo se caracterizó por las críticas negativas que suscitó por parte de fans y otros músicos. Le cayeron a patadas, literal. Pero no era para menos. Ante esa gran ausencia de documentales se esperaba un recorrido menos imparcial sobre nuestro rock; sin embargo, lo que predominó fue el ego de Santaolalla por encima de la historia del rock latinoamericano.

Nadie discute el papel de Santaolalla como productor, pero le faltó humildad a la hora de querer posicionar a su grupo Arco Iris a un lado de Pescado Rabioso o Sui Generis. Santaolalla no está a la altura de Charly ni de Spinetta. Y partiendo de ahí es que se puede analizar lo que ocurre en las cuatro horas en pantalla.

Lo que Rompan todo sí pone de manifiesto es que la única verdad que vale es la de aquellos que ponen el dinero. Es la única razón que cabe para explicarnos ausencias importantísimas en lo que a rock mexicano se refiere. Una historia en la que no aparecen Cecilia Toussaint, Gerardo Enciso, Jaime López, José Cruz, Rafael Catana, Nina Galindo, las Ultrasónicas, no sólo revelan un profundo desconocimiento de la materia sino también un desdén imperdonable. Traducción: poco trabajo de campo, cero investigación y favoritismos a ultranza.

Los grupos mexicanos a los que más se les da tiempo en pantalla son los consentidos de Santaolalla. Son aquellos que produjo, como La Maldita Vecindad, quienes tienen todo el derecho de estar ahí, pero los productores decidieron que es el único rock que existe aquí. Si hubieran salido un poco a las calles de la Ciudad de México, si hubieran dado un recorrido por el tianguis del Chopo, se habrían percatado de que existe un movimiento de rock urbano importantísimo para la vida social de la capital. Pero esos son sueños guajiros.

UN CLÁSICO

THAT LITTLE OL’ BAND FROM TEXAS (2019) *****

Tardaron mucho pero la espera valió la pena. Hay pocas aventuras como las de este trío de locos, ZZ Top. El Reverendo, uno de los guitarristas más grandes de la historia, Dusty, de las mejores segundas del rock y el deschavetado de Frank Beard hablan de todo sin tapujos, drogas, giras y cómo es que consiguieron la gallina de los güevos de oro: el sonido que los haría reconocibles e inconfundibles. Desde sus inicios, marcados a fuego por una gira con los Rolling Stones, hasta los espantosos ochenta que les sonrieron de manera increíble. Década en la que crearon clásicos como “Legs” y conquistaron una nueva audiencia. Que con la estética de sus videos supieron dar el salto como ninguna otra banda de su generación. “Vacaciones para la mente” es como describe Frank Beard a la heroína. Un titán a la altura de Keith Richards, quien responde ante la pregunta de en qué se gastó 722 dólares: en drogas. Hoy es doble A, pero qué grande.

UNA MINISERIE ENTRAÑABLE

THE DEFIANT ONES (2017) *****

Esta belleza es todo un viaje en montaña rusa. Es la historia de la asociación delictuosa entre Jimmy lovine y Dr. Dre. Arranca con un joven Jimmy al que sacan de su casa el día de Acción de gracias para que barra el estudio de grabación y termina por ser el ingeniero de sonido del álbum Imagine de John Lennon. Dr. Dre es el famoso exmiembro de NWA, y el productor que llevó a Eminem al estrellato. Juntos lanzan el sello Interescope Records, que pone en el mapa a Trent Reznor y a Marilyn Manson, desde donde enfrentaron la censura en el rock y el hip hop. Además de que son testigos privilegiados entre la pelea que se presenta entre raperos de la Costa Este y la Oeste, donde mueren las ahora dos leyendas Tupac y Notorius BIG. Un recorrido vertiginoso que los lleva hasta idear los Beats, los audífonos que ahora son un fenómeno y que han vendido millones en el mundo. Drogas, armas, traiciones, relaciones rotas, esta serie tiene de todo. La unión de dos talentos que han hecho mucho por la música.

EL SUICIDADO POR LA SOCIEDAD

KURT COBAIN:  MONTAGE OF HECK (2015) ***

Si bien cuenta con la aprobación de la familia, Courtney y Frances Bean Cobain, el retrato que se hace de Kurt se contrapone con la imagen de su personalidad que tanto se han empeñado por establecer. Aquí vemos a Kurt y a Courtney drogadísimos con heroína cuidar de su pequeña hija. No se trata de hacer juicios de ningún tipo, pero contradice la supuesta versión de que no estaba tan clavado en la droga. Algo tiene la vida de Kurt que pese a que se ha dicho mucho sobre ella cada nuevo documento sobre él, sea un libro, un documental o una grabación recobrada suscita un interés inmediato.

La razón es su música. Después de Nirvana no ha surgido una banda que refleje la desesperanza existencial con tanto acierto. Montage of Heck no ofrece nueva luz sobre la existencia de Kurt Cobain, pero es la visión que la familia quiere que tengamos de él, aunque ésta no sea lo que más les convenga.

El trío de locos ZZ Top hablan de todo y de cómo consiguieron la gallina de los güevos de oro: el sonido que los haría reconocibles e inconfundibles

UN IMPERDIBLE

PRIMAL SCREAM: THE LOST MEMPHIS TAPES (2018) *****

Éste es el relato perfecto del rock. La historia de una banda en la cima: después de Screamdelica no había nada más que demostrar de parte de Primal Scream. Entonces dan un paso atrás. Aceptan que no son los reyes del mundo y viajan a Memphis, donde comenzó todo, para grabar su siguiente producción con un sonido más cercano al soul. Terminan de grabar, hacen las maletas y vuelven a casa para descubrir que la disquera no quiere el disco. Lo remezclan para obtener un sonido más britpop, algo que puedan vender. Veinte años después regresan a Memphis para darse cuenta de que lo que ahí grabaron es un material de una honestidad emocional insobornable.

Comienza entonces un rescate que da como resultado Give Out but Don’t Give Up: The Original Memphis Recordings, el disco con las versiones tal y como las quería la banda en aquella época. Básicamente: música negra hecha por una banda blanca. Inglesa. Nada ha cambiado en el rock desde los tiempos de John Mayall.