Maestro Beethoven

La canción #6

Ludwig van Beethoven
Ludwig van BeethovenFuente: newstatesman.com
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Despierto con la estación Opus 94, el lugar de la música, donde recuerdan los 250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven. Salvo sus tres sesiones semanales, no había escuchado ni leído al respecto durante el encierro, pese a que en enero se anunciaron “miles de conciertos, exposiciones y simposios”. La pandemia también ensordeció su cumpleaños. Como en aquel comercial en el que sonaba la Quinta Sinfonía a todo volumen y alguien gritaba: “¡Maestro Beethoven, bájele a su modular Zonda!”. Pero el maestro ni en cuenta.

Es uno de los genios musicales de todos los tiempos. Niño prodigio a fuerza, pianista, director y compositor de nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo y piano, dieciséis cuartetos de cuerdas, una fuga para cuarteto de cuerdas, diez sonatas para violín y piano, y diez oberturas.

Casi la mitad de esta obra la creó medio sordo, después de su etapa clásica en la que todavía escuchaba en estéreo. Empezó a perder el oído izquierdo en 1798, durante su periodo romántico, en el que usaba inventos como las trompetas de oído y las varillas auditivas entre los dientes y el piano. Cuando se estrenó la Novena Sinfonía en 1824, lo ovacionaron de pie. Pero el maestro ni en cuenta. La cantante Caroline Unger tuvo que girarlo ante el respetable. Fue la última vez que apareció en público. Se comunicaba por escrito en sus Cuadernos de conversaciones y a través de su música más introspectiva.

Era huraño, desaliñado, desconfiado… aunque se cotizaba,
nunca tenía dinero

Como a la mayoría de los genios, a Beethoven era mejor admirarlo de lejos. Era un hombre huraño, con muy mala suerte en el amor, iracundo y malhumorado, desaliñado, desconfiado y, aunque se cotizaba, nunca tenía dinero. Mucho tuvo que ver la salud tortuosa que padeció desde joven: dolor de estómago y diarrea crónicos, depresión, bipolaridad, tinnitus, pancreatitis, reumas articulares y neumonía. Murió de cirrosis hepática, a los cincuenta y siete años, en marzo de 1827.

La influencia de Beethoven ha sido como la onda acuática de una piedra en la música, el tiempo y el espacio: el disco de oro del Voyager incluye el primer movimiento de la Quinta Sinfonía, “Allegro con brio”, con sus cuatro notas portentosas. Es el músico que unió la alta cultura con la popular, por eso se le reconoce como el primer rockstar: quince mil personas asistieron a su funeral. Abrevaron en su música Chuck Berry, The Who, The Beatles, Pink Floyd, Electric Light Orchestra, Emerson, Lake & Palmer, Deep Purple, Rainbow, Black Sabbath, Genesis, Nine Inch Nails y Miguel Ríos con su versión del “Himno a la Alegría” de Schiller. Roll Over Beethoven.