El “Nocturno” de Acuña y El Rey del Corrido

Una pieza en el repertorio de la poesía popular mexicana es, sin duda, el “Nocturno a Rosario”, acompañado por el desenlace de su autor suicida, Manuel Acuña. Sin embargo, algunos críticos han cuestionado la eficacia de su “lira de poeta”, como ilustra el ensayo que presentamos. Una manera de la supervivencia de esta y otras composiciones ha sido su traslado al ámbito musical. Ahí, el poema encontró un nuevo impulso con la intervención y mejora que le aplicó, sin mayores reservas, el cantante sinaloense Chalino Sánchez, cuyo asesinato —hace casi tres décadas— truncó un destino que no escapa, a su vez, de la leyenda.  

Rosalino Sánchez (1960-1992).
Rosalino Sánchez (1960-1992).Foto: poderky.coronaspanishmedia.com
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Para Gabriel Zaid

Hay poemas con una enorme fortuna popular, más allá de sus méritos o deméritos literarios. Entre ellos está el “Nocturno” (1873) que su autor, el saltillense Manuel Acuña (1849-1873), dedicó a Rosario [de la Peña] y que, por ello, es conocido como el “Nocturno a Rosario”; uno de los poemas emblemáticos del edípico romanticismo mexicano infaltable en las declamaciones y que, previsiblemente, recitó y grabó, con su grandilocuencia, el declamador Manuel Bernal. Pero éste no fue el único que interpretó el célebre “Nocturno”. Mucho más notable fue la tarea de “edición”, “intervención”, mejora e interpretación de dicho poema realizada por el cantante y compositor culiacanense Chalino Sánchez (Rosalino Sánchez Félix, 1960-1992), otro norteño emblemático, también de corta vida, conocido como El Rey del Corrido.

Para ello, el sinaloense se apoyó en la labor pionera de Juan Gaytán (identificado también como J. Gaytán y Juan M. Gaytán) de quien tenemos muy pocas referencias biográficas, pero que es el creador de uno de los primeros narcocorridos, “El contrabandista”, grabado en San Antonio, Texas, en 19341 (Sánchez interpretó otro con el mismo título) y fue quien abrió la puerta a la tallereada del famoso poema de Acuña.

En el excelente repositorio musical Frontera Collection, de la Arhoolie Foundation’s Strachwitz Collection of Mexican and Mexican American Recordings, se alojan, para reproducción libre, cientos de composiciones y, entre ellas, decenas de las de Gaytán, grabadas por diversos sellos discográficos en Estados Unidos (Okeh, Vocalion, Columbia, RCA Victor, Ideal, Falcon, Rio) en un periodo que abarca las décadas del treinta al sesenta del siglo pasado. En este repositorio está la versión que hizo Gaytán del “Nocturno” de Acuña, con el título “Rosario nocturno”, aparecida sin fecha en un acetato de 78 rpm, bajo el sello Ideal, interpretada por Solís y Gaytán con el Conjunto de Narciso Martínez.2

Es probable que las primeras interpretaciones musicalizadas del “Nocturno a Rosario” sean anteriores a la de Gaytán (por ejemplo, la que hicieron del poema íntegro Bernardo San Román y Luis Vera, para el sello Vocalion),3 pero la diferencia es que Gaytán “editó” y “corrigió” el poema, en tanto que otros cantantes se apegan al texto completo de Acuña. Otros acortan el poema utilizando sólo unas estrofas (no siempre las mismas), pero sin modificar ni “adaptar” la escritura: son las versiones, por ejemplo, de Los Braveros del Norte, el Dueto Monterrey, Kiko y su Conjunto, Los Alegres de Terán y Los Mañaneros de Nuevo León (todas ellas en Frontera Collection),4 y las posteriores de Lorenzo de Monteclaro y Antonio Aguilar, entre otras.

Prolífico, Juan Gaytán es autor también de la canción “Dos palomas al volar”, que popularizó Antonio Aguilar, y de “El troquero”, así como de diversos corridos, valses y polcas grabados en Estados Unidos, como “Baldo Prieto” (1930), “El contrabando de San Antonio”, “Como un ángel” (1934), “Lágrimas lloro” (1935), “Qué chula prieta” (1937), “Juan sin miedo” (1939), “El prófugo”, “Lindo amor” (1941), “Yo soy chicano” (1947), “La tragedia de Margarita” (1952) y “El Waino” (1961).5

Partiendo de la versión de Gaytán (grabada, probablemente, entre finales de los treinta y principios de los cuarenta del siglo XX), Chalino Sánchez recompuso el “Nocturno” de Acuña y, al interpretarlo como un corrido romántico, potenció su ya de por sí amplia popularidad. La compañía discográfica Musart consigna la autoría de Juan M. Gaytán entre los créditos de las grabaciones en las que Chalino interpreta el “Nocturno a Rosario”, pero si bien, para Musart, el registro del derecho de autor corresponde a Gaytán, por ser la versión de éste de la que partió Chalino Sánchez, el cantante y compositor sinaloense la modificó y re-creó y, si la escuchamos con atención, podemos asegurar que mejoró la versión de Gaytán, que ya era buena.

En la ya arraigada leyenda de Chalino Sánchez se da por hecho que fue éste el primero que “intervino”, “editó” y “fijó” el corrido romántico “Nocturno a Rosario” a partir del poema de Acuña, transformando un poema sensiblero en un inolvidable corrido que, con su voz y la música de la banda Los Amables del Norte, logró el milagro de poner a bailar a la gente sin importar los versos machacones que Acuña jamás hubiera imaginado como bailables. De esto último, por fortuna, hay evidencia en YouTube. Chalino Sánchez, unas horas antes de su asesinato (ocurrido en Culiacán, Sinaloa, el 16 de mayo de 1992; en 2022 se cumplirán tres décadas), puso a bailar a la concurrencia en el Salón Bugambilias al interpretar algunos de sus mayores éxitos (no todos ellos de su autoría): además del “Nocturno a Rosario”, “Los chismes”, “Mario Portillo”, “Prenda del alma”, “María de la Luz”, “Tino Quintero”, “Alma enamorada”, “El navegante”, “Coquío Castro” y “Nieves de enero”. Los videos de cada canción de su último concierto fueron subidos a YouTube hace dos años y tienen ya millones de “vistas”. (Poco antes de comenzar a cantar “Alma enamorada” se le ve leer un mensaje, en un trozo de papel que, según la leyenda, contenía su sentencia de muerte).6

Chalino transforma un poema sensiblero en un corrido que logró poner a bailar a la gente sin importar los versos machacones que Acuña jamás hubiera imaginado bailables. De esto último, por fortuna, hay evidencia en YouTube

EN DOS TIEMPOS, Juan Gaytán y Chalino Sánchez fueron los Ezra Pound (o los Ezra Punk) de Manuel Acuña, quitándole mucha paja a ese poema de monótono sonsonete y convirtiéndolo así en una canción estupenda, a la que Chalino le prestó su voz y su particular interpretación para hacernos olvidar el engolamiento de la recitación de Manuel Bernal y, por momentos, hasta el nombre de Manuel Acuña, que se va diluyendo frente a la notoriedad y el mito de Rosalino Sánchez Félix. Con el “Nocturno a Rosario”, el mito de Chalino está más vivo que el de Acuña, aunque en Coahuila calles, plazas, parques, escuelas y hasta una ciudad lleven el nombre de este ilustre saltillense que, por despecho amoroso, se suicidó con cianuro de potasio.

En “Chalino superestrella DIY”, el escritor Luis Bernal explica: “El ‘Nocturno a Rosario’ pertenece hoy al imaginario colectivo en gran parte gracias al sinaloense. El poema era el favorito de la suegra del cantante, así que no dudó en versionarlo”.7 (En el interludio de la interpretación, el cantante envía, a modo de dedicatoria, el siguiente mensaje a la madre de su esposa: “Un saludo a San Marcos, Jalisco, pa’ la señora Rosario Bolaños de Vallejo”).

La versión de Gaytán, de la que parte Chalino, le da la pauta a éste para tomarse licencias que son más radicales. De las diez estrofas del poema, Gaytán usa y transforma la primera, la tercera, la séptima y los tres últimos versos de la décima, además de respetar, literalmente, la sexta, y eliminar las demás. Chalino Sánchez sigue la pauta de Gaytán, pero va más allá: utiliza y modifica las primeras tres estrofas, así como la séptima y la décima, pero además añade un verso que enlaza con el último de la quinta estrofa, y suprime todo lo demás (lo menos recordable) en una tallereada implacable.

Aunque a algunos todavía les ofenda la osadía de Gaytán y Chalino, es evidente que el poema de Acuña mejora muchísimo con la drástica poda que le hicieron, cada cual en su momento. Que alguien se escandalice por esto, y lo vea y lo sienta como una blasfemia, no revela sino la sesgada lectura del poema, y la falta de oído para comprender la eufonía que, en general, es mejor, siempre, en Gaytán y en Chalino que en Acuña.

En un análisis memorable, Gabriel Zaid demostró que el “Nocturno” de Acuña, más allá de su popularidad, posee, poéticamente, menos méritos que fallas, y que, en un comparativo con “El brindis del bohemio” (1915), este poema, igualmente popular, del potosino Guillermo Aguirre y Fierro (1887-1949), muestra una mayor eficacia lírica que el “Nocturno”. Zaid parte de una pregunta lógica en su exigencia literaria: “¿Cómo explicar que ‘El brindis del bohemio’ se excluya de antologías donde está, por ejemplo, el ‘Nocturno a Rosario’?”. Se explica, sostiene, porque Aguirre y Fierro no pertenecía al establishment literario, y aunque los dos poemas son esencialmente edípicos y “apasionadamente ‘incestuosos’”, la comparación entre ambos favorece, literariamente, a “El brindis...”.8

Para Zaid, las diferencias literarias entre un poema y otro son evidentes: “el ‘Nocturno a Rosario’ es un poema inepto y machacón [y por ello no lo incluyó en su Ómnibus de poesía mexicana]; ‘El brindis del bohemio’ es un poema que se deja leer”, y explica: “llama la atención la limpieza prosódica de ‘El brindis...’, frente al tartamudeo del ‘Nocturno’”. La conclusión de Zaid, también norteño (nació en Monterrey, Nuevo León, en 1934), le deja la soberanía de juicio al lector sensible e inteligente: “no hay más que leer ambos poemas para ver cuál es el bueno”.9

Por eso da gusto que Chalino Sánchez, con su natural oído musical y su intuición poética, haya hecho una canción bailable con el “Nocturno”, no sin antes enmendarle la plana a Acuña, modificando versos, palabras, expresiones, intercambiando el orden de ciertos versos, suprimiendo cinco de sus diez estrofas (para que sonara menos machacón), y añadiendo un verso que redondea “una historia”, pues no otra cosa son los corridos sino historias. De los cincuenta versos alejandrinos del “Nocturno”, la versión cantable de Chalino únicamente perdona veintisiete, muchos de ellos modificados, y agrega uno indispensable para “cerrar” perfectamente la narrativa del corrido.

El cambio es radical desde la primera expresión interjectiva y grandilocuente, pedante y oratoria, del verso inicial del “Nocturno”: ese “¡Pues bien!”, que en las versiones de Gaytán y de Chalino se convierte en “Mi bien” y que, en un instante, modifica el sentido de la expresión; luego invierte verbos enfáticos en el primero y el segundo verso, y cambia una frase en el cuarto y un adjetivo en el quinto, para dejar bien planchada la primera estrofa.10 La de Acuña dice:

De los cincuenta versos del Nocturno , la versión cantable de Chalino únicamente perdona veintisiete, muchos de ellos modificados, y agrega uno indispensable para cerrar perfectamente la narrativa del corrido

¡Pues bien!, yo necesito decirte

[que te adoro,

decirte que te quiero con todo

[el corazón;

que es mucho lo que sufro,

[que es mucho lo que lloro,

que ya no puedo tanto, y al grito

[que te imploro

te imploro y te hablo en nombre

[de mi última ilusión.

La de Chalino es mucho mejor, más limpia, menos ripiosa, más natural:

Mi bien, yo necesito decirte que

[te quiero,

decirte que te adoro con todo

[el corazón;

que es mucho lo que sufro,

[que es mucho lo que lloro,

que ya no puede mi alma:11 al grito

[que te imploro,

te imploro y te hablo en nombre

[de mi única ilusión.

Chalino también le mete tijera en serio a la segunda estrofa del poema: elimina términos, agrega otros e invierte la secuencia del tercer y el cuarto verso. Acuña escribe:

Yo quiero que tú sepas que ya hace

[muchos días

estoy enfermo y pálido de tanto

[no dormir;

que ya se han muerto todas las

[esperanzas mías,

que están mis noches negras,

[tan negras y sombrías

que ya no sé ni dónde se alzaba

[el porvenir.

Chalino enmienda la plana, y la estrofa mejora notablemente:

También quiero que sepas que

[ya hace muchos días

que estoy enfermo y pálido de

[tanto no dormir;

paso mis noches negras, tan negras

[y sombrías,

que ya se han muerto todas las

[esperanzas mías,

que ya no sé ni adónde quedó

[mi porvenir.

En la tercera estrofa las modificaciones son menores, pero importantes en sus matices. Acuña escribe:

De noche, cuando pongo mis sienes

[en la almohada,

y hacia otro mundo quiero

[mi espíritu volver,

camino mucho, mucho, y al fin

[de la jornada

las formas de mi madre se pierden

[en la nada

y tú de nuevo vuelves en mi alma

[a aparecer.

Con unos pocos matices, Chalino mejora la estrofa, para que diga lo siguiente:

De noche, cuando pongo mis sienes

[en la almohada,

hacia otro mundo quiere mi

[espíritu volver:

camino mucho y mucho, y al fin

[de la jornada

las sombras de mi madre se pierden

[en la nada

y tú de nuevo vuelves en mi alma

[a aparecer.

Acto seguido, elimina casi por completo (únicamente perdona un verso y medio) las pedantes, cursis y machaconas estrofas cuarta, quinta y sexta, y retoma la séptima con leves cambios. En ésta, Acuña escribe:

¡Qué hermoso hubiera sido vivir

[bajo aquel techo,

los dos unidos siempre

[  y amándonos los dos;

tú siempre enamorada, yo siempre

[satisfecho,

los dos una sola alma, los dos un

[solo pecho,

y en medio de nosotros, mi madre

[como un dios!

Chalino, intuitivo, canta el pasaje del siguiente modo, y elimina la grandilocuencia interjectiva:

Qué hermoso hubiera sido vivir

[bajo aquel techo,

los dos unidos siempre, amándonos

[los dos;

tú siempre enamorada, yo siempre

[satisfecho,

los dos una sola alma, los dos un

[solo pecho:

en medio de nosotros, mi madre

[como Dios.

Posteriormente, la osada tarea de intervención hace desaparecer las estrofas octava y novena y, en su lugar, añade un verso y recupera el último (el único perdonado) de la quinta estrofa, para enlazar ambos con la mitad de un verso anterior. De este modo, Chalino se prepara para cerrar la historia, al agregar un elemento que cambia por completo la narrativa del poema. La estrofa completa de Acuña dice:

A veces pienso en darte mi eterna

[despedida,

borrarte en mis recuerdos y

[hundirte en mi pasión;

mas si es en vano todo y el alma

[no te olvida,

¿qué quieres tú que yo haga, pedazo

[de mi vida,

qué quieres tú que yo haga con

[este corazón?

Aquí Chalino se salta las trancas: suprime los tres primeros versos llorones, elimina ese calamitoso “pedazo de mi vida”, y entonces canta:

Sé que te estás casando, mi bien;

[no lo sabía:

¿qué quieres tú que yo haga,

[Rosario de mi vida,

qué quieres tú que yo haga con

[este corazón?

Finalmente, El Rey del Corrido cierra, sin tremendismos, la historia de una mujer que ha desdeñado a un pretendiente y se ha casado con otro. Todas las estrofas lastimeras suprimidas del “Nocturno” de Acuña las resuelve, con perfecta economía literaria, en el único verso añadido: “Sé que te estás casando, mi bien; no lo sabía”, y consigue, con ello, un desenlace mucho mejor que el de Acuña. En el “Nocturno”, el suicida dice:

Ésa era mi esperanza... mas ya

[que a sus fulgores

se opone el hondo abismo que existe

[entre los dos,

¡adiós por la vez última, amor de

[mis amores;

la luz de mis tinieblas, la esencia

[de mis flores;

mi lira de poeta, mi juventud, adiós!

Después de esto, se sobreentiende, Acuña apura su veneno ¡y adiós, poeta! Escribe un poema cursi, melcochoso, se mata y, resentido, le echa la culpa de todo a Rosario de la Peña, que ni se daba por enterada. En cambio, en la versión de Chalino, la última estrofa del “Nocturno a Rosario” es simplemente el pesar por un amor perdido, por una mujer amada que se ha casado con otro, pero ante lo cual no se puede hacer más (“¿qué quieres tú que yo haga, Rosario de mi vida?”), salvo lamentar lo perdido. La última estrofa que interviene  Chalino es un perfecto cierre de esta historia de desamor:

Ésa era mi esperanza... vaya que

[a sus fulgores,

pues por el hondo abismo que existe

[entre los dos,

adiós por la vez última, amor

[de mis amores,

la luz de mis tinieblas, esencia

[de las flores,

la lira del poeta, mi juventud, adiós.

.
..

CHALINO SÁNCHEZ fue un hombre sin instrucción, pero con una enorme intuición musical y poética, a la manera de José Alfredo Jiménez. Escribía con faltas de ortografía y cantaba con faltas de ortoepía (“muncho”, en lugar de “mucho”, por ejemplo). En una versión manuscrita de uno de sus corridos constatamos lo primero. Escribe: “covarde”, “callo” (por cayó), “serteros balasos”, “rasones”, “tubo” (por tuvo), “horden”, “vendición”.12 Sin embargo, su oído para el verso era mejor que el de Acuña.

Los dos últimos años del cantante fueron de un éxito y de una popularidad que despegaban y preludiaban una fama mayor, a pesar de que sus primeras grabaciones las realizó en casetes que él mismo repartía y luego le dio a distribuir al señor Manuel Soto,13 quien tenía un puesto de revistas en el Mercadito Rafael Buelna de Culiacán. Los casetes son conocidos por su marca “Doble R” (en alusión al diseño del logotipo) y cuyo significado no es otro que Rosalino Records: una empresa modestísima de “hágalo usted mismo” (Do It Yourself ), como bien lo señala Luis Bernal.

Esos casetes originales del cantante (que puso en manos del señor Soto con la encomienda de “ver si se vendían” y dejándoselos sin condición alguna)14 corresponden a los años 1989-1990 (El Pelavacas, Chalino Sánchez canta corridos estilo Culiacán, Homenaje al pollero, Y sigue la balacera, El bandido generoso y Más éxitos de Chalino Sánchez). Contienen una parte sustancial de la obra del cantante que, poco antes de su asesinato (cuando su fama ascendía), vendió para su explotación comercial a Musart, empresa que no sólo los remasterizó y reeditó, sino que utilizó las interpretaciones vocales para montajes de audio y así acompañarlas lo mismo con mariachi que con otros subgéneros del corrido.

A partir de entonces, también, en las portadas de los casetes, discos y CDs se implantó o se montó la imagen de Chalino, en compañía de grupos y bandas. El chalinismo se había desbordado (después del primer atentado a la vida del cantante, en Coachella, California, el 24 de enero de 1992) y el mercado discográfico no desaprovechó aquella oportunidad.

Siguiendo las pistas de Musart, la primera vez que se publica el “Nocturno a Rosario”, en versión y voz de Chalino Sánchez y con el acompañamiento de Los Amables del Norte, es en el disco Nieves de enero, cuyo lanzamiento fue en 1992 y que, además del “Nocturno” y de la composición que da título al álbum, contiene otras trece piezas, entre ellas “Florita del alma” y “El crimen de Culiacán”.

Muchas interpretaciones de Chalino no estaban en los casetes de Rosalino Records, sino en otras grabaciones de estudio, y en presentaciones que se rescataron para hacer más nutrida la discografía del cantante sinaloense, con recopilaciones y colecciones que hoy se cuentan por decenas, si no es que incluso por cientos. Otras recopilaciones en las que se incluye el “Nocturno a Rosario” son “Las inmortales de Chalino Sánchez y Banda Brava”, “15 éxitos de Chalino Sánchez”, y “Recordando a Chalino Sánchez”, todas ellas posteriores a la muerte del cantante.

Una cosa es indudable: aunque no fue el único ni tampoco el primero que interpretó, musicalizado, el “Nocturno” de Acuña, ninguna de las versiones de los otros cantantes se le acerca en calidad. El Rey del Corrido no nada más lo interpretó, sino que lo recompuso, lo recortó, lo editó y lo mejoró (siguiendo el camino marcado por Juan Gaytán) y lo convirtió en un corrido romántico que supera con mucho al poema original. Dicho esto, podemos concluir que a nadie le está vedado leer y releer el machacón y monótono poema original de Acuña, pero si desea algo mejor, bien puede disfrutar la ya legendaria versión cantada, editada y musicalizada por Chalino Sánchez.

Manuel Acuña (1849-1873).
Manuel Acuña (1849-1873).Foto: es.wikipedia.org

Notas

1 “El contrabandista” (primera y segunda parte), de J. Gaytán, interpretado por Gaytán y Cantú con guitarras (Vocalion 8585, October 13, 1934, recording format: 78). También de 1934 es el corrido “Por morfina y cocaína”, de Manuel Cuéllar Valdez, interpretado por éste y por Juan González con dúo de guitarras (Bluebird B-2277). Varios especialistas consideran que el arquetipo del narcocorrido es “El Pablote” (1931), de José Rosales, referido a la muerte del máximo distribuidor de morfina en Ciudad Juárez, Pablo González, interpretado con acompañamiento de guitarras por Norverto González y José Rosales (Vocalion 8450). Frontera Collection, Arhoolie Foundation’s Strachwitz Collection of Mexican and Mexican American Recordings: http://www.arhoolie.org

2 Frontera Collection, Arhoolie Foundation’s Strachwitz Collection of Mexican and Mexican American Recordings: http://www.arhoolie.org

3 Ibidem.

4 Ibidem.

5 Ibidem.

6 Existen muchas imprecisiones sobre la vida y obra de Chalino Sánchez. Por ejemplo, en el portal Conexión Migrante se asegura que el sitio donde el cantante dio su último concierto se llamaba “Salón Verdolagas”, y en la paupérrima biografía de Rosalino Sánchez Félix alojada en la Wikipedia se afirma que “a mitad del concierto (al momento de interpretar el tema ‘Corazón roto’) recibió una nota de amenaza de muerte”. Obviamente, nunca hubo un salón con tal nombre y en el repertorio de Chalino no hay ninguna canción titulada “Corazón roto”.

7 Luis Bernal, “Chalino superestrella DIY”, revista

Tierra Adentro. Consulta en línea: https://www.tierraadentro.cultura.gob.mx/chalino-superestrella-diy/

8 Gabriel Zaid, “El brindis del bohemio”, en Leer poesía, Océano, México, 1999, pp. 107-112.

9 Ibidem.

10 Para las citas del “Nocturno” de Acuña, reproducimos el poema de sus Obras, en la edición de José Luis Martínez, Porrúa, México, 1965, pp. 190-192. Para las citas de la versión de Chalino Sánchez, recurrimos al audio de sus discos de Musart. La última vez que el cantante interpretó el “Nocturno a Rosario” fue el 15 de mayo de 1992: https://www.youtube.com/watch?v=KlJEGV1ZFl8

11 En la versión de Juan Gaytán: “que ha convertido en llanto”.

12 Margarito José José, “La joya que dejó Chalino Sánchez”, video subido el 27 de octubre de 2020 en el sitio Margarito Music Oficial: https://www.youtube.com/watch?v=gqHMCvs6rnE

13 Declaración de Chalino Sánchez durante la entrevista radiofónica realizada por Chayo Espinoza, en “La última entrevista a Chalino Sánchez”, segunda parte. Consultada en Margarito Music Oficial: https://www.youtube.com/watch?v=xi4lZvsUCqo

14 “Yo dinero para surtir no tengo, yo soy muy pobre —le dije—. ¡Usté échele chingazo; a usted que le valga verga! —Así me dijo: Usté échele chingazo y no se detenga ante nada. Y el mismo día que me dejó los quinientos discos [en realidad, casetes], Jiménez, el de Disco Ofertas, le pidió cinco mil. [...] Y de ahí eran que cinco, que diez, que quince mil. [...] ¡Hasta los perros cantaban con Chalino!”. Entrevista de Margarito José José al señor Manuel Soto. “¿Quién reconoció el cuerpo de Chalino Sánchez?”, 12 de junio de 2018. Consultada en Margarito Music Oficial: https://www.youtube.com/watch?v=Wvrw_BAdOCU&t=260s