Pitchfork

LA CANCIÓN #6

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PitchforkFoto: facebook.com
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La industria y el mercado musical se transforman en un clic y las últimas entidades independientes desaparecen por el streaming y la IA. Fue significativo el caso de Bandcamp, que inició en 2007 como una comunidad / tienda musical en línea y se convirtió en la plataforma más accesible, donde los músicos independientes obtenían mejores ingresos. En 2022 fue comprada por Epic Games que, a su vez, la vendió el año pasado a Songtradr. La novatada fue una liquidación de 830 empleados que habían creado un sindicato. Despidos masivos los hubo en Spotify, SoundCloud, YouTube, Tidal y Universal Music, que acaba de romper su relación con TikTok por un ambicioso proyecto propio.

El 2024 empezó con la desaparición del medio musical Pitchfork, la voz más confiable en música, que fue abducido por la revista masculina de moda y estilo GQ. Su fin como medio representa el cierre de una era y un golpe de muerte para el periodismo musical. Pitchfork fue creada en 1996 por Ryan Schreiber, una revista musical en línea dedicada a la escena indie / alternativa, que sobresalió por sus reseñas, listas y recuentos de la música independiente. Siempre a la delantera digital de Rolling Stone y Spin, en los años 2000 ya era la biblia musical del rock, pop y hip hop. 

El género de la reseña era su piedra de toque con un estilo inclemente, mala leche y cruel. Eso era lo que enganchaba al respetable, tenía credibilidad. En 2006, año en el que empezó a pagar colaboraciones, publicaba cinco reseñas diarias y mantenía un promedio de 170 mil lectores al día. Esas cifras, hoy dan risa.

Es la era de los contenidos en serie, optimizados para buscadores

La entidad se expandió con el Pitchfork Music Festival, un canal de videos y lanzamientos, Pitchfork TV y una revista impresa de largo aliento, PF Review. En 2015, el grupo mediático Condé Nast adquirió Pitchfork con la promesa de respetar la creatividad y libertad crítica que la caracterizaban. No fue así, hubo despidos hasta acabar con el equipo editorial y perdió todos sus atributos, de ser el medio musical más influyente y filoso que jalaba con un escuadrón de periodistas kamikazes, se volvió predecible, aburrido, frívolo y moralino. Al final se anunció la abducción de GQ. Ya no se hace periodismo, es la era de los contenidos en serie, optimizados para buscadores, regidos por el algoritmo y las métricas. Al menos el Pitchfork Festival se salvó, se presentará en marzo de 2024 en la Ciudad de México y será cubierto por influencers y contents, si no es que por la mismísima IA.