Standuperos y humoristas dominan mercado de la risa

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Foto: larazondemexico

Humoristas y standuperos son los que actualmente dominan el mercado del entretenimiento, y mantienen su posición gracias a que cada uno se dirige a públicos específicos.

Los primeros tienen entre su público a las generaciones Baby Boomer y X: aquellos que crecieron viendo la comedia en televisión y en medios tradicionales; los otros, van de los millennials en adelante, un sector que se centra en el uso de las redes sociales y plataformas como Netflix, para difundir su trabajo.

“Todo tiene que ver con el momento y la tecnología que estamos viviendo: el humor y las herramientas son las mismas, la estructura de los chistes es exactamente igual: premisas y remates; lo único que cambian son las tendencias y la forma de hacerlo”, detalló a La Razón Hugo Alcántara, conocido por su personaje El indio Brayan.

“Es totalmente un asunto generacional, nosotros los humoristas tenemos un rango de edad específico, a ellos no los van a ver adultos, entendidos como gente madura. Además, nuestro tipo de humor es diferente: ellos hablan mucho de lo que les tocó y afectó en su vida, nosotros igual, pero eso pertenece a otro tiempo muy ajeno al actual: cuando yo era joven no existía el celular, y si un chavo va a verme no me va a entender por lo mismo; a mí me tocó que mi mamá me diera con el cinturón y con cables, y eso es algo que ni los standuperos ni su público conocen”, afirmó Edson Zúñiga, el Norteño.

El standupero Macario Brujo reiteró que la diferencia entre un bar de comedia tradicional y de stand up es abismal, y señaló que los humoristas son los maestros de su gremio, por el hecho de haber estado antes que ellos, “yo considero al Norteño como mi ejemplo a seguir”.

Por su parte, Coco Celis, quien incursionó en el stand up hace cinco años, afirmó que él desea lo que figuras como el Costeño y Teo González han logrado en su carrera: ser acompañado por su generación y crear un público en ella, “si vas a ver a Falcón te encontrarás a gente que tiene que ver con él y muchos de ellos lo conocen desde que inició, han ido de la mano con él... Me gustaría que cuando tenga su edad, mi nicho me sea igual de fiel”.

DIFERENCIAS EN LA RECETA. La forma en que hacen reír a los espectadores sí es algo en lo que discrepan: Macario Brujo afirmó que el humorista tradicional ofrece un espectáculo con mayor cantidad de elementos —como la imitación, la improvisación y el canto— que el stand up, “son gente talentosa en la música y la actuación, mientras que en nosotros nuestro talento se basa en la carencia del mismo”.

Celis reparó en que el sabor de su gremio es un tanto más independiente, mientras que el de los humoristas es más familiar, “aunque se la pueden campechanear. Ellos, dependiendo de la gente que tengan, pueden variar lo que van a contar; en cambio, nosotros mantenemos el show como está, para empezar, porque es stand up y no son chistes”.

El indio Brayan consideró que el humor de su generación está más enfocado hacia la sátira y la parodia “muy pegada” a la picardía mexicana, mientras que sus colegas más jóvenes hacen una rutina con elementos más realistas, “ellos te platican cosas de su vida con las que la gente se puede identificar, por ello mismo suben al escenario así tal cual como se visten, su humor es más inmediato”.

“Hay standuperos que ya viven ex profeso de ello, pero no son todos; no sé que tanto alguien quiera contratarlos para llevarlos a la boda de su tío, la fiesta de sus albañiles o la cena de los ejecutivos de una empresa o cosas por el estilo; en ese sentido no sé que tan establecidos estén como gremio y ahí sí creo que hay más gente consagrada de nuestro lado”, abundó.

Javier Carranza, el Costeño, coincide con esto, y aseguró que a diferencia de los “chavos”, él y sus colegas son “4X4”: “nos puedes poner en un teatro del pueblo, jaripeo, unos XV años o la fiesta de la cooperativa; donde nos pongas divertimos a la gente, y a ellos si no los tienes en un bar o teatro, el público se los come”.

El Dato: Algunos de los standuperos que cuentan con especial de Netflix son Franco Escamilla, Sofía Niño de Rivera, Daniel Sosa y Carlos Ballarta.

Y lamentó que por los temas que pretenden abordar en su humor, algunos standuperos quieran parecer intelectuales, “creo que lo que están buscando hacer es un reconocimiento intelectual, de hecho, muchos de ellos son intelectualoides, se sienten los tecnócratas del humor, cuando nosotros lo único que hacemos es ir a divertirnos y hablarle a la gente de lo coloquial que son las cosas”.

“Cuando voy a ver los shows de estos chavos,  de pronto la gente no se ríe. Van muchos jóvenes a verlos y algunos no les sacan ni una sonrisa, pero cuando bajan del escenario, entre ellos se aplauden, se felicitan y se soban la espalda”, agregó.

Brujo reconoce esta situación en algunos congeneracionarios suyos y lo lamenta, pues remarca que la misión de ambas generaciones debe ser simplemente el divertir al público; “algunos imitaron la corriente gringa de nosotros somos intelectuales y lo demás es corriente; eso en México es una tontería porque el mexicano sale a divertirse, no a farolear”.

“Lo más inteligente que puedes hacer en este país es una comedia que sale de la tripa y no de esa idea de querer cambiar los paradigmas culturales y sociales, porque eso, a la gente,  le vale”, concluyó.

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