El estreno de la serie Cien años de soledad en Netflix nos lleva a recordar que uno de los primeros intentos de llevar el mundo de Gabriel García Márquez a otras conformidades artística partió del salsero panameño Rubén Blades, quien le propuso en 1984 al Nobel colombiano grabar un disco basado en sus cuentos. El autor de “El coronel no tiene quien le escriba” declinó del propósito: “Nunca terminaríamos”, le dijo al intérprete de “Siembra”.
El compositor de la ópera-salsa Maestra vida no perdió la esperanza y le insistió al creador de Macondo, que lo autorizó en 1985 a inspirarse en las temáticas de sus relatos para conformar un disco: nacimiento de Agua de Luna (Elektra Records, 1987) conformando por ocho temas, los cuales tienen raigones en la obra de García Márquez. Así, por ejemplo: “Isabel” retoma la trama del relato “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”; “Ojos de perro azul” proviene del cuento homónimo; “Blackamán” toma rótulo de las incidencias de “Blackamán el bueno”; y “Laura Farina” se asienta en las aureolas de “Muerte constante más allá del amor”, entre otras versiones.
Pero, más que adaptaciones directas del contenido de los relatos garciamarquianos, Blades conformó, a través de fusiones de son cubano y salsa, sonoridades jazzísticas, consonancias afrocaribeñas y armonías filarmónicas, un atlas sonoro que capturaba la esencia de las obsesiones literarias del Nobel colombiano, lo cual marcó un punto de inflexión en su carrera de compositor y cantante al frente del ensamble Seis del Solar (piano, bajo, timbales, tumbadora, percusiones brasileña, bongoes, campana, voz solita y coro).

“Recordar que el álbum produjo reacciones encontrada; por una parte, los puristas criticaron al panameño por ‘distorsionar el mundo de García Márquez’. Los amantes de la salsa y los bailadores lo sintieron demasiado experimental. Los temas no tuvieron una buena acogida y el álbum se quedó ancorado en el catálogo de la disquera Elektra”, expresó a La Razón el musicólogo Ernesto Márquez, director de la revista Bembé.
¿Cuál fue la reacción de García Márquez? Defendió el proyecto y alabó la maestría musical de Blades, consideró el disco como una manera inteligente de diálogo de las manifestaciones musicales afrocaribeñas con la literatura.
¿Cómo usted califica a Agua de luna? Uno de los momentos mayores de la salsa en los años 80. Hoy es una joya rítmica que a raíz de un acercamiento a la obra del colombiano por la aparición de su novela póstuma En agosto nos vemos y la serie de Netflix de Cien años de soledad hay que tomarlo en cuenta como uno de los primeros proyectos de llevar el cosmos de Gabriel García Márquez a otras modalidades artística: Rubén Blades fue un pionero en ese sentido. Como bien ha dicho el musicólogo cubano Rafael Lam: “Agua de luna demuestra que la salsa y la literatura pueden bailar al mismo ritmo”.
Ficha
- Agua de luna
- Artista: Rubén Blades & Seis del Solar
- Género: Salsa fusión
- Disquera: Elektra, 1987


