Justo cuando se están cumpliendo 60 años de que Kalimán, el superhéroe mexicano por excelencia, saltara de la radio al mundo de las viñetas a través de una de las historietas más exitosas de nuestro país —se publicó durante 26 años ininterrumpidamente—, llega una llamativa propuesta que no solo da continuidad a la reactivación de sus andanzas en papel, sino que por primera vez le hace protagonista de una aventura ubicada en la época actual, algo que le cae de maravilla.
Para ello, cual si aludieran a las habilidades supra humanas del también llamado Hombre—Diosa, hacen una transmutación con una puesta al día que va tanto en la cuestión visual como en el guion, sin perder nunca la esencia del concepto que esta vez se presenta como una pieza de fantasía salpicada de tintes sociales.
Los escritores Alfredo Rodríguez Rivas “Karmix” y Ek Sahib, empiezan por rendirle tributo a la leyenda del personaje explicando su ausencia de décadas que le había relegado en el colectivo popular a ser un eco lejano de viejas hazañas, como parte de su preparación para enfrentar lo que entonces era una futura y colosal amenaza, misma que hoy se ha manifestado sustentándose en ataques de las más diversas células terroristas, y con el secuestro de los principales líderes de la fe afectando así la resonancia electromagnética de la Tierra.
La trama por momentos llega a caer en lo discursivo, pero nunca deja de tener cierto grado de intriga entre las trepidantes y a veces explosivas escenas de acción con viajes astrales, mercenarios y espectros involucrados, preparando así, con “serenidad y paciencia”, el momento de la batalla final donde para evitar el colapso de nuestra civilización, Kalimán habrá de desplegar todas sus capacidades en plenitud, y de forma natural emergen en los diálogos las acostumbradas enseñanzas de espiritualidad que este va dejando en el camino.
Por su parte los artistas Ricardo Osnaya y Ulises Grostieta dejan de lado el color sepia del material en que se imprimía aquella hoy clásica publicación semanal, y que capturaba y enriquecía el misticismo propio de las atmósferas auditivas generadas por la obra original, para apostar por una pulcra y vibrante estilización de trazos firmes con retoques gráficos digitales, más que acorde a la luminosa presencia que distingue a nuestro héroe y su estado como un ser elevado al máximo estatus de plenitud tanto mental como física. Misma que aciertan al proyectar con ilustraciones a página completa que irrumpen tras la llamativa corrección tanto de los armados de secuencias donde la intensidad de las tonalidades aumenta o disminuye según sea el caso, contrastando el interior de edificios o las vistas urbanas, con los escenarios de templos y junglas.
“El despertar” es traído por Editorial Kamite y Superhéroe tras las saga El legado de Kali que narra el origen del legendario Kalimán, y bajo la dirección artística de Edgar David Aguilera representa un digno, refrescante y prometedor regreso de un clásico del entretenimiento en México, listo para reclamar con derecho propio su lugar en el mundo de los cómics.
Por cierto, las ediciones cuentan con portadas variantes de verdadera colección, como la de Rulo Valdez, quien da rienda suelta a su sugestivo y energético estilo con la tercera entrega de la edición en grapa.
cehr
