El surgimiento del britpop en los años 90 fue una bocanada de libertad, esperanza y rebeldía, pero también una manera de expresar frustraciones. Ese espíritu volvió ayer en el histórico concierto que marcó el reencuentro de los hermanos Liam y Noel Gallagher en México. Cumplieron el sueño, casi imposible, de ver por primera vez o nuevamente a Oasis.
El concierto del tour Live ‘25 comenzó en el Estadio GNP Seguros con una serie de titulares que anunciaron el regreso de los hermanos Gallagher. La noticia que le dio la vuelta al mundo y que anoche unió a 65 mil fans no sólo de México, sino también de Guatemala, Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda, Bolivia y Alemania.
- El Dato: Los Gallagher no habían tocado en México desde 2008 y este año su tour incluye dos fechas en el Estadio GNP, ayer viernes y hoy sábado 13 de septiembre.
La bienvenida fue con una energía que parece que se guardó durante los más de 15 años que estuvieron separados los hermanos Gallagher. Los fans gritaron y brincaron apenas se escuchó el inicio de la canción “Hello”. Entre el público alguien extendió las manos porque, si una de las cosas ha dado la música de Oasis, es libertad.

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Cuando sonó “Acquiesce”, la canción resumió la falta que hicieron los hermanos, sobre todo en la parte que dice: “Porque nos necesitamos y creemos el uno en el otro”. Mientras Noel cantaba, Liam sostenía con su boca su característico pandero.
Para darle un toque muy mexicano al concierto, en el escenario se vio un sombrero de charro.
Este espectáculo no sólo fue el reencuentro más esperado, sino también revivir etapas de la vida, desear sentirse libres con este rock de Oasis que en los años 90, junto a otras bandas, dio origen al britpop, que trató de darle una vuelta de tuerca a esa música estadounidense llena de desesperanza.
Oasis y sus fans demostraron su complicidad cuando Liam gritó: “México, México, México”, como antesala de uno de sus himnos: “Some Might Say”, que se escuchó a todo pulmón en el Estadio GNP Seguros.
Durante el show era evidente que los seguidores querían atesorar este concierto histórico viviéndolo al máximo, sin usar tanto sus celulares, aunque en “Cigarettes & Alcohol”, Liam les pidió darle la espalda para grabarse bailando esta canción. La unión fue evidente, los abrazos espontáneos entre desconocidos fueron parte del momento y la lluvia de cerveza no faltó. Al final de esta dosis de rebeldía, llegaron los aplausos y los gritos.
En el concierto tenía que escucharse otro de sus himnos: “Supersonic”, el primer sencillo que lanzaron de su álbum debut Definitely Maybe, que retrató el espíritu de la época. El tema estuvo acompañado de visuales que reflejaron la estética británica.
Cuando sonó “Half the World Away” llegó la completa calma, combinada de emoción y nostalgia, aderezada con el sonido de las trompetas. Mientras que con “Little by Little” volvieron esas ganas de “luchar por nuestra existencia”.
Fue memorable ver a los hermanos Gallagher interpretar un himno de una época que está mucho más vivo: “Stand by Me”. Liam ofreció un momento de dramatismo y ternura.
Otra de las canciones esperadas por varios de los asistentes era ”Whatever”, por eso cuando sonó, cantaron a todo pulmón, mientras en las pantallas se proyectó un paisaje con un pasto verde y un hermoso cielo azul. Y con “Rock ‘n’ Roll Star” vino ese arrojo rebelde de juventud. Ver a Oasis fue reiterar que su música también es un estilo de vida.
Aunque al cierre de esta edición todavía faltaba otro gran esperado himno, “Wonderwall”, en este show Oasis nos hizo soñar y anhelar una época. Y por qué no, ver el pasado con una mirada hacia un futuro más prometedor.
Puro rock que une almas y salva vidas
› Por Adriana Góchez
Oasis ha ayudado a salir a sus fans de los momentos más oscuros, tristes y de incertidumbre. Eso los une y por eso ayer acudieron desde familias completas, parejas, amigos de diversos países o desconocidos que en el Estadio GNP Seguros comenzaron una plática.
Uno de ellos fue Daniel, quien asistió con sus hermanos para recordar a su mamá y agradecerle a los Gallagher por sacarlo de la oscuridad cuando ella falleció: “Cuando te fuiste ellos fueron mis terapeutas… Te extraño un chingo, jefa”, decía el cartel que llevó al concierto.
“Cuando mi mamá se fue, lo que más hice fue oír sus rolas. Me acompañaron en todo este periodo de luto, en mi rehabilitación, en los momentos más difíciles, que fue la pérdida de mi madre”, contó a La Razón Daniel, quien conoció a la banda por su hermano mayor, mismo que inició en su familia lo que ahora llaman: “La escuela del buen rock”.

Pero no fue al único al que, de alguna forma, Oasis salvó. René, una fan que acudió con su amiga, también recordó cómo la música de Liam y Noel fue un bálsamo: “Queremos llorar, abrazarnos, gritar. Estoy emocionada y a la vez estoy en shock. Me conformo con verlos juntos en el escenario. Quiero oír ‘Half the World Away’, porque me ayudó en mis momentos más oscuros, cuando eres más joven y no sabes nada de la vida”.
Por esa conexión que sienten con la música de Oasis, para algunos éste no era el primer concierto de la gira que disfrutaban. Un turista de Irlanda contó que éste sería su cuarto concierto, ha visto a los Gallagher en distintos países.
Para otros éste era su segundo show y, para otros más , el primero, por lo que la expectativa y emoción era mayor. “Va a ser un concierto bíblico, la emoción es total. El rock nunca va a morir”, dijo Iván, quien viajó desde Bolivia con sus amigos y hermana. En un mundo de conflictos armados y donde la ansiedad y la depresión son las enfermedades del siglo XXI, Oasis nos sigue dando esperanza y sentido de libertad, pero también cobijo ante la tristeza.

