Al poco tiempo de haberse separado de su pareja, Enrique (Raúl Briones) llega un día por su hijo e hija pequeños para llevarlos a su nueva casa, donde se encuentran con la sorpresa de que el hombre ya tiene nueva novia y otra hija, de la misma edad de la niña de su vieja relación. Entre momentos emotivos e incómodos, Lau Charles nos cuenta su historia usando al cine, igual que otros cineastas lo han hecho, como un importante vehículo de desahogo emocional.
“Siento que el cine tal cual era el medio ideal para abordar la memoria desde la diferencia de perspectivas y este corto fue un regalo para mi hermano, que viene desde el amor profundo que le tengo”, compartió con La Razón en entrevista. Posteriormente reveló que “le pedía a Briones específicamente que protegiera al personaje de mí misma porque al final lo que yo siento que hizo mi papá en su momento con mi hermano fue una salvajada y no quería que solo se sintiera como esa reflexión, sino quería tratar de abrir un poco la reflexión hacia otros lados”.
“Lo precioso que hizo Briones fue ser muy empático y muy amoroso con el personaje y encarnarlo desde un lugar de porqué hizo lo que hizo y entonces terminamos con una conclusión de mucha torpeza de un padre que no se da cuenta de las decisiones que van aplastando a las dos familias que tiene alrededor”, continuó.

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Otro gran mérito de este cortometraje, además de su sensible historia, es el hecho de que logra recrear perfectamente la época en la que la directora tiene los recuerdos que la llevaron a contar este relato en pantalla. “Siento que representar esa época se logró gracias a un cúmulo de memorias de mucha gente desde que lo escribí, hay símbolos específicos de la época en la que yo viví esta situación que estaban ya ahí como a priori, pero justo yo recordaba algunas cosas, no todas, y luego entró Daniela Ponce que hizo un trabajo de diseño de producción hermoso; ella hizo un trabajo profundo de investigación de los juguetes de la época, la manera de hablar, el corte de cabello, la ropa y eso se convirtió en un depositario de memorias de muchas personas y para mí era importante poder reconstruir eso”, señaló.

“Para mí era importante que sucedió en esa época y por eso lo quería hacer en esa época, es como una especie de testimonio de toda una generación”, concluyó.
La directora y artista visual es egresada con mención honorífica de la Licenciatura en Dirección del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y de la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” del Instituto Nacional de Bellas Artes, también es cofundadora de PININOS, proyecto dedicado al casting y coaching actoral.

