Estreno

Los años más bellos de una vida: ¿Por qué ver la película sobre el amor y la memoria?

Se estrenó en cines de México “Los años más bellos de una vida”; te decimos por qué tienes que ver la película sobre el amor y la memoria

Los años más bellos de una vida: ¿Por qué ver la película sobre el amor y la memoria?
Los años más bellos de una vida: ¿Por qué ver la película sobre el amor y la memoria?Especial
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“Puedes olvidarlo todo, salvo una mirada”, es lo que sentencia una de las frases de “Los años más bellos de una vida”, del francés Claude Lelouch, película a la que podemos agregar que aún menos se puede olvidar si dicha mirada fue capturada en la pantalla grande haciéndole conectar con distintas generaciones.

Eso es lo que nos confirma el director al retomar “Un hombre y una mujer” (1966), producción con la que hace más de cinco décadas ganara la palma de oro en Cannes y el Oscar a Mejor Película de habla no inglesa, para entregar así una invitación a establecer con ella un nuevo episodio, el cual claro que resulta una verdadera delicia aceptar.

Es embriagadora la melancolía que transpiran las escenas extraídas de aquel romance delineado por una cámara ensimismada en los paseos urbanos, cual si de una cariñosa cirugía de los sentimientos se tratara, para traer de regreso y en blanco y negro la intensidad juvenil, misma que aquí hace eco en la ligereza del tono con el que se retrata la actualidad de los personajes interpretados una vez más por Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant, que en contraste se despoja de cualquier dejo de tristeza materializando la nostalgia en un colorido pasaje.

Se trata de la continuación de un amor desbordante y malogrado, cuyo segundo episodio fue titulado “Un hombre y una mujer 20 años después” (1986), que se presenta como una caricia y además se permite jugar con la ficción dentro de la ficción para dar pequeños respiros de cándido humor.

Y es que, a pesar de que la trama se ubica en un escenario que bien podría haberle llevado a la intensidad del melodrama de redención, el reencuentro que esta plantea entre el otrora corredor de autos hoy afectado por el peso de los años y recluido en una clínica, y quien fuera la mujer de su vida; no se centra en los intentos por ayudarle a sobrellevar su enfermedad, sino en cómo la pérdida de memoria que padece da pie para que ella vuelva a dejarse llevar por ese efecto de seducción que siempre le ha provocado, y que se extiende al espectador que no podrá escapar a la entrañable evocación del viejo filme.

“Los años más bellos de una vida” es una obra que empuja al autorevisionismo a partir de esa complicidad idílica que solemos establecer con el fenómeno cinematográfico, perteneciente a esa vena clásica que por su propia naturaleza no pierde fuerza ni vigencia.