Estreno

Los crimenes de la academia: ¿Vale la pena ver la película de Netflix sobre Edgar Allan Poe?

"Los crimenes de la academia" se estrenó en Netflix; te decimos si vale la pena que veas la película en la que Edgar Allan Poe ayuda a resolver un misterio

Los crimenes de la academia: ¿Vale la pena ver la película de Netflix sobre Edgar Allan Poe?
Los crimenes de la academia: ¿Vale la pena ver la película de Netflix sobre Edgar Allan Poe?Especial
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Las llamativas posibilidades en la premisa arrancada de la novela “Los crímenes de la academia” —escrita por Louis Bayard—, la cual para desentrañar el posible asesinato de un miembro del Wets Point, une la versión juvenil —y por ende no tan atormentada e inestable cómo llegaría a ser— del célebre Edgar Allan Poe, con la figura de un veterano detective de trágico pasado —alimentada por los desencantados arquetipos del cine negro—; tiene aquí un cautivador traslado al interior de la dinámica en pareja, orgánica y puntual a la hora de establecer los vínculos emocionales entre la casi surrealista interpretación de los hechos que aporta el primero, y la desconcertante sensatez de la mirada aterrizada del segundo

Para ello cuenta con la profunda y siempre calculada interpretación de Christian Bale —El vicepresidente: Más allá del poder (2018)—, así como con el habilidoso manejo de la gestual y la corporalidad por parte de Harry Melling —“La Tragedia de Macbeth” (2021)—.

Es en el diálogo de esos dos enfoques actorales que parecieran contraponerse con el perfil de sus respectivos roles, donde surge la vitalidad para validar dentro de la ficción, lo absurdo que podría llegar a ser el llevar al campo de la literalidad conceptos provenientes de la poesía como una herramienta de la investigación.

El asunto además es viñeteado sobre postales que hacen de la sórdida belleza de los parajes nevados, un constante recordatorio de lo inexorable del olvido que amenaza con llevarse las acciones de los implicados, sean cuales estas sean, y visiones que por otro lado hacen de los tonos cálidos en los interiores, una lacónica representación de la lucidez al borde de la asfixia. Todo da como resultado la promesa de un pasaje cautivador, al que lastimosamente se le acaba muy pronto el encanto.

Por más que el misterio se materializa en elegantes pasajes donde las figuras fenecen ante la niebla con el bosquejo de un sobresalto latente en la atmósfera, el desarrollo de la intriga se pierde entre la falta de peso dramático de las situaciones que incluso llegan a dar la impresión de que algo nos perdimos al inicio o al final de ellas, y lo endeble en la relación de los protagonistas con el resto de los personajes.

Del mismo modo se desaprovechan las implicaciones que aportan temas que bordea la trama como el mesmerismo y la cronología, con los cuales es más que sabida la afinidad que tenía Poe, y que en este caso prácticamente le pasan de largo.

Es cierto que hay otras referencias a su obra, pero solo son parte del ornamento de la propuesta estética, que es de lo que junto con la convicción del desempeño del elenco se sostiene la mayor parte del relato, presa del desgano hasta que el derrumbe interno enfrentado a la estridencia dramática que ofrece la conclusión, da un último empujón al desarrollo.

Un estertor final que, si bien no logra salvarle del todo, al menos le otorga un cierre más digno una propuesta que tenía mucho potencial. “Los crímenes de la academia” llega directo a Netflix.