'El cuento de las comadrejas', una comedia clásica, inteligente y negra

'El cuento de las comadrejas', una comedia clásica, inteligente y negra
Por:
  • jesus_chavarria

Encontrarse en la cartelera con una propuesta de humor inteligente, que se aleja de las repetitivas fórmulas hollywoodenses y sus respectivas copias mexicanas malogradas, que algunos estudios insisten en impulsar, sin duda es muy agradable. Sin embargo, lo es aún más cuando, como en este caso, se trata de un minucioso traslado de la comedia al estilo clásico, esa que se sostiene sobre una estructura que va planteando escenarios para luego trastocarlos y plantear otros nuevos, que a su vez sufrirán la misma suerte dentro de un universo truculento en donde habrán de transitar personajes con rasgos distintivos, pero no definitorios.

Es decir: conforme la trama avanza, aquellos gestos y manías que lucen los protagonistas, terminarán revelándose como la fachada de algo complejo y retorcido. Por si esto fuera poco hay que agregar la naturaleza teatral del guion y el montaje, plagado de diálogos elaborados a detalle, punzantes y encantadores, que se nutren de la ironía, la nostalgia y cierto grado de autoparodia, para reflexionar y reírse de las criaturas producto de la idílica visión del viejo star system, abrumadas por el paso del tiempo y el olvido de las nuevas generaciones.

El punto de partida en realidad es muy simple, una antigua diva del cine, papel a cargo de Graciela Borges; el director y el guionista -interpretado respectivamente por Oscar Martinez y Marcos Mundstock-, ambos responsables de encumbrarle; junto con su esposo -Luis Brandoni-, un actor de menor trascendencia; viven en una enorme casa rodeada de bosque, en donde conservan los recuerdos de su grandeza y lo que les queda de dignidad. Su retiro transcurre sin mayores sobresaltos, hasta que un par de jóvenes aparecen motivando a que ella busque vender la casa, rompiendo así con el orden establecido tras el cual se oculta mucho pero mucho más que los resabios del viejo cine.

http://www.youtube.com/watch?v=0lAeJkzc_7g

Es sobre esta idea, retomada de la película Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976), que Juan José Campanella, también responsable de la divertida película animada Mete Gol (2013), teje una comedia irresistible y con sabor a homenaje, que no está exenta de un par de titubeos, en las transiciones de su protagonista. Esto, además de caer en cierto exceso a la hora de resolverlo, parece demasiado rebuscado e innecesario el plan que habrá de resolver el conflicto.

Sin embargo, estas innegables inconsistencias no le restan efectividad a una comedia sofisticada y envolvente, plagada de conversaciones cargadas de juegos de palabras ingeniosos y metáforas malintencionadas súmante divertidas. Esta es la gran opción en la cartelera para aquellos que buscan algo más que el efectismo en la pantalla.

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