Legendario

The Smile ofrece un viaje musical virtuoso en su concierto del Auditorio Nacional

The Smile ofreció un épico concierto en el Auditorio Nacional; así se vivió el show de la segunda banda de Thom Yorke

The Smile ofrece un viaje musical virtuoso en su concierto del Auditorio Nacional
The Smile ofrece un viaje musical virtuoso en su concierto del Auditorio NacionalOCESA / Liliana Estrada
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The Smile ofreció un viaje musical lleno de virtuosismo en el Auditorio Nacional, donde las interpretaciones provocaron que los fans sólo quisieran contemplar la maestría con la que Thom Yorke, Tom Skinner y Jonny Greenwood con sus instrumentos —guitarra, batería, saxofón y teclados, además de sintetizadores— envolvieron en cada tema.

Los fans gritaron con euforia en algunas ocasiones, en otras aplaudieron con fervor, en otras más bailaron y en unas más se dejaron llevar por la música de una canción para sentir el torbellino de emociones y sensaciones que les provocaba ésta, porque si algo que demostró la banda fue su capacidad para crear atmósferas a través de la música.

The Smile en el Auditorio Nacional.
The Smile en el Auditorio Nacional.OCESA / Liliana Estrada

El show comenzó con un grito y un llamado hacia la unión con el tema “The Same”, a través de la voz de Thom Yorke, también integrante de Radiohead, el sonido de los sintetizadores y la guitarra, conjugados por unas luces rojas. Una ola de gritos recibió a The Smile, que optó por una atmósfera íntima que nos hacía sentir como estar dentro de su estudio.

Después se incorporó el también miembro de Radiohead, Jonny Greenwood, en el bajo y el baterista Tom Skinner, para interpretar con Yorke “The Thing” y luego “The Opposite”.

Thom Yorke con The Smile.
Thom Yorke con The Smile.OCESA / Liliana Estrada

El espectáculo tuvo diversos matices: en “Speech Bubbles”, que entre el sonido de la batería y la voz de Yorke fueron una “caricia al oído”; en “A Hairdryer”, esa música que llega a lo experimental y al final evoca a un estilo minimalista como el de Philip Glass; y, en “The Smoke” y “White Flag”, vimos al líder de la banda balancearse como en una danza frente a los teclados. Fue en ésta última canción que gran parte del público levantó las manos.

El viaje musical erizó la piel cuando Thom Yorke tomó la guitarra acústica para cantar “Free In The Knowledge”, un tema que compuso en el inicio de la pandemia y de ahí el mensaje lleno de esperanza en esos tiempos tan oscuros en los que el cantante nos quiso decir que sólo se trataba de un mal momento. Su voz la noche de ayer fue un gran cobijo.

Con “Skirting On The Surface” vinieron los gritos descontrolados. Habla de cuando nos sentimos rotos y no hay nada que lo repare. A pesar de lo oscura que es esta letra en ese momento nos sentimos tan vivos, tan plenos.

Para “Pana-vision”, que forma parte de la banda sonora del un capítulo de la serie “Peaky Blinders”, Yorke se puso al piano y junto con el resto de los integrantes de la banda ofreció la interpretación de este tema que tiene varios guiños hacia el jazz. Otra canción que incluyó el piano fue “Open The Floodgates” y al final de ésta el vocalista se abrazó para demostrar el cariño que le tiene a sus fans; además de “People On Galconies”, pero en ésta en el instrumento estuvo Jonny Greenwood.

También hubo un estreno: “People in Balconies” y, antes de vocalizarla, Tom Korke dijo: “Esta canción es nueva, se llama ‘Friends of a Friends”, pero no lo sé, pregúntenme en un par de semanas, será divertido”.

Para el cierre del concierto, The Smile eligió “Bending Hectic”, el sencillo que lanzó apenas el 20 de junio. Fue un final apoteósico con esta canción de ocho minutos que se convierte en una experiencia que lleva por rutas inesperadas, de la tranquilidad a los sonidos distorsionados, por eso al término de ésta sólo quedó suspirar y aplaudir a la banda que durante hora y media brindó un show que nos hizo llegar a la esencia de una experiencia musical: sentir, emocionarnos y conectarnos con nosotros y el mundo.

The Smile, que hoy repite concierto en el Auditorio Nacional, se formó en plena pandemia y se agradece que en esos tiempos tan aciagos Thom Yorke, Tom Skinner y Jonny Greenwood se hayan reunido para hacer lo que mejor saben: música.