Ya en semáforo verde, Campeche reta al virus

Luego de que esta semana Campeche cambiara a verde en el semáforo epidemiológico, medios locales reportaron que feligreses rebasaron el aforo permitido en iglesias y templos durante los primeros días.

En la cabecera municipal de Calkiní, vecinos celebraron a San Miguel Kukab, aunque practicaron la distancia social y el uso de cubrebocas, estos hábitos no han sido del todo vistos en la capital del estado, sobre todo en calles de negocios y mercados, donde las alfombras sanitizantes se retiraron en algunos establecimientos y donde se ve a personas caminar sin cubrebocas.

En algunos municipios como Palizada y Jonuta, limítrofes con Tabasco, el transporte público ya opera, incluso por encima del 100 por ciento de su capacidad, los pasajeros se aglomeran al abordar y no todos se cubren la boca, como en tiempos de la vieja normalidad.

Medios locales reportaron este mismo problema en el servicio marítimo que va hacia Ciudad del Carmen, donde no se cumplen las medidas sanitarias.

El fin de semana, tras el anuncio del cambio de color en la entidad, los lugareños retomaron sus actividades. En el balneario Boca del Río, en Champotón, las personas tomaron un hondo respiro.

El gobernador del estado, Carlos Aysa González, llamó a mantener las indicaciones “como si estuviésemos en otra etapa epidemiológica. No bajar la guardia ni confiarnos”, dijo este martes durante la Mesa Estatal para la Construcción de la Paz; ayer, el mandatario estatal acordó también con autoridades federales de educación que aún no es momento de volver a clases presenciales.

Antonio Lazcano, investigador de la UNAM, refirió a La Razón que existe una clase de “daltonismo epidemiológico”, debido al constante cambio de colores en el semáforo, una responsabilidad fuerte en un país donde el uso de cubrebocas no ha sido prioritario.

“En el caso de Campeche, aunque suene muy alentador un cambio al semáforo verde, ésta es una responsabilidad enorme (...) se debe contar con un sistema de vigilancia epidemiológica muy bien organizado, por un lado, y con la certeza muy adecuada de la Secretaría de Salud federal”, consideró en entrevista.

“En un país donde no se ha hecho la suficiente promoción del uso de cubrebocas, en circunstancias donde tenemos la pandemia perfectamente activa, creciente, en el resto del país es una responsabilidad brutal lanzarse a decir que una entidad ya pasó a color verde”, insistió.

Malaquías López Cervantes, profesor e investigador en salud pública, opinó que el reto para Campeche es grande, por lo que advirtió que tendrán que tomarse “medidas extremas de vigilancia”, sobre todo si se llegara a dar luz verde al regreso a clases presenciales, así como hacer un cambio en la metodología para realizar las pruebas de detección de Covid-19.

“Hay estados que de verdad tienen un menor nivel de transmisión, quizá Campeche sí sea el caso porque la población es chica y el territorio es grande”; sin embargo, hay escenarios como el de Chiapas —otra entidad que está cerca del verde, de acuerdo con el subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell—, en el que el riesgo es todavía muy alto y debe pensarse dos veces.