Baja en exportación de becerros, principal afectación

Sequía daña ganadería en los estados del norte

Homero García, dirigente nacional del gremio, advierte que el fenómeno provoca estragos acorto y largo plazo; lo peor vendrá en el 2023, cuando habrá menos vacas preñadas, alerta

Los efectos de la sequía que azota sobre todo a la zona norte del país desde hace tres años se reflejan en la muerte de ganado, como se aprecia en esta imagen de archivo.
Los efectos de la sequía que azota sobre todo a la zona norte del país desde hace tres años se reflejan en la muerte de ganado, como se aprecia en esta imagen de archivo.Foto: Especial
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De acuerdo con el Monitor de Sequía en México (MSM) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el impacto sostenido desde hace tres años por la recurrente escasez de agua provoca estragos en ranchos y ejidos de los estados del norte, principalmente en Sonora, Chihuahua y Coahuila, de gran vocación ganadera.

Al respecto, Homero García de la Llata, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, dijo a La Razón que el mayor daño es la baja de un 30 por ciento en la exportación de becerros, que es el principal nicho de mercado en el norte del país desde hace por lo menos tres años.

“Actualmente la exportación bajó un 30 por ciento y ya se ve una falta de becerros para las engordas”, afirmó.

El dirigente explicó que el problema de la falta de agua provoca daños a corto y a largo plazo, como se aprecia en los estados citados líneas arriba, en donde, a pesar de que ya se registraron lluvias extraordinarias recientemente, la afectación por la sequía previa ya quedó asentada.

En días pasados, algunos medios de comunicación publicaron que la sequía de este año puso en riesgo a por lo menos 80 mil cabezas de ganado en varias entidades.

Sobre el tema, García de la Llata mencionó que aunque sí hay muertes de ganado debido a la sequía, y son importantes, no representan algo significativo, como sí lo son otros estragos ya palpables y sobre todo los que se avecinan.

Subrayó algunos de los problemas derivados de la falta de agua son: daños a la salud de vacas preñadas, incremento de costos, falta de becerros para las engordas y ausencia de forraje, que es el principal alimento de estos animales.

En cuanto a los daños que sufren las vacas que están destinadas a ser preñadas, puntualizó que el problema se entiende de la siguiente forma: “Una vaca para poder preñarse hoy y que pueda parir en un año y destetar ese becerro, que es un periodo muy largo, debe estar en las condiciones adecuadas para poder hacerlo, y si hay sequía pues no se alimenta bien ese vientre y por lo tanto no está en condiciones de poder preñarse”.

En ese sentido, comentó que este tipo de daño se ve hasta el siguiente año, cuando bajan los nacimientos y las vacas no presentan celos para poder seguir preñándose, lo que también afecta en la rentabilidad, ya que no habrá destetes y tampoco oferta de reses en México.

“Si un señor tenía 100 vacas y parían regularmente 60 o 70 becerros al año, verá el año que entra las consecuencias de la sequía, lo que no se vendió, las vacas que no se preñaron. Serán porcentajes muy bajos de ingresos.”

Añadió que el problema de la sequía, al que llamó “algo con lo que trabajamos con frecuencia”, provocó que actualmente se hayan tenido que bajar las cargas de animales casi a la mitad en cada uno de los potreros.