En la madrugada del 12 de julio, en la colonia Balcones de Oblatos de Guadalajara, Karla, una mujer de 28 años, fue asesinada con un arma larga frente a su casa. El ataque, que quedó grabado por cámaras de vigilancia, se investigó bajo protocolo de feminicidio.
La víctima era madre de una niña de 12 años, que ahora queda a cargo de su familia.
Esto sabemos del caso de Karla
Cámaras de seguridad muestran que un hombre —presuntamente su expareja— llegó en una camioneta blanca sin placas y, tras una discusión, sacó el fusil y le disparó en la cabeza. Todo duró menos de dos minutos y hubo presencia de familiares y testigos.
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El gobernador Pablo Lemus describió el caso como “terrible” y confirmó el uso de un rifle R‑15.
Ella era Karla, mencionar su nombre para no olvidar
De manera lamentable, Karla, de 28 años, se integra a una larga y triste lista de mujeres que son asesinadas en México, sin embargo, no es justificación para perpetuar estos actos de violencia, machismo y misoginia.
Karla era madre, hija y amiga de quienes ahora tendrán un largo camino por recorrer en busca de justicia para que el responsable de arrebatarle la vida esté tras las rejas por su participación en dicho acto.
Es importante mencionar que la familia se encuentra en la exigencia de justicia en Jalisco, además de que ha sido respaldado por diferentes colectivos feministas.
¿Qué es el fusil R‑15?
Se trata de un rifle semiautomático tipo AR‑15, diseñado originalmente en los años 50 por la empresa Armalite; su nombre proviene de “Armalite Rifle”.
Aunque es similar al fusil M16, popular en fuerzas militares, la versión civil dispara una sola bala por cada presión del gatillo, no ráfagas automáticas.
En México, las versiones civiles —de calibre .223 o 5.56 mm— están estrictamente prohibidas para particulares. Solo pueden ser poseídas por el Ejército, Armada o Fuerza Aérea, y cualquier otra posesión constituye un delito federal.
¿Por qué es grave su uso?
Alta letalidad por su calibre y capacidad de cargadores grandes la hacen potente y peligrosa en manos no reguladas.
Prohibición legal debido a su uso civil está penalizado y agrava la responsabilidad del agresor.
Además, es un símbolo de violencia extrema: utilizar un R‑15 en un feminicidio muestra no solo intención homicida, sino acceso a un armamento casi militar, lo que profundiza el factor de género y miedo.
Este caso muestra cómo el uso de armas de alto calibre potencia el terror en delitos de género y evidencia las grietas en el control de armas en México.
