Además de sacudir al país con la imposición de aranceles, el presidente Donald Trump, de refilón, reactivó el debate sobre la estrategia del gobierno pasado contra el crimen organizado: abrazos y no balazos. Lo anterior, al tratar de vincular al gobierno con el crimen al momento de anunciar su decisión contra México. Si bien la Presidenta ha refutado esos señalamientos, la oposición no ha dejado de machacar sobre la estrategia pasada, a la que equipara con inacción y negligencia, por decir lo menos. Le ayuda a sustentar sus señalamientos, nos recuerdan, el hecho de que en el sexenio pasado se evitó a toda costa que el tema de la seguridad estuviera en la agenda cotidiana, y que eso se logró defendiendo siempre la continuidad sin ningún tipo de ajuste de la criticada estrategia. Se ha visto ahora que esto último ha tenido una reacción. ¿Qué dirá AMLO de la justificación del magnate para pegarle a nuestro país? Uf.

