Y de plano no hay día en el que Tabasco, entidad gobernada por el morenista Javier May, no sea noticia y no precisamente buena. Y es que una nueva jornada violenta cobró ayer ocho vidas, entre ellas las de dos policías. Ya desde la mañana se habían reportado cuatro ejecuciones en los municipios de Centro, Comalcalco y Huimanguillo. Pero con el transcurso de las horas ocurrieron más homicidios. Fue cerca de las 18:00 horas que delincuentes atacaron a balazos una patrulla que resguardaba un predio que fue asegurado en días pasados al estallar ahí una bodega de huachicol, ahí mataron a los agentes. No fueron los únicos hechos que generaron zozobra, también se reportó que en distintas carreteras de Villahermosa habían sido puestos ponchallantas. Está más que claro que el gobierno de May no ha podido controlar los hechos de violencia. Tampoco ha sido capaz de frenar la caída de la entidad en los indicadores sobre criminalidad a causa del aumento de los homicidios. Y menos ha impedido que se hunda cada vez más entre sus ciudadanos la percepción de seguridad.

