Y es en Morena donde algunos cuadros no tienen prisa por asumir la reforma contra el nepotismo, y sí en cambio para apuntarse desde ya a la lista de candidateables. No importa que las elecciones en las que aspiran participar sean dentro de dos años. Saúl Monreal es uno de ellos y por ello insiste en que buscará la gubernatura de dicho estado porque, dice, es su “derecho constitucional”. La dirigencia de Morena, con Luisa María Alcalde al frente, anunció que modificará los estatutos partidistas para alinearlos con la propuesta de Claudia Sheinbaum de atajar la herencia de cargos en 2027, pero en el Senado, nos dicen, el mensaje no se ha entendido y por eso se insiste en que hay que “esperar” a que la Cámara de Diputados termine el trámite y, además, se antepone el argumento de que el pueblo manda. Ya se verá si, en los hechos, el pragmatismo seguirá mandando. Porque mientras en el discurso rechazan el nepotismo, en la práctica lo dejan en suspenso, con el argumento de que “faltan dos años y muchas cosas pueden pasar”.

