A bordo del buque Cuauhtémoc
Con el paso de los años, las mujeres en la Marina Armada de México se han consolidado con un rol preponderante entre los mandos. En altamar, en el Buque Escuela Velero Cuauhtémoc, las mujeres también están ejerciendo un papel de primera línea, ya sea dando vida al barco, dirigiendo la navegación o también brindando apoyo al bienestar de la tripulación.
Con gallardía y siempre con una sonrisa, la primera maestre Silvia Patricia Santana, quien se encarga de llevar a cabo las labores administrativas al interior del Buque Cuauhtémoc, tiene bajo su supervisión los trabajos en cubierta, además de las labores de mantenimiento en los mástiles del navío.
En entrevista con La Razón, aseguró que el rol de las mujeres “está creciendo. Cuando subí en el 2011 éramos una minoría; hoy en día hay hasta jefas de departamento. También hay personal en diferentes cuerpos y servicios que no sólo está enlistado en un servicio, también apoya en las maniobras o subidas por alto”.
- El Dato: La Marina cuenta con más de 18 mil mujeres que forman parte de sus filas. En el mar, 473 operan como comandantes, segundos comandantes y tripulantes en unidades.
Dichas “subidas por alto” son aquellas maniobras en las que el personal de todo el navío sube a cubierta y escala por las redes a los lados de los mástiles para elevar las velas o trabajar en ellos.
Desde la perspectiva de la primera maestre, causar alta en el buque Cuauhtémoc es “algo bonito”; como mujer, “una se da cuenta de que es nada en la inmensidad de la mar”.
Además de llevar a cabo la tarea referida, Patricia Santana también apoya a la navegación, pues tiene los conocimientos necesarios para navegar con cartas digitales y también con cartas análogas y guiándose con las estrellas.
Quien coincidió con la primera maestre en torno al creciente papel de las mujeres es la cabo del cuerpo general de máquinas Karina Gil, quien se encarga de las plantas de luz, el sistema de refrigeración, así como del motor cuando no tiene las velas izadas; el “corazón del barco”, aseguró.
Proveniente de Veracruz, y la primera en su familia en formar parte de la Marina Armada de México, explicó que su trabajo antes estaba destinado para los hombres; sin embargo, “cada vez somos más las mujeres que pertenecemos a la tripulación del barco y a esta familia naval. Poco a poco nos van incluyendo a más puestos, como el mío, que antes era sólo para hombres. También hay contraalmirantes y demás ramas de servicios”.
En cuanto a la dinámica diaria, en un buque que navega alrededor de ocho meses en un año, indicó que entre las tripulantes van formando una “complicidad”.
“Entre todas nos apoyamos. Más que ser compañeras, nos volvemos amigas y familia; y no nada más entre nosotras, sino con toda la tripulación aprendemos a convivir con igualdad entre hombres y mujeres”, comentó.
Quien apoya al bienestar de la comunidad que navega en altamar es la tercer maestre Margarita Parra. A través del corte del cabello, señaló que hay un avance en los roles de género. “Hay un avance de cuando el velero tuvo a las primeras elementos femeninas a la actualidad”.
Comentó que fue en el 2011 cuando las mujeres se embarcaron por primera vez en los viajes del Cuauhtémoc. “En este viaje somos 22 mujeres; sin embargo, en el crucero de instrucción pasado hubo más mujeres que hombres”, y, dijo, eso representa un gran logro y un gran orgullo.


