Casi seis años después de que se cumplió el plazo legal para que todos los policías en el país contaran con certificación, apenas el 88.2 por ciento de los elementos estatales obtuvieron el Certificado Único Policial (CUP), el cual acredita que poseen los conocimientos, el perfil, las habilidades y aptitudes para el desempeño de su tarea.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) señala que el 94.4 por ciento del personal de la policía estatal ha sido evaluado y cuenta con el control de confianza vigente.
Sin embargo, establece la Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2024-2030, que el martes fue entregada al Senado de la República, al cierre del 2024 únicamente el 88.2 por ciento de la fuerza estatal obtuvo el CUP.
- El Dato: El promedio nacional de policías estatales por cada mil habitantes es de 0.97, y únicamente 8 entidades rebasan la media; destaca la CDMX, con una tasa de 4.06.
Además, 12 de las 32 entidades federativas están por debajo de ese nivel de certificación de sus policías, entre las que figuran Zacatecas, Nayarit y Tabasco, tres de las que tienen mayores problemas de inseguridad, con índices de apenas 78.6, 86.1 y 87.8 por ciento de certificación.
El plazo para que todos los policías en México tuvieran CUP se venció en el 2019, después de que el 9 de septiembre del 2016 el Consejo Nacional de Seguridad Pública publicó en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos para la emisión del documento y fijó un periodo de tres años para que todos los integrantes de las corporaciones de seguridad pública contaran con él.
De acuerdo con los censos nacionales de Seguridad Pública Estatal 2024 y de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México 2024, ambos del Inegi, hay en el país 128 mil 773 elementos del orden estatal.
“La cantidad de elementos y la tasa de policías por mil habitantes varían significativamente entre las 32 entidades federativas, lo que evidencia que en la mayoría de los casos existe un déficit de personal policial y la necesidad de fortalecer a las corporaciones”, concluye la Estrategia Nacional de Seguridad Pública.
Para David Saucedo, experto en seguridad pública, la “certificación no es una salvaguarda de que tengamos buenos elementos”.
Comentó a La Razón que fuentes federales le han hecho saber que “la mayoría de los elementos de seguridad pública que han sido detenidos, procesados y sentenciados por la comisión de ilícitos, tenía certificado único policial. Lo mismo los comandantes que ocasionalmente son detenidos por su asociación delictuosa y muchos de ellos habían pasado los controles de confianza”.
Mencionó que el hecho de que estos controles de confianza no sean inhibidores de que los elementos de seguridad pública cometan ilícitos es que “habría que tener en cuenta que tenemos una disparidad enorme entre los salarios que reciben los elementos de seguridad pública de un estado a otro”.
Aunado a esto, expuso, “la mayoría de los grupos del crimen organizados ya utilizan armas de fuego de grado militar que traspasa los blindajes, y la mayoría de los elementos no va a utilizar patrullas blindadas o equipamiento por debajo de lo requerido para igualar el fuego de los narcotraficantes”.
Explicó que muchos policías prefieren, en dado caso, unirse a las filas del crimen, sobre todo “donde hay varios grupos disputándose el control de territorio en estados del país”, para no ser víctimas de la violencia.
Insistió en que “todas las herramientas, parámetros que hemos utilizado en el pasado para tratar de mejorar las condiciones de los elementos, quedaron rebasadas notoriamente”.
Al referirse a las carencias que enfrentan los uniformados, Yair Mendoza, integrante del programa de seguridad de México Evalúa, dijo que hay una exigencia a las fuerzas de seguridad “de que sean el primer dique de contención frente a la actividad criminal, ya sea del crimen organizado o de la delincuencia común”, pero coincidió en que los elementos también son “poco remunerados, apreciados y poco cuidados por sus corporaciones”.
Han sido identificados, dijo, cuerpos policiacos “que no tienen incentivos para jugarse la vida por las prestaciones que se les ofrecen. No es un tema de capacitación, sino un tema de brindarles incentivos para que se queden en la corporación y vean en la capacitación una forma de conseguir una mejora laboral”.
Puso como ejemplo que hay entidades en las que “no está garantizado que se les entreguen dos veces al año uniformes o equipamiento para desarrollar sus actividades. Se les entrega un por año para cumplir con su labor. Y ni hablar de permisos de paternidad, acceso a créditos laborales, seguros o gastos funerarios”.
Dijo que parte de estas soluciones para que se complete la preparación es que entreguen incentivos, además de que se lleven a cabo evaluaciones del número de policías que se necesitan para poder cumplir de manera adecuada las tareas de procuración de justicia.
Priorizan atender las causas de inseguridad
| Por Ulises Soriano
El Senado recibió la Estrategia Nacional de Seguridad Pública para el sexenio de la Presidenta Claudia Sheinbaum. El objetivo de esta estrategia es la disminución de la incidencia delictiva, así como la eficacia de los cuerpos de seguridad, y con ello salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas.
La estrategia planteada por la titular del Ejecutivo está articulada en cuatro ejes: atención a las causas; consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia y la investigación; y coordinación absoluta en el Gabinete de Seguridad y con las entidades federativas.
El documento fue turnado a la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara alta y apunta que la seguridad pública y la paz social “requieren de la intervención de todos los poderes públicos de los tres órdenes de gobierno y de la participación del pueblo de México”.
Señala que la estrategia, desde el inicio del sexenio, “ha probado de inmediato su eficacia al integrar nuevos esquemas y modelos de actuación que conducirán a seguir construyendo una paz duradera en el país”.
Explica que el trabajo conjunto de las instituciones de seguridad pública del Gobierno federal ha permitido reducir la incidencia delictiva, pues argumenta que al hacer un comparativo entre las cifras de junio de 2024, con las de diciembre de 2018, “el robo a hidrocarburos se redujo 94.2 por ciento; el secuestro decreció 62.9 por ciento; el robo descendió 34.8 por ciento, y el robo de vehículo disminuyó 50.3 por ciento.
Además, el promedio diario de víctimas de homicidio doloso disminuyó 18 por ciento en 2024, comparado con 20218”.
En medio de la “coyuntura de violencia a nivel nacional”, señala la Presidenta Sheinbaum, su estrategia “hace imprescindible que la nueva Estrategia Nacional no solo dé continuidad a los esfuerzos del gobierno anterior, sino que fortalezca el trabajo de las instituciones que integran el Gabinete de Seguridad y de las entidades federativas”.