El gran desafío es lograr que las personas se interesen, considera

“El acercamiento que permite con la gente, lo mejor de este proceso”

Candidata a magistrada en materia del Trabajo afirma que en la elección judicial “al final el pueblo es el que gana”; el espíritu de la reforma es el acercamiento a los ciudadanos, dice

La aspirante a magistrada por el distrito 7, en entrevista con La Razón.
La aspirante a magistrada por el distrito 7, en entrevista con La Razón. Foto›Omar Ávalos›La Razón

Dentro de las complejidades del proceso, entre los candidatos que contienden por un cargo en la elección judicial, la aproximación con los ciudadanos es lo que a muchos de ellos más ha enriquecido.

“Es el gran aprendizaje de mi vida”, advierte en entrevista Rocío Rojas, candidata a magistrada en materia de Trabajo por el distrito 7, que comprende las alcaldías Magdalena Contreras, Cuajimalpa y algunas colonias de Alvaro Obregón.

Con 30 años de experiencia en la materia, y en el número 12 de la boleta, Rojas Pérez considera como un gran desafío el lograr que la gente pueda interesarse y acudir a votar el próximo 1 de junio, pues será esta participación la fuente de legitimidad de los próximos juzgadores; no obstante, considera que al final del proceso el país ganará.

  • El Dato: el 1 de junio se elegirán 464 cargos a magistraturas de circuito en materia administrativa, civil, del trabajo, de lo penal y de apelaciones.

¿Cuál es el cargo por el que contiendes?

El sistema de justicia federal es como una pirámide: en la punta están las ministras y ministros de la Corte. Posteriormente están los tribunales colegiados de circuito, que se integran por tres magistrados. Ahí es donde entra el cargo para el que yo contiendo.

¿Cómo fue tu aproximación al mundo del Derecho, de la justicia y cómo ha sido tu trayectoria?

Vengo de una familia de maestros de educación primaria. Mi padre y mi madre dejaron una gran huella en la educación indígena, en la educación primaria, y eso desde pequeña —soy la cuarta hija y somos cinco hermanos— me motivó a conocer y saber de los derechos, principalmente de los derechos de los trabajadores y lo laboral. Entonces, es una trayectoria de más de 30 años en la materia laboral. Tuve la oportunidad de ser asesora de trabajadores, de sindicatos, de llevar un proceso jurídico de la Federación Central Sindical, que rompe con 70 años de existencia como central única de la FSTSE en materia de trabajadores del Estado. Eso desde luego llevó un proceso jurídico, atendiendo el convenio internacional 87 de la Organización Internacional del Trabajo y con profunda humildad te digo que fui de las que encabezó todo ese proceso. También trabajé para el lado del patrón en el caso de los trabajadores del Estado, porque fui jefa de dictámenes y sanciones del Servicio de Administración Tributaria de Hacienda.

También tuve la oportunidad de ser magistrada representante de los trabajadores en la quinta sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje durante 8 años, integrada de manera tripartita. Y tuvimos desde luego la gran fortuna de conocer conflictos, resolverlos. Todo esto me lleva a tener una visión del sistema de justicia amplio e imparcial sobre todo.

Luego, cuando sale la convocatoria, me inscribo a los tres poderes y tengo la fortuna de que me postula en primer término el Poder Judicial, que me consideró idónea. Estaba lista para el examen, pero las circunstancias motivaron un mecanismo diferente en el que se conserva mi postulación. En el Poder Ejecutivo tuve la fortuna de que también me consideran idónea y salí sorteada en la tómbola.

Y en el Poder Legislativo ya no tuve la oportunidad, pero dije: “bueno, con dos poderes creo que puedo salir a buscar a los ciudadanos y decir que esos comités (de los poderes), de manera muy consciente, muy madura, muy profesional, valoraron a todos los que nos inscribimos a este proceso y por eso voy a estar en la boleta postulada por dos poderes.

¿Cuál es el diagnóstico que tienes de la justicia laboral en el país?

No debemos olvidar que la Constitución Política de 1917 fue el parteaguas a nivel internacional para establecer los derechos sociales. Entonces, yo creo en la justicia social, desde luego en la materia agraria y en la materia laboral, que son los que comprenden esta justicia social. Yo creo que en nuestro país la reforma laboral de 2019 fortaleció a los trabajadores para que, entre otras cosas, democráticamente eligieran a sus directivas a través del voto personal, libre, directo y secreto. Es decir, se reencauza nuevamente la fuerza de los trabajadores en su vida sindical. Desde luego me parece que falta mucho por hacer, porque así va evolucionando la justicia, en todo el mundo y en todos los aspectos: regular las relaciones laborales de trabajo en plataformas, nuevas formas de contratación… Y en esto no nada más es voltear a ver a los trabajadores, sino escuchar también a los patrones, a las empresas o al gobierno como patrón equiparado, comprender, estudiar, escucharlos. Yo sí creo en el tripartismo. No puede una norma emitirse sin escuchar a los representantes de los patrones y a los representantes de los trabajadores.

¿Cuáles son las vías para acometer los arreglos que el Poder Judicial requiere?

Este proceso democrático de elección de juzgadores no podemos negar que afecta a muchos juzgadores que han desarrollado en el Poder Judicial su vida. Sin embargo, creo también que el verdadero espíritu (de la reforma) es de apertura hacia los ciudadanos que sí tenemos alguna experiencia, alguna capacidad, y podamos ingresar al Poder Judicial a través de este proceso sin seguir la carrera judicial que se acostumbraba. En mi caso, ocurrió que terminando el cargo de magistrada en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, que depende del Poder Ejecutivo, quise continuar con la labor de juzgadora. Me invitaron a trabajar y me ofrecían un cargo de secretaria proyectista. Sin embargo, ya con documentos, ya para tener la oportunidad, me dijeron: “¿qué crees?, no se puede, el puesto es de base y solo los del Poder Judicial pueden entrar a ocuparlo”, y así yo me perdí de esa gran oportunidad.

En cuanto a que efectivamente la justicia a veces no es tan rápida o las resoluciones, creo que pueden ser varios factores, entre ellos el presupuesto. Que un juzgador no tiene todo el personal que pueda apoyarle para dictar más rápido las sentencias. También estoy consciente que los ciudadanos deben tomar en cuenta que no por la simple elección inmediatamente los juzgadores al otro día van a estar dictando las sentencias.

En este proceso se les exigió a muchos jueces hacerla un poco de políticos y hacer campaña. ¿Es algo adecuado?, ¿te ha nutrido o conflictuado?

Yo entré a estudiar la carrera de Derecho y jamás pensé en verme en un proceso democrático y de proselitismo. Sin embargo, me quedo con el acercamiento que los candidatos estamos haciendo a las colonias, a los lugares donde vamos a estar en la boleta, como el gran aprendizaje de mi vida. Ha sido una experiencia maravillosa. Las alcaldías Magdalena Contreras, Cuajimalpa de Morelos y algunas colonias de Álvaro Obregón son las que comprenden el distrito 7, por el que yo me inscribí. Casi el 90 por ciento te dice: “Regrese”. Y yo la verdad es que dije: “Si llego a ser electa o incluso si no, yo creo que sí puedo decirles que gracias por la confianza y darme una vuelta”.

¿Tienes algún tipo de inquietud respecto a la complejidad de la elección? Te lo pregunto porque finalmente la participación ciudadana va a ser la que dote de legitimidad a los nuevos jueces.

Sí te encuentras con muchísima gente que dice: “Yo no creo en el proceso de elección, políticos han venido, prometen, dicen que van a regresar y ya no los vemos nunca más”. Pero en la oportunidad que yo he tenido de estar platicando con ellos, cuando les explicas la trascendencia incluso internacional que va a haber este proceso, motivamos a que se interesen por conocer cuál va a ser nuestra función y yo creo que es efectivamente eso el primer paso. También está el liderazgo en colonias donde dicen: “Oye, pues yo te ayudo, pero ¿qué me das?”. Y la verdad la respuesta que yo les he dado es: “Si queremos combatir la corrupción, ¿por qué están pidiendo dinero, no?”. No es en todos lados, pero te encuentras con todo eso.

Entonces, yo creo que sí es un gran reto para nuestro país, para los candidatos, y todavía hasta el último momento hay que invitar a la gente a salir a votar, explicarles cómo van a ser las boletas, y todo lo que va a envolver el proceso. En una contienda siempre hay alguien que sale favorecido y alguien que no, pero en este proceso democrático al final el pueblo es el que gana.