Con un intento de portazo en la Secretaría de Gobernación (Segob) y disturbios protagonizados por docentes de Oaxaca y Guerrero, por tercera ocasión la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no llegó a un acuerdo con el Gobierno federal, luego de más de dos horas de permanecer en una mesa de diálogo, por lo cual mantendrá el plantón en el Zócalo de la Ciudad de México y seguirán las manifestaciones.
En el día número 21 de manifestaciones y en su tercera reunión con integrantes del Gabinete federal, los dirigentes del magisterio disidente consideraron que las ofertas del Gobierno no satisfacen las demandas, pues no está en la mesa la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007.
- El Dato: La CNTE decidió ya no dialogar más y convocar a una asamblea ayer por la noche con todas las secciones para decidir el siguiente paso de las movilizaciones.
“Las respuestas que recibimos de parte del Gobierno, contenidas en cinco puntos, no resuelven las demandas centrales definidas por los trabajadores como insuficientes y nulas. No sólo no resolvieron nuestras demandas, además, fuimos objeto de una intensa campaña mediática de denostación”, reprochó Pedro Hernández, de la sección 9, en la lectura de un pronunciamiento afuera de la Segob.

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Los líderes de la CNTE entraron alrededor de las 11:40 horas al edificio ubicado en la calle de Abraham González. En el diálogo estuvieron presentes los titulares de las Secretarías de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; de Educación Pública (SEP), Mario Delgado; y el titular del ISSSTE, Martí Batres.
El pronunciamiento del magisterio acusa que “los gobiernos de la autodenominada Cuarta Transformación mantienen políticas capitalistas similares a sus antecesores (...) Su discurso antineoliberal no es congruente, cuando aplican estrategias económicas que favorecen a las grandes empresas. Los ricos se han hecho más ricos y los pobres, más pobres”.
El magisterio, en voz de Hernández, insistió en que las exigencias se mantienen vivas: Abrogación de la Ley del ISSSTE y de la reforma educativa “Peña-AMLO”, incremento salarial del 100 por ciento, establecer fecha para la mesa con la Presidenta de la República, y que “no se aplique la represión económica, administrativa ni de otra índole contra las y los trabajadores de la educación de los diferentes estados que han participado en la actual jornada de lucha”.
Mientras daban a conocer las demandas, los maestros gritaron “¡Aeropuerto!”, haciendo alusión a una segunda toma del Aeropuerto Internacional.
Antes de la salida de los negociadores, se registró en la calle de Bucareli una escaramuza en la que maestros de la CNTE intentaron dar portazo con marros y piedras a la Segob; sin embargo, policías y elementos de la Guardia Nacional (GN) repelieron con extintores la agresión, que terminó con daños a los cristales de la dependencia federal.
En los hechos, un vehículo oficial de la Ciudad de México terminó bajo el control de grupos embozados, quienes aseguraron que esto es una “probadita” si no se solucionan las demandas del magisterio disidente. Se mencionó que quienes llevaron a cabo los disturbios fueron maestros de las secciones de Guerrero y Oaxaca, pero también hubo señalamientos de que eran grupos externos.
En medio de la espera, los maestros disidentes tomaron la calle Abraham González y los alrededores del edificio. Fueron más de tres mil docentes quienes, para matar el tiempo bajo el intenso calor, colgaron lonas sobre los árboles y jugaban baraja apostando “de a pesito”, además de llenar crucigramas.
Al finalizar los discursos, los maestros se retiraron a su plantón en el Zócalo. Aseguraron que continuarían las consultas a sus bases para definir la agenda de acciones de este jueves.
Gobierno condena actos de violencia en protesta
› Por Tania Gómez
Los titulares de las Secretarías de Gobernación (Segob), Rosa Icela Rodríguez, y de Educación (SEP), Mario Delgado, condenaron las manifestaciones de violencia llevadas a cabo este miércoles por presuntos profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) en el exterior de las instalaciones de la Segob.
En el día 21 del paro de los profesores, y tras sostener un nuevo encuentro durante más de tres horas con integrantes de la Comisión Nacional Única de Negociación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en el que nuevamente no se alcanzaron acuerdos, los funcionarios federales de Segob y SEP hicieron un llamado a los disidentes a continuar con el diálogo.
- 21 Días llevan en paro los maestros de la CNTE
“Ante los hechos de violencia ocurridos, la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Educación Pública hacen un respetuoso llamado a todas y todos los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a continuar de manera pacífica y respetuosa el diálogo constructivo en favor del magisterio nacional”.
Ambos funcionarios reiteraron el respeto al derecho de los trabajadores de la educación a manifestarse y a expresarse, al tiempo que condenaron cualquier manifestación de violencia.
“Por la vía del diálogo vamos a encontrar acuerdo, propuestas y soluciones. Como decía Juárez: Nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho”, agregaron.
Plantón en el Zócalo es un foco de insalubridad
› Por Yulia Bonilla
Este jueves se cumplen tres semanas de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) estalló en huelga y se instaló con casas de campaña en el Zócalo de la Ciudad de México, con jornadas que al paso de los días los han llevado a vivir en condiciones insalubres, enfermedades y presiones económicas para sobrellevar las movilizaciones de protesta y su permanencia en el plantón.
Las fuertes precipitaciones de las últimas dos semanas se han traducido en gastos no contemplados para los maestros y una “mina” para los comerciantes del centro, que ya convirtieron la periferia del plantón en pasillos sobre los que venden casas de campaña, tubos de hule cristal, hule negro y lonas con las que los docentes han conseguido cubrirse del agua.
Tras 21 días de la llegada del magisterio, algunos de los pasillos que se formaron para caminar entre el campamento, se han vuelto intransitables por el olor a humedad de las colchonetas, cobijas y demás artículos que los maestros se han visto en la necesidad de colgar en los lazos que sostienen sus lonas y que no alcanzan a secar debido a la continuidad de las lluvias.
Junto a los restos de comida y demás desechos que se lanzan a las coladeras, un hedor similar al agua de florero sin cambiar durante días, a desagüe expuesto, al carbón de los anafres sobre los que algunos cocinan y de la basura que se junta en algunos puntos, se ha apoderado del plantón, sobre todo en las mañanas, y causa la repulsa de transeúntes y turistas que planeaban un paseo por el Centro Histórico.
No contar con baños ha sido una de las mayores vicisitudes. Cada día, los sanitarios localizados en la calle Isabel la Católica, a un costado de la taquería El Caifán, tienen una larga fila de maestros esperando turno para pasar y lo mismo se repite en otros baños públicos.
A decir de los maestros consultados en distintos días y puntos del campamento, esto ha representado uno de los mayores problemas, debido a que la larga espera para ingresar a un sanitario se combina con otro inconveniente: los malestares estomacales que, en conocimiento del módulo médico con el que la CNTE se alistó frente a la Catedral, han sido bastante comunes entre los manifestantes.
La permanencia y resguardo del plantón se organizó con roles de maestros, que semanalmente alternan su presencia. Algunos recogen sus casas de campaña y se van, otros las dejan para quienes lleguen.
En la última semana, mientras se deciden si continúan o no con su manifestación, la presencia de maestros en el plantón disminuyó y, en su mayoría, ha quedado a cargo de pequeños grupos que permanecen a su cuidado, aunque entre los cambios de turno semanales hay días en los que hay mayor presencia.
Los problemas de la estadía en el Zócalo para presionar al gobierno federal a que atienda sus demandas también aprietan a los docentes, pues en filas de alguna tienda de autoservicio o durante los múltiples bloqueos en las arterias capitalinas, ha habido quienes revelan que estar en el campamento no es acto de voluntad propia.
Una maestra, a punto de regresar a Oaxaca en el cambio de rol, platicaba con una familiar vía telefónica a la que le pedía cuidar a su hija un par de días más y que la disculpara por el inconveniente que ello representara, pero le prometía pagar los gastos que le debía una vez que a ella también le “liberaran” su pago.
Y es que, en palabras de docentes, estar en el plantón ha sido como cubrir una jornada laboral, porque allí duermen y deben alistarse entre las 5:00 y 7:00 horas para salir a marchar o bloquear vialidades. Al término de esa jornada, no más allá de las 16:00 horas, vuelven a las casas de campaña a preparar alimentos, estar atentos a la asamblea y las indicaciones de los líderes, porque, “o jalamos parejos entre nosotros, o los de arriba nos jalan”.

