La infestación del gusano barrenador que se desató en México no afecta únicamente al ganado, sobre el cual se han concentrado las acciones de las autoridades sanitarias, sino también a animales de compañía, como los perros y la fauna silvestre, situación ante la cual especialistas advierten un punto ciego en la estrategia para el control de esta plaga.
Hasta la fecha, México ha reportado ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) 28 casos confirmados y 101 susceptibles en perros de miasis por Cochliomyia homnivorax, que es la parasitosis ocasionada por las larvas depositadas en los tejidos de los animales, por medio de heridas. La información permite ver que, además de los perros y el ganado bovino, las afectaciones han sido a ovejas, caballos y cerdos.
- El Dato: El fin de semana se desplomó una avioneta guatemalteca que combatía la plaga que llevó a Estados Unidos a suspender las importaciones de ganado mexicano.
En el último informe público ante la organización internacional se indica que el caso más reciente en un canino se advirtió el 15 de mayo en un perro de un año de edad con miasis en el pecho, que habita en el municipio de Huixtla, Chiapas.
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Alfredo Cuéllar, exdirector de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuauti-
tlán de la UNAM y especialista en sanidad animal, advirtió que la infestación en perros ocurre a mayor velocidad porque son animales en movimiento e hizo hincapié en que los casos conocidos hasta ahora son en perros observados; es decir, que tienen dueño o alguien está al pendiente de su salud, pero cuestionó qué ocurre con aquellos en condición de abandono, a los que nadie lleva al veterinario para atender la lesión y que, por lo tanto, no son vistos en los reportes oficiales.
“Hay jaurías de perros que incluso se vuelven muy agresivos, que les llamamos ferales, perros ferales que están libres, digamos, y forman jaurías, y ésos, desde luego, para este problema y para otros problemas, representan un riesgo sanitario y pues nadie los atiende porque están aislados, están libres”, advirtió.
Debido a que la larva es depositada particularmente en tejidos de animales de sangre caliente, el riesgo no se reduce al ganado o animales de compañía, sino en general para toda la fauna silvestre.
“El ganado bovino y la fauna silvestre tienen la particularidad de que están lejanos del contacto diario con los dueños y no se percatan o se percatan ya cuando el problema está avanzado, está presente, y esta mosca tiene un comportamiento muy rápido. Desde que entra, pone huevos y se forma la larva tres, que es la larva ya madura, que sale del animal; a veces esto ocurre en una semana.
“Entonces, es muy rápido y a veces este tipo de ganaderos, porque me ha tocado trabajar con ellos, tienen las vacas libres en los potreros y solamente las juntan unas tres o cuatro veces al año. Por lo tanto, la probabilidad de que se infecte el ganado es muy alta, pero también otro tipo de animales”, dijo.
Al respecto, el médico veterinario Ernesto Ávila, presidente del Grupo Amascota del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos (Conafab), coincidió en que el plan de contención también debe abarcar a otras especies animales, pues, aunque consideró que, en el caso de animales de compañía podría ser bajo, no deja de ser un elemento para la propagación.
Además, advirtió que, para el caso de animales como perros y gatos, se trata de una infestación que llega a ser invalidante, porque deriva en una invasión muscular de las larvas que además provoca dolor y puede generar la entrada de otras enfermedades.
Frente a este escenario, mencionó que el método más efectivo para controlar la plaga es el que ya ha iniciado el Gobierno de México, con la dispersión de moscas estériles, ya que resulta una medida que no sólo erradicará el problema para el ganado, sino también las demás especies vulnerables.
