Especialistas en áreas de la salud física y mental lanzaron una advertencia por el creciente uso de xilacina y otras drogas, incluso en falsos retiros espirituales, para hacerle frente al estrés.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (Enbiare) 2022 del Inegi (la más reciente hasta hoy) 3.6 millones de mexicanos presentan ansiedad, aunque para el psiquiatra Marcial Sotomayor Páez “la cifra está corta”, pues dijo que lamentablemente en busca de ayuda, para curar su depresión, al menos tres de cada cinco jóvenes mexicanos han acudido a alternativas riesgosas para su salud, que van “desde retiros espirituales con alucinógenos, hasta el incremento en el uso de xilacina y otras drogas”.
El especialista indicó que la ansiedad y la depresión son más comunes en jóvenes de entre 20 y 29 años y que el rango aumentó en adultos de 30 a 49 años, “afectando tanto a hombres como a mujeres, quienes en búsqueda de mejoras acuden muchas veces a alternativas del new age, como el consumo de marihuana, ayahuasca y jicuri, plantas que se han popularizado en grupos seudoespirituales; sin embargo, aquellas más peligrosas, como la metanfetamina y la xilacina, pueden llevar a cuadros donde la vida queda comprometida”.

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- El Dato: La xilacina suele mezclarse con heroína, fentanilo y otros opioides. La mezcla de estas drogas puede aumentar los efectos que las personas sienten cuando las consumen.
Sotomayor Páez señaló que “la xilacina puede reducir el pulso respiratorio, la frecuencia cardiaca y la tensión arterial a niveles peligrosos. Además del riesgo de sobredosis, su consumo repetido se asocia a heridas cutáneas, como úlceras y abscesos, pero cada vez es más solicitada por los jóvenes por esa sensación aparente e instantánea de bienestar, lo que es falso; todo lo que brinde un placer instantáneo será sólo un descanso para su mente, pero no la solución”.
El psiquiatra expuso que el consumo de sustancias está altamente ligado con el estrés y la ansiedad en las personas, y refirió que de cada 10 pacientes que revisa en una jornada laboral, al menos ocho llevan cuadros severos de estrés, “hoy en día, principalmente ligados a exigencias laborales, familiares o incertidumbre económica; de ahí se saltan a grupos de autoayuda y, al no funcionar, van escalando en el uso de sustancias”.
Aleida Carranza, trabajadora social en un centro comunitario en Ciudad Juárez, Chihuahua, recordó que la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), Ghada Waly, recientemente hizo un llamado a los países en donde los grupos de la delincuencia organizada trafican drogas, para que trabajen en la prevención. “Yo le sumaría que los trabajadores de la salud deben ser más atentos, ya que aquellos quienes ponen a la venta drogas como la xilacina detectan precisamente a personas que enfrentan crisis personales para hacer sus negocios”, dijo.
- El Tip. Cuando la xilacina se mezcla con opioides o con alcohol, el riesgo de una sobredosis es aún mayor y puede hacer más lenta la frecuencia cardiaca y detener la respiración.
La experta hizo referencia al informe de la UNODC, que revela que, en el 2023, cerca de 316 millones de personas consumieron alguna droga, sin considerar el consumo de alcohol y tabaco; es decir, seis por ciento de la población entre 15 y 65 años, frente al 5.2 por ciento de la población que consumía en 2013.
Además, señala que la droga más utilizada es la cannabis, con 244 millones de consumidores; en segundo lugar, los opioides, con 61 millones; las anfetaminas, con 30.7 millones; la cocaína, 25 millones, y el éxtasis, con 21 millones, “y ahora lamentablemente se le suma la xilacina; inclusive aquí han llegado jóvenes intoxicados y aterrados por drogas que les son vendidas, incluso con autorización de los padres, y esto, ligado con creencias espirituales en algunos casos”.
Finalmente, el médico Diego Olvera Hernández aseguró que el consumo repetido de xilacina puede causar llagas dolorosas y difíciles de tratar en la piel y los músculos y, de no tratarse, las llagas pueden crecer e infectarse y dar lugar a parches de tejido muerto y moribundo.
“En ocasiones poco frecuentes y graves, puede ser necesario amputar la parte del cuerpo afectada. Estas heridas asociadas pueden aumentar el riesgo de bacteriemia (presencia de bacterias en el torrente sanguíneo), endocarditis (inflamación del revestimiento interno de las cavidades y las válvulas del corazón) y sepsis”, dijo.
Apuntó que la llamada “droga zombi” ya alerta a las autoridades de salud y señaló que el Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin, Estados Unidos, recogió algunos testimonios de personas que consumieron xilacina y entre algunos comentarios, los pacientes referían que “los hizo desmayarse y me desperté con vómito encima, otra en cambio dijo que se sentía con la piel en llamas y los dientes sueltos, completamente flojos”.

