El asesinato de la maestra jubilada Irma Hernández Cruz, en Veracruz, provocó una ola de indignación y de reclamos hacia quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad de la población en esta entidad. Y no es para menos, nos dicen, pues se trata de una profesora de la tercera edad que se dedicaba a manejar su taxi para obtener ingresos extra y se negó a pagar cuotas a los extorsionadores. La docente fue secuestrada el pasado 18 de julio en la cabecera municipal de Álamo, a la vista de todos, como si se tratara de algo normal. Días después fue obligada a grabar un video, en el que pide a los trabajadores del volante pagar a los extorsionadores, para que no les pase lo que a ella. La gobernadora Rocío Nahle se refirió al caso en días pasados, aunque con reservas “por razones de seguridad”. Ayer fue hallado su cuerpo y la fiscal de Veracruz, Verónica Hernández, prometió que no habrá impunidad. Atentos.
