Así que el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, atribuye el descubrimiento de su viaje a Japón a que sus “adversarios” y los “hipócritas conservadores” mandaron “a sus espías a fotografiarme y acosarme para así emprender una campaña de linchamiento político”. Hay quienes creen que, con su respuesta, Andy demostró tener la piel más sensible que su padre, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, pues las críticas por sus vacaciones nada austeras le hicieron mella. Por cierto, los observadores se dieron cuenta de que, en su comunicado, López Beltrán diferenció a sus “adversarios” de los “conservadores”, lo que significa que los primeros están dentro de su propio partido. Andy aclaró que viajó con sus propios recursos, primero a Seattle y luego a Tokio, luego de “extenuantes jornadas de trabajo”. Y hay quienes piensan que quedó tan cansado del descanso, que por eso se tardó 10 días en dar explicaciones. ¿Será?

