La crisis de violencia por la que atraviesa Veracruz, entidad a cargo de Rocío Nahle, sobre todo en el norte, está lejos de ser superada. Ayer nos enteramos de que, en la medianoche del lunes, sicarios irrumpieron en un bar de Poza Rica, amenazaron con quemar vivos a clientes y empleados, pero al final se compadecieron y le prendieron fuego al local cuando ya estaba vacío. En medio del terror, los agresores se llevaron a dos personas. Ese mismo día fue hallado sin vida el exalcalde de Jalcomulco y activista ambiental, Gilberto Ruiz Chivis, quien tenía cinco días desaparecido. Y ayer se informó que en el rancho Santa Rosalía, en donde fue asesinada la maestra Irma Hernández, fueron encontrados seis cuerpos, lo que habla de que la docente sólo fue una víctima más del grupo delictivo que opera en la región. Lo deseable es que la gobernadora se ponga las pilas y haga lo necesario para enfrentar el problema. En otras entidades se ha demostrado que sí se puede. Veremos.

