Momentos de tensión se vivieron el miércoles con la detención de “El Rino”, considerado un alto mando del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que operaba principalmente en Michoacán, donde se han redoblado los esfuerzos para combatir a las organizaciones delictivas con presencia en El Bajío.
Tras la detención de René N, alias “El Rino”, la organización criminal respondió con violencia, por lo que Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, pidió a la ciudadanía resguardarse y tomar precauciones.

Pero ¿quién es “El Rino” y por qué su detención causó tanta conmoción?

Cuando termina la tolerancia emerge la violencia: Kenia López Rabadán
PERFIL de “El Rino”, capo del CJNG detenido en Michoacán
René B. A., conocido como “El Rino” o “El Rhino”, fue detenido en Uruapan, Michoacán, en un operativo municipal que desató tensión inmediata en la región. Identificado como presunto jefe de plaza y líder de una facción del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), su captura generó la activación de un código rojo ante el temor de represalias violentas.

A “El Rino” se le atribuyen delitos de alto impacto como extorsión, secuestro y homicidio. En el momento de su arresto le fueron asegurados un arma de fuego, drogas sintéticas, dinero en efectivo y un dron con conexión satelital, herramienta que habría sido utilizada en ataques contra personal militar.
Según reportes de inteligencia, encabezaba la célula conocida como “Los Tiburones” o “Los Rinos”, con presencia en Uruapan y Nuevo San Juan, dos de los municipios más disputados por el crimen organizado en Michoacán.

Aunque no figuraba entre los máximos líderes del cártel, El Rino ocupaba un lugar estratégico dentro de la estructura. Se le consideraba tercer mando regional, subordinado a Ramón Álvarez Ayala, “El R1”, y a su hermano “El R2”, operadores de alto nivel del CJNG. Por encima de él se encontraban también jefes como “La Fresa” y “El Seis”, lo que revela su papel como enlace operativo en la cadena jerárquica del grupo.
La caída de El Rino llega en un momento crítico para Michoacán, donde diversos cárteles se disputan el control del tráfico de drogas y las rentas criminales. Tras su captura, se reportaron intentos de sicarios del CJNG de ingresar armados a Uruapan, lo que obligó a reforzar la seguridad con apoyo de fuerzas federales y del Ejército.
Su detención representa un golpe significativo para la facción que lideraba, aunque también abre la puerta a un reacomodo interno que podría escalar la violencia en la región.
Únete a nuestro canal de WhatsApp. En La Razón enviamos a tu celular lo más importante de México y el Mundo, recuerda que una persona informada siempre tiene La Razón.
am

