Así que se quedaron con las ganas quienes esperaban que, de la reunión que sostuvieron ayer la Presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, saliera un acuerdo —nada conveniente— sobre hacer causa común para enfrentar los efectos de la política arancelaria de Donald Trump. Por el contrario, se apostó por reforzar la relación comercial entre los tres países, a través del fortalecimiento del T-MEC. Sheinbaum y Carney coincidieron en que las naciones que encabezan forman parte de “la región más competitiva” del mundo, y en que la mejor forma de competir con otras regiones es el fortalecimiento del tratado comercial. La Presidenta de nuestro país hizo hincapié en que buena parte del comercio trilateral está libre de aranceles, porque eso le conviene a los tres socios. Todo parece indicar que, durante el encuentro, prevaleció la cabeza fría con la que Sheinbaum ha actuado ante los embates de Trump. Para el registro.

