El corazón de madres, padres y más de cuatro mil personas -según el Gobierno capitalino- volvió a desbordarse este 26 de septiembre en consignas y gritos que resonaron en memoria de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, hace ya 11 años.
Tras una marcha que partió poco después de las 16:00 horas del Ángel de la Independencia y que concluyó en el Zócalo, la madre de una de las víctimas leyó, a nombre de todos los deudos, un pronunciamiento, en el que advirtieron: “No volverán a engañarnos con una verdad histórica”.
- El Dato: Las manifestaciones por los 11 años de la desaparición de los normalistas se replicaron en al menos 4 entidades: Michoacán, Oaxaca, Chiapas y el Estado de México.
Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, leyó el texto -a espaldas de las vallas que circundaban el Palacio Nacional-, que incluía la exigencia de que sean extraditados Tomás Zerón, de Israel, y Ulises Bernabé, de Estados Unidos.

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Advirtieron que no quitarán el dedo del renglón hasta que el Ejército “entregue los documentos que obran en sus archivos” y dijeron estar convencidos de que “tarde o que temprano lograremos derribar el muro de la impunidad y de la injusticia; la verdad saldrá a la luz y se hará justicia a nuestros hijos desaparecidos”.
De inicio, bajo una lluvia persistente que acompaña desde hace años la esperanza de que los 43 jóvenes regresen con vida, estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos y de otras normales rurales, facultades de la UNAM y sociedad civil, se congregaron en el Ángel de la Independencia.

Los contingentes partieron a las 16:43 horas, entre paraguas y plásticos improvisados, sin que la lluvia menguara su paso. El ambiente, cargado de coraje y dolor, se acompañó de tambores, consignas y carteles que evocaban el clamor por justicia: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
Los padres y las madres de los 43 encabezaron la marcha. Algunos con la imagen bordada de su hijo colgada del cuello; otros con una playera estampada con la fotografía de quien dejaron de ver hace 11 años y que aún, comentaron, esperan en casa.

Isidoro Vicario, representante de los familiares, subrayó que una de las principales exigencias sigue siendo profundizar en la línea de investigación vinculada a la telefonía celular.
“Los padres, desde el año 2014, pidieron que se iniciara y que se profundizara esa línea, porque gracias al trabajo del GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes) se tiene información de que algunos dispositivos de los 43 jóvenes estuvieron activos después de la noche del 26”, recordó.
De acuerdo con Vicario, la disposición mostrada por la Presidenta Claudia Sheinbaum en su primer encuentro con los familiares es un factor que genera expectativa.

“El compromiso fue que no se cerrará el caso Ayotzinapa, que ningún expediente se cerrará y que se mantendrán las líneas de investigación. Eso es lo que esperan los padres: que de las líneas que ya existen se avance, para que podamos tener, por lo menos, algún indicio o información relevante respecto al paradero de los 43 estudiantes”, dijo.
El abogado recordó cómo, en sexenios anteriores, las investigaciones se vieron frenadas. “En la administración de Enrique Peña Nieto nos quisieron vender la llamada verdad histórica, pero gracias al trabajo del GIEI y del equipo argentino eso se pudo desmentir. Durante el gobierno de López Obrador se avanzó con Alejandro Encinas y Omar Gómez Trejo, pero cuando llegó el tema del Ejército ya no se pudo avanzar. Hoy, con esta administración, los padres insisten en que esas líneas se mantengan y se profundicen”.
El trayecto por Paseo de la Reforma estuvo marcado por los primeros actos de protesta gráfica. Un grupo de encapuchados realizó pintas sobre mobiliario urbano y muros. Con aerosol negro, sobre un poste quedó marcada la leyenda “+43”
Mientras la marcha avanzaba, poco antes de las 17:35 horas, se registró un momento de tensión. Policías capitalinos interceptaron a un grupo de jóvenes para retirarles cohetes y posible pólvora, lo que generó empujones y gritos.
Frente al Antimonumento +43, sobre Paseo de la Reforma, los padres realizaron un conteo del uno al 43. Minutos después, integrantes del denominado Bloque Negro comenzaron con sus destrozos. Algunos lanzaron petardos al interior de las vallas de algunos edificios de Paseo de la Reforma, y otros tantos lanzaron piedras hacia policías que acompañaron el trayecto rumbo al Centro Histórico.
Pese a ello, la marcha siguió avanzando, y a las 18:15 horas la vanguardia llegó al Zócalo capitalino, donde una multitud ya esperaba para cerrar con un mitin.
Mientras la noche caía, sobre avenida 5 de Mayo los actos vandálicos volvieron a registrarse. El Bloque Negro rompió algunas tablarocas que cubrían las puertas de los comercios y con polines de madera arremetieron contra las cortinas metálicas para intentar abrirlas, pero sin éxito.
Ya en el Zócalo, alrededor de las 18:39 horas, encapuchados lanzaron petardos y objetos incendiarios contra policías que resguardaban edificios cercanos. Los estallidos rompieron el ambiente de consignas y obligaron a que algunos asistentes se replegaran.
A pesar de los enfrentamientos aislados, la manifestación se realizó en lo general de manera pacífica y mantuvo como eje la exigencia de verdad y justicia. Padres de los 43, acompañados por organizaciones civiles, gritaron: “No nos cansaremos de buscarlos”, frente a Palacio Nacional, donde se mezclaron voces jóvenes con las de quienes desde 2014 han cargado con el dolor.
En otra zona del Zócalo, entre 5 de Febrero y 16 de Septiembre, se registró un enfrentamiento entre encapuchados y policías antimotines a quienes les arrojaron bombas molotov, incendiarias y cohetones, que sus escudos lograron frenar.
Justo a un lado, otro grupo del bloque rompió las cámaras de una tienda de conveniencia, la cual fue saqueada en menos de 10 minutos. Los manifestantes lanzaron papas, refrescos y aguas a los curiosos que pasaron por la zona.
De acuerdo con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, la marcha, que tuvo una afluencia de cuatro mil personas, culminó con saldo blanco, salvo incidentes “menores” protagonizados por no más de 130 encapuchados. En total, se brindaron atenciones médicas a cuatro personas, incluido un policía.
El compromiso es lograr “verdad y justicia”: Claudia
Por Claudia Arellano
La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que el compromiso de la administración que encabeza es lograr “la verdad y la justicia” en el caso de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, que ayer cumplió 11 años.
Durante su conferencia de prensa matutina, la mandataria destacó que, como parte del esfuerzo institucional para aclarar los hechos del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, se han implementado cambios en la estrategia de búsqueda de los estudiantes desaparecidos.
Reiteró que su Gobierno está trabajando por la verdad y la justicia en el caso Ayotzinapa, y remarcó que como parte de ese compromiso, recientemente se designó a un nuevo fiscal especial, tras la renuncia de Rosendo Gómez Piedra al puesto.

“Verdad y justicia, ése es nuestro compromiso, estamos trabajando en ello. Hay un nuevo fiscal especial, tenemos reuniones con los familiares, con las madres y padres de los normalistas de Ayotzinapa, y nuestro compromiso es poner todo de nuestra parte para llegar a la verdad y la justicia y encontrar a los jóvenes”, expresó.
Sheinbaum Pardo aseveró que se han reportado avances durante las reuniones que se tienen con el nuevo fiscal especial para el caso, Mauricio Pazarán, así como con otras autoridades federales, y se seguirá en esa ruta.
Agregó que se revisará el caso del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien gobernaba el municipio cuando ocurrió la agresión contra los normalistas, y en días pasados logró frenar la aplicación de la sentencia de 92 años de prisión por el delito de secuestro.
Asimismo, condenó los actos violentos del pasado jueves, cuando jóvenes encapuchados que acompañaban en una protesta a padres y estudiantes de los 43 normalistas desaparecidos incendiaron un camión repartidor e intentaron derribar con él una puerta del Campo Militar Número 1, en la Ciudad de México.
“No estamos de acuerdo con acciones violentas. Nunca hemos estado de acuerdo. Parece más una provocación. Entonces, nosotros no estamos, no vamos a caer en la provocación”, aseveró la mandataria, al responder preguntas sobre el tema.
Insistió: “No va a haber represión, porque estaríamos cayendo en esa provocación. Pero no estamos de acuerdo con acciones violentas como la que ocurrió ayer (jueves)”.
Desde la tarde del jueves, personal de seguridad colocó vallas en torno al Palacio Nacional, además de que fueron cerradas varias calles cercanas al Zócalo capitalino, como medida de prevención ante la manifestación que se realizó ayer por la tarde, para conmemorar los hechos de hace 11 años en Iguala.
Amnistía denuncia que van 11 años de impunidad
Por Claudia Arellano
La organización civil Amnistía Internacional señaló que dos administraciones han pasado “sin mostrar voluntad de esclarecer el paradero de los estudiantes normalistas” desaparecidos en Ayotzinapa, y que, a 11 años de estos hechos, “la impunidad es cómplice de graves afectaciones en la salud de las familias de desaparecidos”.
En un comunicado señaló que el Estado mexicano tiene el deber de remover todos los obstáculos para lograr avances efectivos en la investigación, incluyendo exigir la información en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
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“Este 26 de septiembre se cumplen 11 años de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. En ese lapso, dos administraciones, de orientaciones políticas diferentes concluyeron sin mostrar voluntad para dar resultados en la investigación de este crimen de Estado”, indicó.
Dijo que a casi un año de que inició el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, las familias de los estudiantes siguen alzando la voz para alertar sobre la falta de resultados efectivos en las indagatorias que permitan saber dónde están los jóvenes, quién y por qué los desaparecieron.

“Estamos ante 11 años de impunidad en este caso emblemático de desaparición forzada, en el que además de la falta de justicia, no podemos dejar de observar que las familias de los normalistas desaparecidos sufren un importante desgaste emocional, desesperanza y poca confianza en las autoridades”, declaró Edith Olivares, directora ejecutiva de AI, sección mexicana.
Agregó: “Desde Amnistía Internacional reiteramos nuestro llamado al Estado mexicano para que, además de dar celeridad al aspecto legal, atienda las afectaciones a la salud de los padres y madres derivadas de estos largos años de lucha por verdad y justicia para sus hijos desaparecidos”.

