Entre marmotas de calenda que giraban por encima de los contingentes de mexicanos y sindicatos amontonados que intentaban llegar al Zócalo de la Ciudad de México, los zanqueros, la Marina entonando éxitos de la música popular y un grupo propalestina que consiguió llegar hasta el frente de la Plaza de la Constitución, transcurrió la mañana del primer informe de gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
El cielo nublado que advertía lluvia no hizo que alrededor de 400 mil personas llegarán al Centro Histórico para escuchar el informe de la mandataria.
Desde temprano, más de un centenar de autobuses convirtieron las vialidades aledañas en un estacionamiento, del que descendieron militantes y simpatizantes de la Cuarta Transformación provenientes de distintos puntos de la República y de la capital.

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Tras seis horas de camino desde Oaxaca, don Carlos y alrededor de 400 personas llegaron a la Alameda Central, donde sacaron un anafre, encendieron el carbón y calentaron un chicharrón con frijoles para desayunar. Sobre el piso extendieron bolsas para rebanar aguacate, partir unas teleras y preparar tortas “para quienes alcanzaran”.
Llegando al Eje Central Lázaro Cárdenas, la multitud intentaba llegar al Zócalo por las distintas calles además de la central: Madero.
Al ritmo de la Yaquesita, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) puso a bailar a la mandataria, cuya fotografía fue puesta sobre figuras de cartón con las manos sueltas, que giraron en lo alto acompañando a la banda que amenizaba la espera, a un costado de la Catedral Metropolitana.
Desde las 08:00 horas, un mariachi de la Defensa comenzó a recibir a la gente dentro del Zócalo; más tarde, el Grupo Armada, un grupo versátil dentro de la Secretaría de Marina, se encargó de hacer bailar y cantar a los asistentes con cumbias, regional mexicano, pop, bajo éxitos de Luis Miguel, Mon Laferte, entre otros artistas.
La mandataria salió al templete, donde la esperaba casi todo su gabinete, excepto los titulares de Seguridad, Omar García Harfuch, y de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón. La gente gritaba consignas y agitaba las banderas que inundaron el Zócalo, donde casi una cuarta parte era ocupado por el naranja del SNTE.

Hasta el frente del grupo magisterial, del lado izquierdo de la Plancha, un grupo propalestina consiguió colarse con un cartel en el que escribieron “Se dicen de izquierda, pero no rompen con Israel”, también una lona sobre la que se leía: “Protección para la flotilla. Alto al Genocidio. A romper relación con Israel”, que ocurre en el contexto de la captura de seis mexicanos que viabajan en las embarcaciones de la Flotilla Global Sumud con ayuda humanitaria para Gaza.
A lo largo del evento gritaron consignas como “Claudia, carajo, rompe con Netanyahu” o “a romper, a romper relación con Israel”, las cuales pronto quedaban opacadas por los gritos en favor de la Presidenta que se hacían escuchar.
A la misma altura se elevaban globos dirigibles, entre los cuales uno fue jalado hacia abajo y que durante unos minutos tapó la lona.
Hacia el final del evento, quienes sostenían la lona para exigir ruptura con Israel encendieron bombas de humo color rojo y verde que de inmediato hizo voltear miradas hacia su mensaje, pero por poco tiempo, pues la mandataria continuaba con su mensaje. El grupo propalestina se quitó las gorras guindas y playeras con el nombre de Claudia que los hicieron pasar desapercibidos entre la multitud.
La Presidenta concluyó su informe con un “¡Viva México!” que tuvo eco en los miles de asistentes que tardaron alrededor de una hora en poder dejar el Zócalo con su tránsito habitual.
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