Las lluvias que han afectado fuertemente a la región de La Huasteca han venido a recordar el impacto de los huracanes Otis y John en Guerrero, y no sólo por el sufrimiento que las inundaciones producen a las personas, sino también por las acciones de rapiña que han comenzado a ser reportadas sobre todo en las llamadas benditas redes. La necesidad de obtener alimentos, agua o algún bien de primera necesidad es comprensible ante una circunstancia complicada como la actual, nos comentan. Lo que no se entiende es que en sitios donde los niveles de agua no han terminado de bajar aparezcan personas que se llevan de establecimientos aparatos electrónicos o motocicletas. La experiencia que se vivió en Acapulco, en la que de pronto los hurtos de este tipo parecían la regla y no la excepción, dejó la lección de que la contención es también una acción que ayuda porque da cuenta de la presencia de la autoridad, necesaria para que la ayuda fluya, nos comentan.