En el marco del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, que se conmemoró este 13 de octubre, México ocupa el segundo lugar en América Latina en pérdidas económicas por desastres naturales, sólo después de Brasil, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En este rubro en 2024, los gastos del país ascendieron a más de 85 mil millones de pesos anuales, según la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).
Expertos dicen que México enfrenta un panorama preocupante, los eventos naturales extremos son cada vez más frecuentes y costosos, y gran parte de la población continúa sin mecanismos de protección financiera.
- 25 millones de pesos diarios pagan las aseguradoras por daños hidrometeorológicos
De acuerdo con Andrés Ramírez, cofundador y CEO de Zebra Insurtech:“en México, más del 80 por ciento de las viviendas ubicadas en zonas de alto riesgo no cuentan con seguro. Esto significa que millones de familias enfrentan solas la pérdida total de su patrimonio cuando ocurre un desastre. Es urgente cerrar esa brecha”, señala Ramírez.
Este dato proviene de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), que ha documentado de manera consistente esta falta de cobertura en sus informes sectoriales, es tal el impacto que la industria aseguradora mexicana paga hoy 25 millones de pesos diarios por siniestros hidrometeorológicos.
Sólo en 2024, cuando los desastres naturales causaron pérdidas económicas por más de 85 mil millones de pesos (alrededor de 5 mil millones de dólares), los eventos con mayores impactos fueron las tormentas tropicales e inundaciones en el sureste, así como los daños estructurales derivados de sismos en el centro del país.
La falta de cobertura también se refleja en infraestructura. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) los daños anuales a infraestructura pública y privada —como hospitales, escuelas y caminos— superan los 40 mil millones de pesos. Esta situación genera enormes presiones fiscales para gobiernos locales y para la recuperación de servicios en las comunidades afectadas.
Además, el mismo Cenapred estima que por cada peso invertido en prevención y protección financiera se pueden evitar hasta siete pesos en reconstrucción, lo que demuestra la rentabilidad social y económica de invertir en resiliencia.
Este año, según la investigadora Nashelli Ruiz Rivera, coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Sociales y Ambientales de la UNAM, entre 2000 y 2020, se han estimado pérdidas materiales por 596 mil millones de pesos en México debido a desastres naturales. Aunque esta cifra, matizó, no incluye daños que no fueron reconocidos mediante declaratorias de emergencia ni contempla las pérdidas sociales a largo plazo.
“Hay 75.3 millones de viviendas particulares habitadas, 25 por ciento de ellas tiene más de 30 años de antigüedad, casi 45 por ciento tiene problemas de humedad o filtraciones de agua, cimientos, muros o techos y prácticamente todos los estados que son costeros están en los altos porcentajes de vivienda que tiene problemas estructurales”, aseguró.
La académica apuntó que es necesario que los gobiernos estatales adopten una visión preventiva del riesgo climático, ya que no sólo se deben centrar en la reposición de la infraestructura, “deben invertir en fortalecer las estructuras de bienestar.”


