Nuevamente la entidad gobernada por Indira Vizcaíno ha cobrado notoriedad, y para variar no por una política pública acertada o un logro. Lo que ha hecho volver las miradas hacia el pequeño estado que tiene la mayor tasa de homicidios en el país fue el asesinato de Gabriela Mejía, exalcaldesa del municipio de Cuauhtémoc y actual regidora. La Fiscalía General del Estado confirmó el crimen y dio cuenta del inicio de una “carpeta de investigación con perspectiva de género tras la agresión con disparo de arma de fuego”. E indicó que en los hechos otra persona resultó lesionada. El PRI, en voz de su dirigente nacional, Alejandro Moreno, condenó el homicidio y pidió que no quede impune. También lo hizo el PAN, en un comunicado en el que denunció la indolencia y la incapacidad del gobierno del estado para garantizar la vida y la integridad de sus ciudadanos. La gobernadora, nos comentan, para salir del paso, aplicó la fórmula de la condena y la exigencia de una investigación “exhaustiva”. Pobre Colima.
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