La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sostuvo que el objetivo del Gobierno de México con el incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) es reducir el consumo de las bebidas azucaradas y de la comida chatarra para prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, y no un fin fiscal.
En conferencia, indicó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) será la encargada de monitorear que las empresas cumplan con los compromisos establecidos sobre la disminución de endulzantes en sus productos.
Eduardo Clark, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, advirtió que si las empresas refresqueras no cumplen con el acuerdo para reducir en 30 por ciento el contenido de azúcar en sus otros productos, el Gobierno tomará otras medidas.

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“La industria (refresquera) tendrá que publicar sus compromisos que, sin ser obligatorio, es una meta medible para que el público sepa si cumplen o no. En caso de no hacerlo, el Gobierno tiene muchísimas herramientas para generar mecanismos de revisión”, dijo.
En medio de la discusión de los impuestos saludables, el Gobierno federal aceptó bajar en 50 por ciento el impuesto a bebidas endulzadas con edulcorantes no calóricos, por lo que será de 1.5 pesos por litro y no de 3.08 pesos, como lo proponía el dictamen de la Cámara de Diputados, que de madrugada avaló en lo particular la Ley del IEPS.
Clark explicó que para alcanzar ese acuerdo, las empresas refrescantes hicieron tres compromisos: “En primer lugar a una reformulación, es decir, hacer que los refrescos con azúcar tuvieran menos contenido de azúcar, menos calorías, fueran menos nocivos para la salud.
“En segundo lugar, impulsar a que más personas vieran visiblemente que es mejor el refresco sin azúcar, no que sea bueno, pero que es menos dañino para la salud, esto a través de precio y a través de publicidad; y en tercer lugar tener prácticas de publicidad que buscan que los niños y adolescentes no tomen refresco”, dijo.
Sin embargo, dijo que “si nosotros seguimos viendo cada publicidad con niños y adolescentes claramente no lo están cumpliendo y nos reservamos siempre el derecho a que en los siguientes ejercicios no tengamos la misma buena fe”.

