Agradecen milagros

“Me llaman ignorante, pero la Virgen salvó a mi hija”: devota 

Andrea Acosta peregrinó desde Puebla con su hija a la Basílica

Miles de fieles se reúnen ayer en la Basílica de Guadalupe para celebrar 494 años de su manifestación.
Miles de fieles se reúnen ayer en la Basílica de Guadalupe para celebrar 494 años de su manifestación. Foto: Especial

Andrea Acosta llegó a la Basílica de Guadalupe desde Puebla, a lado de ella, su hija de 10 años la sostenía con su pequeña mano, mientras mamá avanza rumbo al atrio del templo mariano, una vez que llegó rompió en llanto. “Lo logramos”, dijo, “nos aproximamos a ella”.

En entrevista para La Razón relató que la vida para ella no ha sido fácil, como la de muchas mujeres en este país, pero que siempre ha visto en la Virgen de Guadalupe un motivo para creer, para guiar y para educar a su hija que hace dos años fue atropellada, pero “fue la virgen quien me la dejó con vida”.

La han llamado ignorante, fanática, extrema, pero “algo en mi corazón me dice que es mi madre quien me guía, mi abuela, mi mamá. Ellas me enseñaron a creer en la Virgen, ella, como madre sabe lo que siento. Confío en ella. Desde el mes de junio comienzo a ahorrar para poder hacer este viaje desde Puebla, al llegar, me vengo de rodillas, o al menos esta vez, las otras veces fue a pie, pero este año prometí venir de rodillas porque salvó a mi niña, su papá se fue y no supimos más de él y mi virgencita me da fuerzas para sacar a mi hija adelante”.

  • El Tip: La fiesta de la Virgen de Guadalupe, congregó con júbilo a devotos que acudieron para cumplir mandas y agradecer milagros.

Alrededor de Andrea y su hija, danzantes con enormes penachos, con máscaras y lentejuelas formaban una gran fiesta. Entre el jolgorio, baile, colores y mucha comida.

A los alrededores de calzada de Guadalupe y calzada de los Misterios desfilan decenas de migrantes pero también miles de voluntarios, que instalan carpas donde sirven alimentos, desde arroz, frijoles, atole, tamales, chilaquiles, tortas, y toda clase de guisados que llaman a los fieles a sus filas, donde obtienen un alimento que es dado por la gratitud de quienes sirven a su “morenita”.

Doña Carmen Martínez está ubicada con su carpa sobre calzada de los Misterios, con seis de sus hijos, quienes reparten tamalitos y atole de masa. Hace 10 años fue diagnosticada con cáncer de tiroides “no me lo vas a creer, pero ella me salvó de la muerte, ella me volvió a la vida, yo estaba muy mal, todos los doctores me decían que ya me despidiera y le pedí a ella que me salvara, a cambio, cada año doy de comer a los hermanos peregrinos”.

  • 1531 fue el año en que se aparece la Virgen en el Valle del Tepeyac

Hay quien afirma que cada 12 de diciembre todos los caminos de México llevan a la Basílica de Guadalupe, el enorme templo de planta circular congrega a los católicos que quieren mostrar su devoción a la patrona de América Latina, lugares que recuerdan uno de los mayores símbolos de mestizaje en México.

Dice Eduardo Galeano, en Memorias del Fuego (El Nacimiento): “La luz no quiere irse del cerro del Tepeyac y en plena noche persiste. Y en el centro del resplandor apareció la más lúcida y luminosa de las mujeres mexicanas. Estaba vestida de luz la que en lengua náhuatl le dijo: ‘Yo soy la madre de Dios’”.

Esa madre por la que cada 12 de diciembre salen miles de mexicanos a venerar y que este 2025 rompieron el récord de asistencia al templo mariano más grande de Latinoamérica.