Pide hacer frente al fenómeno social

Ante caso de niños desmembrados, Iglesia alerta sobre deshumanización en México

Señala que la violencia social inicia en el seno de las familias y los hogares; indican que el gobierno debe apurar la generación de oportunidades

Catedral de México.
Catedral de México.Foto: Especial
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En México hay una espiral de deshumanización y crueldad en la sociedad que se refleja en hechos preocupantes como el hallazgo de dos niños descuartizados en el centro de la Ciudad de México; el desdén de muchas personas a las medidas de prevención sanitarias y la broma desproporcionada a un joven de escasos recursos, hecha por sus compañeros de preparatoria, alertó la iglesia católica.

En el editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México advirtió que la violencia social inicia en el seno de las familias y los hogares, a consecuencia de la falta de profundidad en los vínculos, el abandono en el que viven muchos niños, adolescentes y jóvenes.

Ante esta creciente deshumanización, más que lamentarnos por lo que no podemos cambiar, hemos de apostar por acciones que sí estén a nuestro alcance, desde la realidad y circunstancias en las que cada uno nos desarrollamos", indicó al cuestionar "¿por qué la vida humana ha dejado de valer?

Editorial del semanario Desde la Fe

Por ello, consideró que hacer algo ante esa deshumanización es urgente, inaplazable y prioritario, si es que se quiere garantizar un mejor futuro, pues mirar esos hechos con indiferencia es la clave para que un día nosotros seamos igualmente víctimas de ellos.

"Estos hechos lamentables tienen múltiples y muy complejas causas, pero sin duda, en el centro, lo decisivo es el amor. Donde hay violencia existen corazones lastimados que no se han sentido suficientemente amados, o no se han dejado amar, o han desvirtuado su experiencia del amor", destacó la Arquidiócesis de México.

Agregó que en el hogar es necesaria una apuesta decidida de los padres para fortalecer la educación en los valores, y de los adultos en general para asumirse como mentores de las nuevas generaciones; "en las instituciones educativas es importante inculcar la concientización para denunciar todo aquello que represente violencia, pero también la enseñanza para manejar la frustración y el estrés ante las situaciones adversas".

Mientras que el gobierno, por su parte, debe apurar la generación de oportunidades de desarrollo y trabajo, en especial para los jóvenes, y la iglesia fortalecer la atención a las familias.

Una de las raíces de la violencia es el olvido de Dios en la propia vida. En la medida en que desterramos a Dios de la familia y de las estructuras sociales, el mundo se nos vuelve una selva, en donde estamos enfrentados unos con los otros

Editorial del semanario Desde la Fe

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