Caso Victoria: ONG acusa que violencia ha ultimado este año aquí a 93 migrantes

El pasado 9 marzo 2021, Cindy, una joven hondureña de apenas 18 años y quién tenía dos meses de embarazo, amaneció colgada del cuello en la habitación de un hotel en Tapachula, Chiapas. Aunque las autoridades catalogaron el hecho como un suicidio, aún se desconocen las verdaderas causas, o si en realidad se trató de un feminicidio.

En los primeros tres meses de 2021, 93 migrantes han perdido la vida en territorio nacional víctimas de la violencia o la delincuencia, de acuerdo con un estudio de la organización internacional Missing Migrants, dedicada a rastrear a personas que han desaparecido a lo largo de rutas migratorias mixtas en todo el mundo, incluidos refugiados y solicitantes de asilo.

Además de que estas historias de violencia son poco visibilizadas por los gobiernos federal y locales, la mayoría de las muertes siguen sin esclarecerse y tampoco se sabe si el agresor fue un ladrón, un miembro del crimen organizado, e incluso, alguna autoridad.

Es el caso de Melvin, Carlos y Darwin, tres campesinos hondureños quienes presuntamente fueron forzados a trabajar para el crimen organizado. Los tres huyeron hacia territorio mexicano y pidieron el asilo político; sin embargo, el pasado 12 marzo, mientras se hospedaban en un hotel en Guanajuato, fueron acribillados presuntamente por sus acosadores.

El 3 febrero una camioneta en la que viajaban al menos 25 migrantes fue atacada a balazos en las inmediaciones del municipio de Huimanguillo, Tabasco; un guatemalteco perdió la vida. Otro caso ocurrió el 1 de febrero en Celaya, donde un migrante del mismo país recibió tres balazos por parte de sujetos desconocidos cuando esperaba subir al tren que lo acercara a Estados Unidos.

CRECEN AUSENCIAS

Por separado, Martha Sánchez Soler, coordinadora de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano, denunció que, de acuerdo con los propios grupos migrantes, entre 2006 y febrero de 2021 al menos 70 mil personas han desaparecido en México.

En entrevista con La Razón, dijo que, de 20 integrantes que salen de su lugar de origen, sólo cinco concluyen su viaje en Estados Unidos o México, de los otros 15 restantes se desconoce su paradero.

Acusó que las policías mexicanas están coludidas con organizaciones criminales para atacar a los migrantes y secuestrar a las mujeres para someterlas a prácticas sexuales, trabajos forzados e incluso como cuidadoras en casas de seguridad. Además, consideró que la irrupción del crimen organizado cambió la relación entre los migrantes y los traficantes de indocumentados.

“Antes los polleros eran personas confiables, pero desde hace una década al menos el crimen organizado se ha involucrado en la migración, ya sea para coptar a migrantes o para explotarlos. Hoy un cruce a Estados Unidos ronda los 10 mil dólares, cuando hasta hace unos dos o tres años era de cuatro a cinco mil y ya no tienes la certeza de que vas a llegar”, explicó.

Miriam González, colaboradora en el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUM) reconoció que es casi imposible saber con exactitud el número de agresiones contra las mujeres migrantes.

Destacó que a partir del endurecimiento de la política migratoria con Donald Trump, Estados Unidos expulsó a México a miles de migrantes. Entre ellos se contabilizaron al menos mil 300 secuestros y violaciones contra mujeres y familias.

“En registro que se llevó a cabo vimos que por lo menos hubo mil 300 eventos de secuestros, de violación cometidas contra esa población, y en el total de esa cifra había mujeres, familias, pero no había casos de secuestros o violencia contra hombres en lo particular”, manifestó.

La semana pasada, durante su visita a México, Roberta Jacobson, asistente especial del presidente Biden y coordinadora para la frontera sur de Estados Unidos, pidió a los migrantes evitar viajar a ese país de manera irregular, pues corren el riesgo de convertirse en víctimas de delitos y trata de personas.