Centro del Colegio Militar alberga 39 ejemplares

Reintegran a águilas reales a vida silvestre

Los animales fueron decomisados, asegurados y rehabilitados por Profepa, Semarnat y FGR; buscan incrementar su población como parte fundamental del equilibrio ecológico

Las especies tienen nombres propios de la cultura mexicana. Imágenes de archivo.
Las especies tienen nombres propios de la cultura mexicana. Imágenes de archivo.Especial
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El Centro Nacional de Control y Protección del Águila Real del Colegio Militar alberga nueve águilas reales, 17 aguilillas de Harris, nueve aguilillas Cola Roja, dos lechuzas de Campanario, una aguililla de Swainson y un búho Virginiano.

Estas aves fueron decomisadas y aseguradas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Fiscalía General de la República (FGR).

En este lugar los animales son rehabilitados y se reintegran a la vida silvestre.

El capitán segundo de infantería José Toledo Reyes, encargado del centro, dijo a La Razón que la misión que tienen los cadetes, conocidos como aguiluchos, es rehabilitar y reintegrar las águilas reales y otras aves de presa al medio silvestre para ayudar a incrementar su población, como parte fundamental en el equilibrio ecológico.

“Este espacio es para la conservación, para preservar su existencia y liberarlas, y para enaltecer el respeto, patriotismo y unidad nacional que distingue al Ejército”, manifestó el oficial.

Hay un apego, pero al final las aves deben irse; este 16 de septiembre van a participar (en el desfile militar) cinco águilas reales y será su última participación de dos de éstas

José Toledo Reyes
Oficial del Centro de Protección del Águila Real

Expuso que, históricamente, el Colegio Militar ha manejado aves de presa como parte de las ceremonias cívico militares que se realizan en la institución y, dada la importancia que tiene el águila real, como parte de la identidad nacional, surge la idea de dar de alta la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), desde el 2010.

Explicó que el lugar tiene una superficie de nueve mil 672 metros cuadrados; tiene una clínica, laboratorio para análisis clínicos y rayos X, un quirófano, así como dos jaulas monumentales para las aves.

Recordó que en septiembre del año pasado les canalizaron un águila real y en enero les dieron otra proveniente de Durango.

Respecto a la dieta de las aves, el capitán explicó que se compone de conejos y ratas.

El oficial resaltó que las aves tienen nombres arraigados a la cultura mexicana; por ejemplo, tienen un águila real que se llama Xochiquétzal, y detalló que en el 2018 liberaron a otra águila de nombre Quetzalcóatl.

El Centro Nacional de Control y Protección del Águila Real abarca 9 mil 672 metros cuadrados.
El Centro Nacional de Control y Protección del Águila Real abarca 9 mil 672 metros cuadrados.Especial

“Aquí, en el centro, tratamos que cada cadete maneje a las aves y tenemos un grupo multidisciplinario, así como un especialista de aves de presa, que es el señor Porfirio Silva Rojas; él nos apoya desde hace muchos años.

“Todos aprendemos tanto de él como de los biólogos, veterinarios; siempre contamos con la asesoría y los cadetes están en condición de poder manejar una aguililla de Harris o Cola Roja, entre otras especies”, explicó.

Asimismo, reconoció que los estudiantes se encariñan con el trabajo diario que realizan con las aves.

“Hay un apego, pero al final las aves deben desapegarse… Este 16 de septiembre van a participar (en el desfile militar) cinco águilas reales y será su última participación de dos de éstas porque esperamos, en diciembre, liberarlas. Se trata de una pareja reproductora”, dijo.

El capitán señaló que en el 2013 fue liberada un Águila Real en la Sierra de Pajaritos, municipio de la Yesca, Nayarit; en el 2018 fue liberada otra en el mismo lugar y durante el 2020, en Cuatro Ciénegas, Coahuila, liberaron un Águila Real, cinco aguilillas de Harris, tres aguilillas Cola Roja, una aguililla de Swainson, una lechuza de Campanario y una Caracara.

Expresó su cariño por todos los ejemplares, como Zeus, que fue la primera Águila Real que tuvieron en el centro.

“Está muy encariñada con nosotros. Padece una afectación en el ojo y es muy difícil liberarla porque tendrá problemas para cazar; es un ave muy dócil; llegó muy enferma. Se le tuvo que meter el alimento por sonda”, finalizó.