Delitos pasan de 3,180 a 4,186 en tres años

Llega 8M con violencia de género recrudecida: aumentó 31.6%

Tabasco, primer lugar en tasa de homicidios de género; triplica media nacional; 8, en 2 meses; 3 mil ateneas cuidarán marcha

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.Foto: Especial
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En dos años de pandemia, miles de mujeres han convivido con su agresor en casa y los gritos, maltrato psicológico y hasta golpes contra ellas se intensificaron durante el encierro por la crisis sanitaria.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), del 2019 al 2021 los delitos por violencia de género crecieron 31.6 por ciento, al pasar de tres mil 180 casos a cuatro mil 186.

La violación incrementó 21 por ciento; las llamadas de emergencia de las mujeres para pedir auxilio se elevaron 47.6 por ciento y la trata de personas 25 por ciento.

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.Gráfico: La Razón de México

María sufrió violencia de pareja en el encierro, ya que su esposo comenzó a beber alcohol y a consumir otras sustancias ante lo que ella describió como desesperación de perder el trabajo; la mujer, madre de un hijo, fue la que soportó todo el gasto del hogar, pero la situación comenzó a exacerbarse cuando él tomaba el dinero para comprar bebidas embriagantes.

“Yo le decía que no agarrara el dinero porque era para la renta y la comida, pero a él ya le valía. Comenzaron las peleas y me aventó a la cama, me cacheteó y así lo hizo por al menos cinco meses. A veces ya no quería llegar a mi casa porque sabía que eran peleas y golpes”, confesó.

El año pasado, la mujer de 38 años tomó la decisión de salir de su hogar y dejar a su pareja, y ahora vive con familiares suyos y mantiene sin problemas a su hijo . “Fue de terror lo que me pasó, pero la pesadilla ya se terminó”, dijo a este diario.

De acuerdo con información de la Secretaría de Gobernación (Segob), de los dos mil 460 municipios en el país, sólo en el 26 por ciento se cuenta con declaratoria de Alerta de Violencia de Género (AVG). Del 2015 al 2021 se han declarado en 22 entidades 25 AVG en 642 municipios.

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.Gráfico: La Razón de México

De las 25 alertas, siete han sido decretadas en el actual Gobierno y están en análisis cuatro más para la Ciudad de México, Sonora, Nayarit y Veracruz.

Al respecto, Arussi Unda, vocera del colectivo Brujas del Mar, aseguró que la pandemia recrudeció la violencia en contra de las mujeres, ya que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que siete mujeres de cada 10 perdieron el empleo en la emergencia sanitaria.

“Aumentó la pobreza, las llamadas de emergencia hacia las mujeres (...) lo que es un hecho es que las cifras siguen al alza en delitos específicos, no vemos acciones para bajar la delincuencia de género”, dijo.

La activista sostuvo que las alertas, en muchas ocasiones, “no han servido, porque los asesinatos siguen y las autoridades locales cierran los ojos a la realidad”, además de que las patrullas violetas o de género no se especializan en atención a mujeres, ya que se usan para todos los delitos y los policías no están capacitados.

Alma Guadarrama, experta en derechos humanos de la Universidad La Salle, dijo que, a raíz de la pandemia, han surgido nuevos delitos digitales o dentro del hogar, que dispararon la violencia de género y que falta que los estados adhieran la Ley Olimpia.

Tabasco, 1er lugar en tasa de feminicidios

La “desprotección y menosprecio” de las autoridades tabasqueñas, ante la violencia que se ha acrecentado contra las mujeres, ubicó a Tabasco en el primer lugar nacional con la tasa más elevada de feminicidios cometidos en enero, al registrar .37 por cada cien mil mujeres, lo que triplica la media nacional que fue de .11, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). 

Durante el primer mes de este año se cometieron cinco feminicidios, mientras que en febrero tres; sumado, representa el 50 por ciento del total de casos registrados el año pasado, que fue de 16.

Pese a esto, el gobernador Carlos Manuel Merino Campos desechó la urgencia de declarar una alerta de género “porque todo se puede magnificar”. 

Estas palabras generaron el descontento de decenas de mujeres que en días pasados marcharon para exigir un alto a la violencia y pronunciarse en contra de las declaraciones del mandatario estatal, a quien también le solicitaron actuar con inmediatez contra la violencia de género. 

Según el SESNSP, previo a la llegada de Merino Campos, en 2019, se registraba una víctima de feminicidio por mes, aunque la cifra máxima fue en junio, con tres. 

En los primeros ocho meses del año se cometieron nueve feminicidios, pero en los últimos tres ya sumaban siete. 

En entrevista con La Razón, Julia Arrivillaga, directora del Observatorio Ciudadano de Tabasco comentó: “Si con esos datos todavía se insiste en negar o minimizar el problema, pareciera que tiene la intención de no resolver nada. Pareciera que, para nuestras autoridades, el que cada semana estén asesinan do a una mujer, no resulta preocupante”. 

Señaló que las autoridades se han desempeñado con una tendencia minimizante hacia este problema, desde sus declaraciones hasta la forma en la que los casos son clasificados, pues hasta 2018 siete de cada diez asesinatos de mujeres eran clasificados como feminicidio y tres, como homicidio doloso. 

Pero apuntó que, a partir del 2019, la cifra se invirtió y siete de cada diez mujeres asesinadas fueron consideradas víctimas de homicidio y tres, como feminicidio, lo que explica la razón detrás de las afirmaciones oficiales sobre una “supuesta disminución” de este delito, lo que no necesariamente ha significado una baja.

“Fuera del cambio en la clasificación, no vimos ninguna política pública que justifique esta aparente reducción, no hay una acción ni una estrategia que nos diga que se está trabajando en el tema”, dijo.

“Llegas a creer que no pasa de una cachetada... de un insulto”

Cuando una mujer sufre violencia intrafamiliar, su autoestima se ve tan mermada que la víctima llega a pensar que las agresiones son normales: “te haces codependiente, te enfermas, te llegas a creer que no pasa de una simple cachetada, de una patada o de un insulto”, lamenta Valeria, quien por más de una década fue víctima de violencia por parte de su pareja sentimental.

Para la capitalina, cuyo nombre real fue sustituido por seguridad, la violencia física no inició de un día para otro, aunque advierte que durante toda la relación hubo “focos rojos” y violencia psicológica.

“Viví casi 16 años con mi expareja, tuve tres hijas con él. Sufrí violencia intrafamiliar, a los 10 años descubrí que me engañaba; a raíz de esto, él empezó con la violencia en mi contra”. 

Las agresiones psicológicas fueron toda la vida, desde un principio, pero nunca habían llegado lo material; a raíz de que yo descubrí su infidelidad, él empieza con su alcoholismo, me agrede físicamente, empezaron los golpes. Ahí se desencadenó mi infierno”, lamenta. 

Entrevistada por La Razón en las instalaciones de la LUNA Laureana Wright González, en la alcaldía Xochimilco, la víctima explicó que hasta que recibió apoyo psicológico en este espacio fue que se dio cuenta de que la situación que vivía no era normal ni sana, pues su vida ya estaba en peligro. “Yo ya estaba al punto del feminicidio, mi vida corría peligro”, cuenta, aún con lágrimas en los ojos. 

“Fue gracias a la terapia que tomé el valor para salirme de esa casa”, explica. Para ella, como para tantas mujeres víctimas de violencia dentro de sus propios hogares, dejar a su agresor significaba temor por perder a sus familias, a no poder mantenerlas y, sobre todo, la creencia de que sin su pareja “ya no habría vida”. 

“Esos eran mis mayores miedos, pero me empezaron a dar herramientas en las institución, terapia psicológica y asesoría legal, porque en ese tiempo yo no quería denunciar. 

"Lo único que quería era que él se alejara de mi vida; cargamos culpa, de que si lo llegan a meter a la cárcel, será nuestra culpa, muchas cosas que nosotras traemos como mujeres”. 

Sin embargo, la violencia no se termina una vez que la víctima toma el valor de alejarse de su agresor, explica, sino que “muchas veces” esa violencia se replica o incluso aumenta una vez que se comienzan los procesos de divorcio o tras una denuncia, por lo que el respaldo psicológico ha sido de gran ayuda para su proceso. 

“La institución me apoyó para hacer mi denuncia, lo demandé, pedí órdenes de restricción y ahorita vamos a la mitad (del proceso) pero sigue el apoyo psicológico y jurídico, para que cada día pueda tener autoestima y amor propio; nos dan las herramientas necesarias porque realmente cuando vives violencia, dejas de vivir”.

Ahora, casi dos años después de que inició su proceso, la mujer ha comenzado a recuperar su autoestima, sus sueños y su tranquilidad.

“Incluso hoy di un gran paso porque salí sola a la calle”, explica con una sonrisa en el rostro, tras haber sufrido ansiedad y temor durante meses a causa de las amenazas que recibía de su agresor y del acoso, ya que la seguía. 

Valeria asegura que el trabajo y apoyo que ha recibido en la LUNA la han fortalecido, al grado de que ahora tiene metas y planes, que van desde regresar a estudiar en línea hasta poner un negocio para solventar sus propios gastos. “Ahora tengo metas, porque una de las cuestiones cuando llegué era que no las tenía, solamente vivía el día a día”. 

En el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado este 8 de marzo, la mujer hizo un llamado a otras personas que sufren este tipo de violencia a acudir por apoyo psicológico para poder salir del ciclo y dejar atrás la violencia, muchas veces, normalizada. 

“Es mejor salir caminando, salir de una casa con la cara en alto y decir, ‘bueno se acabó, gracias por el tiempo’ y salir con vida, porque desafortunadamente, no todas tenemos la fortuna de salir con vida de esa situación”, enfatizó Valeria, quien dijo agradecer estar con vida y poder compartir su experiencia para evitar que otras mujeres caigan en lo mismo.

Con información de Yulia Bonilla y Frida Sánchez